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Música

Zonora Point: ‘Neón’ y los riesgos del reggaetón

Conversamos son Camileazy, el 50% disponible online de Zonora Point, sobre ‘Neon’, su nuevo mixtape reggaetonero, la libertad de crear fuera de casa y el estado del hip hop chileno.​

Desobedientes ante toda tradición musical regional y políticamente incorrectos, Jamez Manuel y Camileazy le pierden el miedo a las críticas, tomando el riesgo que conlleva la genuina búsqueda sonora. Criticados, aplaudidos, pero sobre todo bailados, Zonora Point acaba de volver al formato mixtape, formato que los vio nacer en el rap, y que hoy los catapulta como una de las bandas chilenas con mayor proyección internacional gracias al reggaetón.

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Conversamos son Camileazy, el 50% disponible online de Zonora Point, sobre su nuevo mixtape reggaetonero Neón, la libertad de crear fuera de casa y el estado del hip hop chileno.

NOISEY: Sé que Zonora Point comenzó con una banda que se llamaba De Barro…
De Barro fue la primera banda que integró Jamez con Lioz Prob. Ellos hacían un dúo de hip hop clásico; yo era amigo de ellos y trabajábamos juntos porque yo hacía graffitis. Así partió nuestra relación de amistad y trabajo. Sacaron un EP que era algo muy diferente a lo que se estaba escuchando en ese momento en el hip hop chileno. Se hizo un lanzamiento, pero luego se quedó en stand by porque —por estudios, teníamos como 19 años— nos tuvimos que ir a Argentina. Lioz se quedó en Chile. Y allá fue Zonora Point. Empezamos a ir a unas fiestas en Buenos Aires que se llaman Zizek, en las que mezclaban hip hop con cumbia y música electrónica, y ese fue el énfasis que le quisimos dar a la banda. Más fiestero y con sonidos nuevos, más movidos y con otras temáticas. Hubo otro proyecto que se llamó Fábrica del Hit, que fue un proyecto paralelo y lo conformaban Jamez, Lioz y Soza —un amigo que ya no hace música. Pero en el fondo siempre hemos sido los mismos personajes, con distintos nombres, con distintas ropas. El nombre “Zonora Point” nace porque nuestra casa de allá era el point de encuentro con nuestros amigos y porque cuando comenzamos éramos muchos participantes. Entonces en vez de tener una sonora de cumbia éramos una sonora de raperos.

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Tuvimos afinidad por la manera de ver la música. Siempre hemos tenido una concepción y una percepción no tan clásica, no tan purista, ni docta. Nos gusta el hueveo, nos gusta ir a fiestas. En esa época seguíamos a los mismos raperos gringos que estaban saliendo, escuchábamos 50 Cent y todo el mundo lo odiaba porque era el rapero con una imagen totalmente diferente a lo que se conocía. Nos gustaban los raperos latinos como Tego Calderón, como Julio Voltio, que son boricuas. Pero en realidad siempre hemos escuchado de todo.

¿Cómo influyó que comenzaran su carrera en Argentina?
Influyó 100% porque nos sentimos más libres, en el sentido de que en Argentina —en esos instantes— no había una cultura hip hop muy desarrollada o los raperos todavía no estaban adelantados en el uso de programas, como sí lo estábamos en Santiago. Entonces pudimos explayarnos de un modo más relajado, sin tanto chaqueteo de por medio. Sin el peso del qué dirán. Ahora grabamos el mixtape en México y encontramos que resultó súper bien, por lo mismo, porque estábamos fuera de Chile y nos sentimos mas libres, ¿cachai’? En ese momento hicimos buenas migas con el sello Zizek que era de Djs básicamente: Villa Diamante, el Douster —que es la persona que nos produce hasta el dia de hoy—, Marcianos Crew

El concepto de Zonora Point tiene cierta identidad visual…
Sí. Yo estudié arte y Jamez, fotografía. Todo tiene que ver con nuestra música. Yo, por ejemplo, hice todas las primeras carátulas y, más o menos, me he dedicado a ser el director de imagen. Siempre hemos tratado de buscar otra alternativa a la hora de mostrarnos. Por ejemplo, al principio intentaba no hacer tanta foto clásica-rapera y jugar más que nada con las formas, con los colores y la abstracción. Pero ahora, con el último trabajo que hicimos, sólo escogimos una foto. Hemos buscado opciones distintas de lo que se esté haciendo y de lo que hemos trabajado. Pero con Neón hicimos algo más simplón.

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Usaron una fotografía que los muestra a ustedes como figuras…
Exacto, esa era la idea: mostrarnos a nosotros con una vestimenta ad hoc a la música del mixtape. Y eso tiene que ver con la música que viene en el disco, con la decisión de sincerarnos y decir “bueno, nos gusta el reggaetón, nos gusta el hip hop y el trap, nos gusta todo”: eso somos nosotros.

En ese sentido, cuáles han sido los miedos, las distancias o los cuidados que tuvieron al momento de decir “Ok, me gusta el hip hop, no sé… pero también me gusta el reggaetón”…
En realidad ni lo pensamos hueón, como que nosotros íbamos con otro plan a México. Íbamos a terminar un disco quedó a medio a camino; o sea, nos juntamos a terminarlo, pero terminamos haciendo este mixtape. No lo pensamos mucho, no fue como “hagamos esto, hagamos esto otro”. Sólamente fluimos y salió lo que salió. Nos arrendamos un departamento y estuvimos ahí dos semanas. En ese tiempo hicimos como 15 canciones, súper rápido. Estuvimos una semana entera grabando y la otra arreglando algunos detalles. Nunca hemos tratado de controlar nuestra música porque sentimos que eso también nos limita a la hora de crear. Eso también fue otra tarea, onda perder los prejuicios, olvidarse de todo, olvidarse del qué dirán. Sobretodo acá en Chile, porque en Chile somos bien criticones, sobretodo los raperos. Porque el movimiento hip hop por muy amplio que sea, al mismo tiempo, es muy cerrado, ¿cachai’?.

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¿Cómo se dio la colaboración con Marlon Breeze y con Mariel Mariel?
Con la Mariel porque ella vive en México y es nuestra amiga, teníamos que invitarla. Aparte que ella tiene su carrera en México y podemos hacer links por ese lado. De todas maneras queríamos hacer una colaboración con alguna persona que si no era mexicana que al menos viviese allá. Y con Marlon Breeza… bueno, él grabó en Chile y más que nada nos gusta mucho su estilo, son muy underground. Nosotros realmente lo admiramos.

¿Cómo llegaron al nombre de “Neón”?
Porque el disco nos transporta mucho a lugares de noche, con luces, que te dan la sensación de velocidad, ¿cachai’?. Encontramos que “Neón” agarraba todos esos conceptos: noche, luces, velocidad, colores, bohemia. Es la palabra que mejor le queda a la sensación que da el mixtape.

Usan elementos de la electrónica, del reggaetón, del trap… Me imagino que eso le saca ronchas a un montón de gente…
La verdad, para serte sincero como que no pescamos mucho. O sea, como que sentimos que hay que estar en nuestros pantalones… Las críticas de nuestros colegas han estado súper bacanes, siempre han valorado nuestro trabajo. El mixtape, por ejemplo, lo masterizó Chalo G, Gonzalo González, que es un maestro del sonido. Y recibir el apoyo de ese tipo de personas para nosotros es mucho más significativo que cualquier critica de una persona que en realidad no está en la nuestra.

¿Al explorar los límites del género, han ido explorando otros límites, por ejemplo, en las temáticas?
En general siempre hemos tratado que las temáticas sean algo cotidiano y honesto. No me refiero a lo cotidiano como decir “Uy los políticos de mierda y el Transantiago”. Me refiero a lo otro cotidiano: por ejemplo, juntarse con los amigos e ir a una fiesta, tirar un chiste. Siempre hemos tratado de abarcar ese lado, no tanto de la crítica social o algo más cabezón. Igual tenemos algunas críticas porque son temas que tampoco se pueden dejar de lado o posiciones, pero eso no es lo nuestro. Lo nuestro es tratar de olvidar tus problemas, es un lado más relajado, que —para nosotros— es más honesto y que es más humano, también. Estamos para todo: para los problemas, para estar con los amigos, para todo. Pero en Neón tratamos de hacer una diferencia, y más que nada hacer canciones de amor y de desamor. Y eso va netamente para las minas, sobretodo las canciones de reggaetón. Las escribimos como si le estuviéramos cantando a una mujer, ¿cachai’?.

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Musicalmente siempre hemos buscado por todos lados, no sé poh… Nuestro primer hit fue un remix que hizo Douster de cumbia, el “Huachita Rica”, y se escuchó en todos lados… en realidad recorrió el mundo entero. Más adelante para Puerto de Palos hicimos rap con sampler de cueca [género y baile musical tradicional chileno]. La cueca se compone diferente al común de la música; la cueca es 6/8 y el común de la música es 4/4, entonces en ese disco tuvimos esa búsqueda musical y también al escribir. La rima y todo se escribe distinto porque los ritmos van distinto. Bueno, y ahora hicimos reggaetón, que es algo que nos faltaba por hacer y lo hicimos.

¿Es posible, en este sentido, hacer música para pasarlo bien sin perder la autenticidad o algún tipo de contenido?
Yo creo que si poh’. Nosotros hemos logrado eso. Si bien estamos haciendo canciones de reggaetón, siento que también se nota que somos nosotros los que estamos tocando y que no se parece a esto o a lo otro. Hemos tratado de mantener un estilo bien patentado a la hora de escribir, de rimar, y creo que sí se puede.

¿Y en qué consiste ese estilo bien patentado?
Es que nosotros usamos mucho la irreverencia, el humor. Decir las cosas como son y no como te gustaría escucharlo, y esas son cosas que no hemos perdido.

Yo me preguntaba por qué les va tan bien. Pensaba: porque son buena onda, porque mezclan la electrónica y el reggaetón, por que hablan de mota…
Jajaja, yo creo que por todas las anteriores y porque somos buenos. O sea, yo encuentro que nosotros somos buenos. No quiero pecar de arrogante ni nada; te lo digo como súper humildemente. Trabajamos harto, nos esforzamos harto, siempre queremos mejorar. No siempre hemos logrado lo que nos hemos propuesto, pero creo que hemos estado cerca de eso. Somos como súper diferentes al resto de las bandas, ¿cachai’? Hemos estado escuchando a Young Thug, un rapero gringo al que sí quisimos acercarnos. También se ha hecho mucha alusión a los Pxxr Gvng que también hacen trap, reggaetón y usan autotune.

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¿Hubo algún momento en el que ustedes decidieron que no iban a hacer un rap estricto y que tenían que buscar otras cosas, o se dio que les gustaba el vacilón y empezaron a probar con otros estilos?
No, nunca hemos querido caer en eso del rap estricto o de cierta música estricta, porque eso limita. Nunca hemos querido casarnos con un estilo musical porque si el día de mañana queremos hacer otra cosa no tendría sentido. No puedo decir verde-verde-verde durante 5 años y después me gusta el azul-azul-azul. Ser tan estricto te lleva a no poder salir de donde estai’. La música no es un dogma o algo así, sino que un instrumento para poder distraerse, divertirse, jugar, bailar. Sentirse bien.

¿Cuando ustedes componen descubren que hay alguna lógica o estructura en las canciones como más vacilonas que tienen, onda “esto va a gustar”?
Sí, de todas maneras, pero como que siempre nos ha pasado —sobretodo con el Duster— que las cosas se nos dan muy rápidas y muy simples, principalmente porque él trabaja de un modo muy efectivo. Entonces se pone a hacer una pista, se nos ocurre una idea y nos transportamos a este o aquel lado con tal sonido. Escribimos la letra acorde a ese sonido. Muchas veces lo logramos, muchas veces no.

¿Tienen una preocupación por el lenguaje al momento de su composición?
Sí, lo que pasa es que como vivimos en Argentina a veces usamos palabras que usan allá y que se usan en otros países que no son Chile. Ahora que estuvimos en México te das cuenta que en realidad estai’ parado en un lugar en el que estás en contacto con gente de muchos otros lugares. Por ejemplo, estuvimos en el Vive Latino con gente de Costa Rica, de Puerto Rico, de México, de Guatemala, de Argentina, de todos lados… tratamos de armar un concierto más latinoamericano a la hora del lenguaje. Una palabrita de acá, una de allá, cosa que si lo escuchas desde allá te llame la atención.

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El paso por festivales como el Vive Latino o el Lollapalooza, ¿qué tipo experiencia les ha dado?
Pucha, esas han sido nuestras mejores experiencias. Por ejemplo, la del Vive Latino fue más bacán porque al menos yo conocí un país nuevo y también te sitúa en un lugar distinto a la hora de decir “ya estoy acá y soy capaz de esto, de esto otro, de ir más adelante”. De ir saltando etapas. Entonces a la hora de ir a probar sonido, de cachar toda la parte técnica, siempre vai’ aprendiendo un poquito más. Como se trabaja con otros sonidistas, con backliners, con Djs nuevos. Para nosotros han sido las experiencias más enriquecedoras y también las más gratas.

La puesta en escena es un tema importante; siempre tratamos de hacer algo fuera de lo común. En los festivales tratamos de dejar la mejor impresión posible, porque hay mucha gente que no nos ha escuchado nunca y, en realidad, para esa gente uno está tocando. Para nosotros no ha sido muy difícil, porque en nuestro público hay de todo: raperos, electrónicos, que les guste cumbia, o reggaetoneros. No nos agotamos mucho a la hora de captar nuevos fans.

¿Sus fans de Chile o de México tienen algo en común?
Sí, lo que pasa es que al final terminan todos siendo amigos, entonces tienen algo en común. Todos estarían en la misma fiesta de Zonora Point; una fiesta con mucha mota, amigos y sus tragos. Su Fernet ahí.

¿Han pensado en dejar Chile en algún momento para que su música llegue a otros lados?
Eh sí, lo hemos pensado. Pero pucha, yo tengo familia, como que hay responsabilidades. Por el momento estamos optando a internacionalizarnos y sacar algunos shows afuera. Pero internacionalizar la carrera desde Chile.

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¿Cómo ven ustedes el hip hop en Chile?
Creo que el nivel ha subido innegablemente en el sentido de que ya hay más recursos, más tecnología, hay más conocimiento de programas. Más infraestructura y todo, pero creo —esto es una opinión súper personal—, que el hip hop chileno está muy depresivo, en el sentido del mensaje que quiere entregar y eso no es muy positivo, sobretodo para los niños más chicos.

¿Pero eso sería como una respuesta a una circunstancia en particular o es que la escena no ha salido de sus límites y lo único que le quedó fue irse para abajo?
Exactamente. Yo creo que de eso se trata, así como que también se han atrevido tan poco a hacer cosas distintas. No podi’ seguir repitiendo el mismo parlamento de año a año. Entonces, ya están todos más en la personal, más en la íntima. Yo en eso, yo y mi vida, aquí y allá. Siento que ya esta media morbosa la escena.

¿La escena a la que ustedes llegaron era así, o era diferente?
Siempre ha sido medio similar, pero en realidad no tenemos mucha relación con el movimiento hip hop. Tenemos amigos muy puntuales pero, por ejemplo, a nosotros nunca nos invitan a festivales de hip hop o a las cumbres de rap. Así que tampoco nos sentimos muy parte, aunque amamos el rap porque es lo que hacemos dentro de todo. Pero no nos sentimos parte. Estamos a un costadito haciendo nuestro trabajo. Sé que en estos momentos hay una unión latinoamericana del rap y eso me parece súper bien, súper positivo, porque hace creer un movimiento regional que cruza fronteras. Pero al mismo tiempo nosotros no estamos mucho en contacto, la verdad.

¿Qué viene en el futuro para Zonora Point?
Lo más probable es que hagamos una presentación oficial a la vuelta de mi viaje a Los Ángeles. Voy a participar en un programa de talentos musicales.

A ver, cuéntame…
Una productora gringa hace un asunto en Estados Unidos que se llama “Sueño Americano”. Vinieron a Chile y están haciendo pilotos para un docurreality de jóvenes talentosos que los llevan para allá, los dejan nivel Hollywood y vuelven al país de donde sea. Yo soy parte del piloto, tengo que estar allá mas de un mes y grabar una serie de canciones, hacer un videoclip y vivir una experiencia nueva. La idea es después vender esta idea a un canal chileno o a uno latino. Estoy entusiasmado, pero no he tenido mucho tiempo para pensar en el viaje porque estoy organizando todas mis cosas; ni siquiera he tenido tiempo para pensar cómo sería; voy con las mejores energías nomás. Con las mejores intenciones que salga lo mejor posible, pero tampoco puedo hacerme muchas ilusiones, porque después no quiero defraudarme de nada. Estoy tranquilo hasta que llegue el día de viajar, ahí concentrarme en eso y fluir.

Andrea Ocampo Cea escucha reggaetón todo el día, y también está en Twitter — @andreiii