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Música

Estreno: Masilva y Abelardo Carbonó se unen en un EP

“Oye Paola” y “Abelardo”, son resultado de un encuentro fortuito que derivó en fusión entre el pop electrónico y el frenesí tropical del maestro Carbonó.

Camilo Martínez, Masilva, es un cantautor bogotano semi-nómada, qué ha vivido en España y Perú y que se define a sí mismo como un “electrotrovador”. En su repertorio combina músicas tradicionales de Colombia, como cumbia, joropo y bambuco, y las mezcla con músicas anglófonas, como funk, pop, dub y hip hop. En enero de este año, Carlos Mendoza, guitarrista en la banda de Masilva, tuvo la suerte de estar en el lugar preciso, en el momento indicado. Durante un viaje que Mendoza hizo a Barranquilla, se encontró, en el Parque de los Músicos, al rey de la psicodelia champetera, Abelardo Carbonó. Y, como cualquier afortunado que sabe aprovechar las oportunidades que le brinda la vida, le regaló un disco de Masilva.

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Al otro día, Mendoza y Carbonó se reencontraron y el maestro le propuso hacer una colaboración. Sin pensarlo mucho, Carlos llamó a Camilo, quien se econtraba de vacaciones en Santa Marta justo por aquellos días. ¡Oh, casualidad hermosa, destino loco! Obviamente, al enterarse de la noticia, decidió viajar a Barranquilla para hablar con uno de los guitarristas más alucinógenos y respetables que ha parido este país.

Esta colaboración resultó en un encuentro entre el tropicalismo capitalino y las raíces más profundas de la música tradicional colombiana. La intención corresponde al deseo y la urgencia colectiva de preservar nuestro folclor; reivindicar y rescatar la herencia de los viejos maestros, que durante décadas han permanecido escondidos en la marginalidad, a pesar del rico legado musical que constuyeron. El azar juntó a estos dos músicos, uno revivido, el otro emergente, que se miran el uno al otro y reconocen un pasado común.

Abelardo Carbonó con Masilva, en Barranquilla.

Abelardo Carbonó es considerado el pionero de la champeta criolla. Durante los años 80, este guitarrista experimental y psicodélico gozó de un fugaz éxito, pero su nombre y su música quedaron en el olvido. Carbonó quedó a su suerte, trabajando primero como policía, en una mina de la Guajira, y dando serenatas en Barranquilla, lugar donde reside. En 2010, Palenque Records, proyecto manejado por Lucas Silva, lo rescató en su compilado Palenque Palenque: Champeta Criolla & Afro Roots in Colombia 1975-91. Posteriormente, en 2013, el sello español Vampisoul (de la disquera Munster Records) cavó profundo para encontrar las canciones de Carbonó y finalmente lanzó el álbum El Maravilloso Mundo de Abelardo Carbonó: Psychedelic, Afro Roots & Champeta in 1980s Barranquilla. Después de 20 años, y gracias a estas dos loables misiones de recuperación fonográfica, este titán volvió a sonar en Colombia.

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Hoy presentamos “Oye Paola” y “Abelardo”, los resultados de aquel encuentro casual y afortunado, en un parque cualquiera, que dio lugar a la fusión entre el pop electrónico característico del proyecto de Masilva y el frenesí tropical del legendario Abelardo Carbonó. En ambas canciones se despliega un collage de estilos que incorpora un tropi-pop suave junto a todo el veneno de la champeta y el endemoniado sonido de la percusión caribeña.

El proceso de grabación se hizo en dos partes: Primero, los miembros de Masilva compusieron los temas y grabaron las maquetas de las canciones en el estudio Audiovisión de Bogotá. Después viajaron a Barranquilla y, en una sola sesión, incorporaron los arreglos de Carbonó, quien puso como única condición tocar con su percusionista, Fabián Ahumada. La mezcla estuvo a cargo de Richard Blair, una de las columnas del tropicalismo contemporáneo en Colombia y fundador de Sidestepper. La portada fue hecha por la artista Mona Herbe, quien tomó una foto de ambos músicos, la cortó en tiras y la combinó para formar una cara compuesta por los rostros del maestro Abelardo y de Camilo. Esto lo adornó con un bordado hecho por un grupo de artesanas indigenas que dibujaron a mano el nombre de ambos.

El EP, que incluye dos canciones, "Oye Paola" y "Abelardo", estará disponible en Deezer por dos semanas. El estreno está planeado para el 20 de noviembre en el Cine Tonalá. Decidimos hablar con Camilo Martínez para que nos cuente sobre toda la experiencia:

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¿Cómo fue la sesión de grabación y cómo es Carbonó en el estudio, es exigente, bravo, le gusta echar chistes?

Él echa chistes todo el tiempo y se la pasa contando anécdotas de su pasado y vainas que le sucedieron en los 70, los 80 y después. Es muy chévere y muy vivaz. Para la sesión en el estudio, ellos llegaron por la mañana y primero grabó Fabián Ahumada, el percusionista. Algo que me pareció súper bacano fue que el maestro hizo toda la dirección rítmica del proyecto. Él le decía al percusionista qué tocar, por ejemplo: “A ver, aquí tócate un bolero en la congas, en la caja hazte un ritmo de paseo”, y Fabián iba construyendo todo ese enlace rítmico. Después grabó la guitarra y también fue muy chévere porque el estudio tiene unos equipos antiguos, entre ellos un amplificador Fender como de los 70 con un sonido muy vintage, muy chévere. No mete la guitarra con pedales ni nada, ni toca con plumilla , ese es el sonido de él.

¿Cómo crees que Carbonó se adaptó a la propuesta de fusionar su música con la tuya? ¿Los sonidos electrónicos y modernos fueron complicados para él o fue un proceso natural?

Él decía que era importante que tuviera el tumbao y el veneno, por eso insistía que grabáramos con un percusionista suyo. Cuando le mandé las maquetas, él decía: “suena un poco rock la vaina, pero esta chévere” y en el estudio iba grabando y tocando. Yo creo que él hizo un ejercicio muy bonito y muy chévere para aproximarse a la música de Masilva.

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¿Desde cuándo empezaste a explorar el universo de Carbonó?

La primera canción que escuché de él fue “Palenque”, que aparece en un compilado de Palenque Records. Ahora, el acceso a sus discos lo vine a tener hace relativamente poco, por ahí en 2013. Primero me compré la recopilación que sacaron en Europa y luego, en alguno de los viajes que hice a Barranquilla, me conseguí algunos de los discos que grabó hace 20 o 30 años. Cuando lo escuché por primera vez fue muy revelador, yo no sabía que eso existía y que además venía de Colombia. Yo había escuchado algunas cosas así, tropicales, psicodélicas y locas de Brasil, por ejemplo: había escuchado a Tom Zé hace muchos años, quien es como un revolucionario de la música tropical, de la música brasileña y de muchas músicas que incorpora a su mundo. Me pareció que Carbonó era un personaje muy similar, un tipo completamente revolucionario y completamente adelantado a su tiempo, encontrar su música fue un despertar.

¿Qué representa Carbonó para ti?

Para mí representa un innovador, un mestizo musical como hay muy pocos en Colombia. Hoy en día se está haciendo música psicodélica, tropical, rara y experimental. Pero si piensas en lo que pasaba hace 30 años, pues sí, ves que se hacían fusiones, por ejemplo todo lo que hacía Wganda Kenya y lo que hacía Jimmy Salcedo con sus grupos, que era chévere, pero eso que hizo Carbonó va un paso más allá. Porque además de juntar muchos universos musicales, es muy arriesgado, tan arriesgado que quizá por eso no fue entendido en su tiempo y por eso pasó tantos años en el olvido. El maestro Carbonó fue como un secreto bien guardado durante mucho tiempo.

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¿Qué anécdotas divertidas tienes de este proyecto?

Estos temas los grabamos en 432 Hz, una afinación más baja de la estándar que es la A440. Cuando llegamos a Barranquilla, se nos olvidó decirle eso al maestro. Entonces, a la hora de bajar la afinación fue un reto. Tardamos como una hora afinando la guitarra para que pudiera estar lista y poder grabar, porque nos tocó hacer matemáticas para poder conseguir la afinación que era.

Háblame de qué planes tienes para el EP, ¿va a haber una versión en físico o solo digital?

Por ahora sólo en digital pero sí quiero y, de alguna manera, voy a conseguir los medios económicos para lanzarlo en físico. Me gustaría hacer un vinilo de 45 con lado A y B. El mundo de hoy es muy digital, las cosas pasan demasiado rápido, hay mucha gente produciendo y todo se ha reducido a hacer un archivo mp3, es importante hacer cosas físicas, porque eso se queda. Dentro de 20 años no sabemos si el mp3 va a seguir existiendo o si va a haber internet, pero el vinilo de 45 va a seguir existiendo. Por eso el arte del disco lo hicimos físico, un poco para sostener esa creencia.

¿Cómo va a ser el lanzamiento de noviembre?

Va a ser el 20 de noviembre en el Cine Tonalá, estamos haciendo todo para traer a Abelardo Carbonó ese día y vamos a sacar el video de la canción “Abelardo”, hecho con tomas del proceso.

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