Chad Batka para el New York TimesSurcando una semana plagada de salvajes críticas sobre su presentación en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) incluyendo una titulada “Damas y Caballeros, el show de Björk en el MoMA fue realmente malo”, Björk hizo la primera presentación en vivo de Vulnicura en el Carnegie Hall. Y en caso de que ella haya leído las críticas, no se notó en lo absoluto durante el show, ya que lo manifestado en el material audiovisual que se encuentra disponible en línea irradia un tipo de belleza centelleante que le importa un carajo lo que las extenuantes opiniones mundanas tienen que decir.Respaldada por los pulsos construidos por Arca y una sección de cuerdas, Björk logró que su audiencia en Nueva York realmente percibieran el sonido emanado, la presentación marcó la primera ocasión en la que los tracks del nuevo álbum fueran desatados con la presencia de un público. La primera mitad fue íntegramente dedicada a la interpretación de casi todo el material de Vulnicura en el mismo orden del álbum, Björk vestía un atuendo que asemeja a una versión ligeramente más angelical del corazón recogido de un cactus demoniaco, el cual decora la portada de su último álbum, y en caso de que el clip de “Stonemilker” pudiera ser algo, sería el milagro de que alguno de los espectadores haya salido del lugar con su espectro emocional intacto.Así que, básicamente, saca una fotografía de tus seres queridos, enciende una vela y pasa los siguientes siete minutos viendo lo que está aquí abajo: