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Música

El mundo sonoro de Acidandali y su nuevo disco Ácidolandia: mucho más que surrealismo noise para el caos citadino

Acidandali son uno de los ejemplos más acabados de la actual escena underground de CDMX. Hablamos con el trío sobre su nueva entrega 'Ácidolandia'.

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Una película sin imágenes, un disco conceptual sin letras o narración, un momento cumbre capturado en una grabación provocada por un insulto. Todo esto es Ácidolandia (la tilde es intencional), el noveno lanzamiento del trío capitalino Acidandali y a la fecha, su trabajo más consistente y ambicioso. Llega en un momento interesante en la carrera de estos músicos: el momento en el que tienen la suficiente trayectoria y reconocimiento para ya no ser considerados “nueva propuesta”, pero listos para tomar el siguiente paso a ser un acto establecido y trascender su nicho.

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Comenzando en 2012, Acidandali se han jugado una trayectoria hasta la fecha sin tener letras que la gente pueda cantar, o versos y coros definidos; más bien, su música está compuesta de movimientos que establecen escenarios para que los músicos emprendan vuelos de improvisación en conjunto que los pueden llevar desde momentos de tranquilidad ambient hasta desenfreno punk con mucho feedback y disonancia. Aún así, han podido colocar algunos tracks entre favoritos de sus fans, como lo son “Youth Is Dead”, “Never Fear” o “Null Landscape”.

Acidandali se valen de su química como músicos, así como de la amplia gama de texturas y frecuencias, para hacer de sus presentaciones en vivo experiencias trascendentales que les han llevado a festivales como Antes y Aquí No Hubo Escena, showcases en DF de Primavera Sound y Austin Psych Fest, así como ser abridores de Phantogram. Ácidolandia pretende traducir estas cualidades al mismo tiempo que explorar una parte diferente de su sonido, algo más diverso y tranquilo.

Un año antes del lanzamiento de Ácidolandia en mayo del año pasado, se dio la grabación. “Yo veia como que no amarraba muy bien, necesitamos hacer un mundo.” nos cuenta Yiru, bajista y vocalista (la banda es complementada por Piaka Roela en guitarra y Cristóbal Martínez en la batería). “La premezcla no me encantaba tanto. Fue complicado [hacer las voces] porque todo salió de un jam, no le veía pies ni cabeza. Se [transformó en] un mundo [gracias a] las narraciones y los intermedios.” Al insertar lecturas de poemas de Dylan Thomas y Julio Cortázar, así como discursos políticos y algunos textos originales en francés, se creó una narrativa abstracta que le da unidad al disco. Esto es ilustrado en la edición física del disco, cuyo paquete es un fanzine con imágenes y palabras.

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Yiru fue el responsable en crear la narrativa del proyecto. “Cristóbal me comentó que la canción que terminó siendo ‘All My Fiends’ sonaba a Austin TV y su nombre provisional fue ‘Había Una Banda En México Llamada Austin TV’. A mi no me gusta hacer cosas como de chiste. Pude haber escrito una canción sobre México Indie pero no es algo que hagamos. Prefiero ver a Piaka cuando está muy frita e imaginarme cómo es su mundo, igual con Cristóbal. [Quise crear] una película imaginaria de cada uno de nosotros”.

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El nombre “Ácidolandia” fue adoptado después de que un bloguero mexicano se refirió a Acidandali con ese nombre de manera despectiva; coincidentemente, dicho blog causó algo de disgusto en ciertos círculos al haber escrito un artículo con el título de “La Escena Musical En México Está Muerta”. Esto fue el motor inicial que propulsó al último lanzamiento de Acidandali; sin embargo, pronto abandonaron la idea de ser una respuesta a dicho blog.

“Estuvimos trabajando un año y ha cambiado mucho la visión que teníamos con Ácidolandia”, platica Piaka. “El concepto fue decir que la escena no estaba muerta porque está pasando algo, hay un movimiento y estamos aquí. A partir de eso, evolucionamos [la música] a algo mucho más ‘visual’ dentro del sonido.” Agrega Yiru, “la amalgama que suena ahora en Ácidolandia es de las conversaciones que tuvimos los tres. Igual que con nuestro primer baterista, hicimos el registro sonoro de cómo son esas piezas. Pero no regresamos a nuestras raíces; ya tenemos un concepto, una idea de Acidandali.”

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Ácidolandia también marca un cambio para la banda ya que es la primera grabación que hacen con Martínez en la batería. Desde sus inicios hasta el 2014, el lineup de la banda había permanecido estable hasta que el entonces baterista Ale Noize dejó la banda para hacer una residencia en Nueva York con su otro proyecto, Sunset Images. Sin un reemplazo inmediato, Yiru y Piaka continuaron presentándose en vivo jammeando con amigos (una de esas presentaciones tuvo como invitado a Pepe Cortés de Vyctoria; fue grabada y lanzada bajo el título de Movements To Fight Sympathy en 2015) hasta que conocieron a Cristóbal. “[Cuando comencé a tocar con ellos] me dijeron que era mucha improvisación. Los escuché en un Blue Monday [eventos mensuales organizados por el artista sonoro Erick Diego] en el 2014. Me di cuenta que hay mucha libertad para expresar mi voz y poder darle estilo al grupo.” Desde entonces, Martínez dice que los tres se han convertido en grandes amigos.

A partir de la entrada de Cristóbal, comenzaron un régimen intenso de tocadas. “Recuerdo muy bien un show en el Alicia. No teníamos todavía tanto preparado. Ensayábamos para estar seguros de como sonábamos pero no ensayábamos [ningún material en] concreto. Las tocadas eran jams salvajes y enormes, como algo infinito. Ácidolandia fue el punto que esa conversación se pudo registrar y gracias a la mano de Yiru se pudo escuchar como algo más conceptual”.

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Acidandali son un ejemplo que muchos ponen sobre la actual escena underground en la ciudad, aunque muchas veces no se hace la distinción sobre las varias escenas que la componen; la banda tiene un sonido que les permite participar en muchos círculos. Comenta Yiru: “Nos ha tocado sortear en diferentes escena, tenemos la fortuna de que nos invitan Los Grises a una tocada, luego los de Aquí No Hubo Escena, luego Erick Diego. Tenemos la apertura de hacer networking con un montón de gente. Nos hemos preguntado si deberíamos buscar a un booking o a un manager pero eso nos limitaría, nos tendríamos que atender a su visión. Para nosotros, una tocada en una casa que tiene una fachada de Frozen, tal vez no das cinco pesos por ella pero la experiencia que vives y la gente que conoces por eso vale mucho más. No hay que limitarse al ‘circuito independiente’ o el ‘Roma Condesa’”. Cristobal complementa, “no tenemos un discurso en sí de la banda y está padre. Nuestra música es casi instrumental. Es algo interesante y se puede adaptar a donde sea. Es muy millennial [ríe]”. A la vez el grupo es productivo con otros proyectos más allá de Acidandali. Yiru y Piaka tocan en 66.6% junto con Pepe y Gib Cervantes de Vyctoria, Piaka también toca en el grupo de trip-hop Terr Monsta y Yiru tiene una faceta solista, mientras que Cristóbal es baterista de Belafonte Sensacional y el dúo Cristo y El Mal.

Ácidolandia fue grabado con un año de anterioridad y desde entonces han estado componiendo. Martínez comparte. “[Queremos tocar] algo más concreto, para no ser un grupo que nada más echa desmadre en vivo”. Yiru dice del nuevo material: “[Es] algo totalmente nuevo. Ya no está basado en nuestros jams, estamos armando canciones”. Sus planes para el resto del año incluyen grabar estas rolas en el verano para hacer una gira que los lleve a Estados Unidos y Canadá junto con Vyctoria; Cristóbal dice que grabar y lanzar el nuevo material pronto es para “llegar con una carta de presentación de lo que somos hoy en día”.

Muchos ubican a Acidandali dentro de las etiquetas del noise y lo experimental, algo que sienten los limita. Piaka explica que hay elementos que siempre permanecerán en su música, pero que no quieren ser definidos por ellos. “Decimos que somos lo más pop del noise porque estamos en medio de eso. Tenemos estructura, no es tan abstracto [aunque] el jam siempre estará presente. No tratamos de no encajar. Lo experimental es algo que al final de cuentas no te deja nada. Tratamos de conceptualizar las ideas para que al final quede algo.”

Lo que separa a Acidandali de improvisadores, ruidistas y bandas de rock es que presentan algo más allá de cierto número de personas haciendo un escándalo juntos; te invitan a habitar un lugar palpable a través de sus sonoridades. En palabras de Yiru. “No solo [queremos] sacar un disco; se trata de hacer algo más que música, un mundo propio”.