FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Salif Keïta: rebeldía y música desde África

"La voz de oro de África", tocará mañana 10 de octubre en el Teatro Julio Mario Santo Domingo, en Bogotá. Hablamos con él.

Es posible que la historia personal de Salif Keïta, así como su maravillosa voz, le hayan dado el respetable lugar que tiene en el mundo como embajador y traductor de la música de Malí en contacto con la música occidental. El personaje de Salif desentierra uno de esos casos de rebeldía y lucha personal: es el hijo albino de la familia Keïta, descendientes directos de Sundiata Keïta, quien se autoproclamó Mansa (“Rey de reyes”) al fundar el Imperio Malí. Desde su nacimiento, su condición aristocrática lo alejó de la posibilidad de formarse una vida como músico puesto que el oficio estaba reservado a otra casta, muy antigua, en su región: los griots tienen el don de la palabra en Mali, son los poetas y juglares guardianes de la tradición oral, eran los únicos que podían ser músicos y que además ejercían un papel muy importante en la tradición africana. Los griots debían aprender la mayor cantidad posible de canciones tradicionales y dedicaban su tiempo a improvisar sobre eventos culturales o importantes. Estas capacidades le posibilitaban tomar un tono satírico para hacer una crítica cultural, social y política de su región.

Publicidad

Salif nació bajo un mal signo al ser albino: para el imaginario de su tierra, el albinismo no sólo indicaba una debilidad ante el ambiente, pues existía una mayor vulnerabilidad ante la luz solar, sino que también se creía que su condición tenía una carga energética fuerte y perjudicial para su comunidad. Como un niño africano, esta condición le hizo una vida solitaria, donde quizá tenía que decidirse por caminos más introspectivos y, sin duda, la música se convirtió en una opción para él. Debido a su débil vista, congénita, su primer sueño de ser profesor no pudo cumplirse. Sin embargo y, en contra de su destino, el adolescente Salif prefirió dejar a su familia para dedicarse a la música.

En sus primeros años como músico, tocó en bares y cafés para sobrevivir y conoció a sus primeros maestros, Kante Manfila y Djelimady Tounkara, con quien años más tardes formaría Les Ambassadeurs Internationales. Esta banda, relevante por ser pionera en el ejercicio de transformación y re-proyección de las músicas tradicionales de África, constituyo un salto tecnológico y el encuentro con los géneros e instrumentos occidentales. Con esta banda lanzaría cerca de 8 LPs, con un sonido que exploraba la música occidental con la que tenían contacto, como el jazz, el funk, el rock y el soul. Les Ambassadeurs ha sido una banda fundamental en las nuevas músicas africanas en los 70 y abrió muchísimas puertas a la música maliense; siguiendo un camino ya trazado por proyectos como el África 70 de Fela Kuti, o las músicas de Hugh Masekele y Manu Dibango.

Publicidad

En su etapa como solista grabó el primer álbum cantado en malinké (lengua que se habla en Malí, Costa de Marfil, Senegal y Guinea), llamado Soro (1987). Y luego lanzó otra producción fundamental en su discografía: Amen (1991), que cuenta con las colaboraciones de músicos como Carlos Santana, Wayne Shorter y Joe Zawinul. En el 2012 salió Talé, su más reciente producción, co-producida con Philippe Cohen-Solal (parte del trío de tango electrónico Gotan Project), y con la colaboración de la figura joven del jazz Esperanza Spalding, el conocido vocalista Bobby McFerrin y el rapero inglés Roots Manuva.

La música de Salif Keïta es una excavación en las raíces de la música de Malí, uno de los antecedented para el proceso de producción y experimentación que promueven las nuevas músicas colombianas en la actualidad. La música de Keïta participó del encuentro universal entre las músicas tradicionales alrededor del mundo, y los instrumentos y músicas occidentales. Sumado, por ejemplo, a los proyectos de Fela Kuti con África 70, en Nigeria, o la Tropicalia en el 68, en Brasil.

Las músicas más antiguas perviven encontrándose con nuevas dinámicas y nuevos ritmos: la historia de la música ha sido la historia de los intercambios culturales, encuentros entre poblaciones, territorios y culturas. Por eso, asistir a este concierto, no sólo sería una celebración a la universalidad de la música, sino que es una nueva oportunidad de nutrirse del intercambio entre nuestra tierra y los hijos de la Mama África.

Publicidad

A propósito de la visita de Salif Keïta, este 10 de octubre en el Teatro Julio Mario Santo Domingo, en Bogotá, le hicimos unas preguntas sobre sus primeros maestros, el uso de los instrumentos electrónicos en su música, ritmo y melodía.

¿Cuáles fueron los beneficios de la aristocracia en Malí a los que renunciaste por decidir ser músico?

Más que tener que dejar los beneficios de la aristocracia, fue el hecho de tener que dejar mi familia para volverme músico que fue impactante.

En otras culturas, la aristocracia está obligada a recibir enseñanza sobre la música. ¿Qué era lo que tu familia esperaba de ti? ¿Cómo fue tu niñez en Malí, siendo un niño que estaba interesado en otras cosas que no era las que se esperaban de ti?

En Mali, los Keita no son músicos porque hacen parte de la familia real. Sólo los griots tienen este estatus. Pero yo, a pesar de todo, no podía hacer más que eso de mi vida. Mi voz me permitió distinguirme como otra cosa que un niño albino excluido. Sobre todo empecé mi vida de artista a la adolescencia, cantando en los cafés y en las discotecas.

La música tiene un fuerte sentido de rebelión, especialmente en la historia de la música africana. Música que ha dado una gran cantidad de buenos músicos, que prácticamente inventó nuevos géneros en base a la denuncia y la resistencia. ¿Qué elementos adoptas tú o reivindicas dentro del intercambio cultural entre tu país y otros países y músicas de tu región?

Publicidad

Por supuesto me gusta fusionar los estilos musicales, peo no me gusta encerrar los artistas en un sólo género musical. El rock, el funk, el jazz, han hecho parte de mi aprendizaje musical muy temprano. Los encuentros con los músicos me han formado también. Entonces no diría que estoy influenciado por regiones musicales o corrientes de pensamiento sino más bien por encuentros.

¿Puedes contarnos acerca del momento en que los instrumentos electrónicos llegaron a África y el contacto que tuviste con ellos?

Los instrumentos electrónicos siguen siendo instrumentos. No dan sino lo que uno quiere hacer con ellos. Hay que saber cómo hacer que todo funcione en armonía con los otros instrumentos. Los uso muy a menudo.

¿Cómo era la primera escena musical de los instrumentos electrónicos en el que tú participaste con Les Ambassadeurs Internationales?

En la época, el guitarrista Djelimady Tounkara me enseñó mucho (si no todo), sigue siendo mi maestro. Es el quien me enseñó todo, con Kante Manfila y Tidiane Kone son los tres gracias a quien tuve la oportunidad de tocar música. En el Rail Band y Les Ambassadeurs, al comienzo. Tidiane me trajo al Rail Band, Djelimady llego después, estaba tocando en Formation A. Y luego me fui para Les Ambassadeurs y conocí a Kante Manfila, quien me enseñó muchas cosas. En la época, creo que no pensábamos que la música iría tan lejos. En Mali, en esta época, los que tocaban música eran los que no tenían futuro; no los que tenían éxito. La idea que la música tuviera éxito así, con tanta importancia, no lo esperábamos, no contábamos con eso. Y la música ha evolucionado también, hemos trabajado con todo el mundo: franceses, estadounidenses, españoles… Esas interacciones también han llevado la música africana a otro nivel.

Publicidad

¿Qué música y otras tradiciones de tu país, tú sientes que son dignificadas a través de tu música?

El ritmo y la melodía. La música representa una manera de expresarse, de decir lo que uno piensa. También la música dio a conocer a Mali en el mundo entero.

La música colombiana se ha nutrido y tiene un fuerte componente de la música y cultura africana construido por el contacto entre los dos territorios. Esto se revela en nuestros diferentes géneros y tradiciones. ¿Sabes algo acerca de música colombiana?

Cuando uno escucha música latina es difícil saber de qué país viene. Pero conocemos la reputación de la música colombiana porque hemos sido expuestos y hemos escuchado salsa entre otras músicas latinas desde muy jóvenes.

¿Qué piensas que puede aportar la música colombiana a la música Africana, hoy en día?

​Siempre una buena mezcla. Seria súper, eso enriquece las músicas.​

***

Para más información sobre el concierto el día de mañana, 10 de octubre en el Teatro Julio Mario Santo Domingo, pinche aquí.