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Música

PREMIERE: Baila como piña colada con ‘Moni Moni’, el nuevo disco de Cero39

Dembow fritín. Cumbia monster. Reggaetón clash. Pacífico bizarro. Presentando el nuevo tote de la banda más rara del balneario.

Foto: Luis Otero Prada

Como remixero febril, productor misterioso o performer fuera de control, Cero39 se ha hecho un nombre como un explorador de la pista de baile de su momento y de su lugar que, contrario a los más visibles de sus contemporáneos, ha sabido evadir banderas deliberadas de identidad para deconstruir con ironía el diálogo habitual que su generación ha planteado entre la electrónica y los ritmos arraigados a estas tierras calientes como el vallenato, la cumbia y la champeta digital.

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De esta manera, ha sido tanto caricatura del hipster tropical como celebración del raver de chanclas. Una piña de gafa oscura, como bien ha sabido retratarse.

“No nos excusamos en ritmos autóctonos para evocar la danza”, afirma su creador Mauricio Álvarez.

Nacido en 2007 como el experimento solista de este inquieto productor (que también está detrás de proyectos como Sultana), Cero39 arrancó experimentando, como muchos, con ritmos nativos moldeados a computador, convirtiéndose desde entonces y gracias a un chip aleatorio, alejado de toda fórmula, en un referente del beat sudaca digital más frito al lado de nombres como Dengue Dengue Dengue! o lo que en algún momento fueron sus socios de Fauna, gracias a sus cientos de remixes, dos EP’s (Volador de 2012 y Vaciles casuales de 2013) y un larga duración llamado Móntate en el viaje (2012), pieza obligada de salvajes remates chapinerunos gracias a totes indudables como este.

Armado de un marcado cinismo tropical y una clara actitud anti-industria (su carrera es también una calculada secuencia de autosabotajes), Cero39 ha logrado agitar pistas en países como México, Alemania, Perú y República Dominicana con encarnaciones varias, desde DJ set hasta full banda de bajos, sintes, tambores y guitarras. Hoy, como tripulación multiculti de cuatro (un colombo-italiano repatriado de Berlín llamado Darío Sendoya acompaña a Álvarez en las máquinas, mientras un sincelejano-caraqueño llamado Víctor Carrascal y una paisa koreana llamada Yu Hee Kim lo hacen desde las voces), la clásica piña ha dejado las RayBan de lente cromático para mostrar una nueva mirada: unos ojos en blanco, y de paso desatar otro tipo de trance.

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¿La idea?

“Construir vainas aún más raras”.

Ellos lo llaman “dembow fritín”, “cumbia monster”, “reggaetón clash”. Justamente el tipo de rareza que atraviesa de principio a fin el MoniMoni, el nuevo disco de su banda. Un trabajo en el que se concretan por fin, en raciones equilibradas, sabor y veneno, el jugo de piña zombie que es el Cero39 actual.

Uno, sin duda, que ya está bien calibradito para la pista global.

Compuesto por temas que durante los últimos cuatro años han madurado en vivo para convertirse en nuevos clásicos de la subterránea bogotana (“Pau”, “MoniMoni” o “Berlombia”), en el trabajo, que por momentos le hace guiños evidentes a Systema Solar, la piña se echa chapuzones en ríos del Pacífico al sonar de la marimba, perrea a fondo a ritmo de dembow dominicano, eventualmente hace apariciones esporádicas por verbenas del Caribe colombiano y, en chanclas, como siempre, se convierte en piña colada sobre patrones 4/4.

Respecto al chiste, dice Álvarez: “‘MoniMoni’ en sí enfatiza esta búsqueda sonora: españolizando el “money, money” del inglés pa’ llevarlo al slang colombiano”.

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“MoniMoni” se estrena oficialmente mañana 7 de julio con un fiestón en Bogotá y al otro día en plataformas digitales. ¿Quiere ir a la fiesta? Simple: suba una foto chupando piña a Twitter con el hashtag #chupandopiñaconnoisey mencionandonos a nuestra cuenta @NoiseyCo. Las mejores fotitos ganan entrada doble. Y pilos, que el concurso acaba a las 5 de la tarde.