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Música

Bienvenido al club más pequeño del mundo

¡Vamos a divertirnos como enanos en The Minuscule of Sound: una disco de 2.8 metros cuadrados!

*Este artículo apareció originalmente en THUMP, nuestra plataforma de música y cultura electrónica.

«Una vez en Glastonbury logramos meter 26 personas», menciona Kev Wright. «Había gente recostada en el suelo y a lo largo del techo estaban realmente apretados y era muy difícil respirar». Durante muchos años consecutivos, menos este, la instalación artística callejera de parodia "The Minuscule of Sound" ha sostenido el Record Mundial Guinness como «el club móvil más pequeño». Abarrotando una cabina de DJ, un guardarropa y una pista de baile iluminada en un espacio de 2.8 metros cuadrados, el proyecto intenta desafiar lo absurdo de la costosa y elitista experiencia club.

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«La gente vuela miles de kilómetrros y paga miles de libras para ir a un enorme y costoso club nocturno», comenta. «En Inglaterra venimos de un trasfondo de fiestas y festivales gratuitos. Queríamos criticar el sinsentido». Establecida por Wright y otros tres cofundadores, Mark Fairhurts, Sam Williamson y Keef Packer, The Minuscule of Sound (cuyo nombre claramente parodio el de la súper discoteca The Ministry of Sound) debutó por primera vez en el guardarropa de una piscina abandonada.

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«Lo hicimos como una simple broma, para reírnos por un día», recuerda Wright a sus ahora 43 años. «Nos vestimos de traje y nos pusimos al frente para indicar quién entraba». Aquellos afortunados en hacerse camino entre los injustos pseudo gorilas, tenían su primer encuentro con el reducido club, al que normalmente le caben solo ocho personas. «Inmediatamente la gente nos preguntó cuándo pasaría de nuevo», agrega, tratando humildemente de ocultar su orgullo.

Siendo su primera fiesta todo un éxito, el equipo de The Minuscule reconoció el potencial del proyecto para ser llevado a festivales europeos de gran categoría. «Pensábamos, bueno, queremos ir a algunos festivales, quizá podríamos usarlo como una forma de llegar a ellos», dice Wright, quien desde entonces ha tachado Glastonbury, Bestival y Fuji Rock Fest Japan de su lista de deseos. «Fuimos a unos cuantos festivales y de inmediato la gente nos preguntó dónde podían contratarnos».

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Aunque el considerado club viajero era un cambio refrescante para la industria, hubo una abusiva represalia contra ellos. «Recibimos una orden de 'cese y desista' del Ministry of Sound», confiesa Wright, refiriéndose al complejo masivo de entretenimiento que domina la vida nocturna de Londres. Afortunadamente, el gigantesco club pidió disculpas por su agresiva acción después de que un periodista escribió un articulo señalando el ataque corporativo del club sobre su desamparada parodia.

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«Una mañana recibí una llamada de James Palumbo, la cabeza de Ministry of Sound», recuerda Wright. «Me dijo, "estamos muy apenados, por favor vengan a nuestro club. No mencionen esto a nadie más, podría ser muy malo para nuestras relaciones públicas el que ataquemos a alguien más pequeño"». Como bromista experimentado, Wright entendió que molestar a los tontos era otro aspecto de la experiencia del Minuscule of Sound.

«Es el club más pequeño del mundo, tan simple como eso», dice con una juguetona risa de villano. «Tenemos una alfombra roja larga que te hace sentir especial mientras caminas hacía la puerta, después hay dos o tres gorilas de traje con cascos. Pueden dejar pasar a la gente pero a veces no lo hacen. Te harán esperar en la fila por veinte minutos y debes ir preparado para eso». Mientras la mayoría de los visitantes que son excluidos del club miniatura ven con humor la naturaleza del sitio, algunos se van embarazosamente agitados, incluyendo al embajador de la marca "Eat, Sleep, Rave, Repeat", Fatboy Slim.

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«Fatboy Slim vino cuando estaba en la cima de su fama», confiesa Wright, riéndose. «Nos preguntó si podía tocar un set. Nuestros gorilas le dijeron que tenía que mandar primero un mixtape. Nunca entró a tocar porque nunca mandó el mixtape». A pesar de su sucia comicidad, el club se mantiene como una atracción obligada en los eventos de todo el mundo. «Hemos tenido bandas enteras aquí, mucha desnudez horrenda, ha habido ocasiones en que físicamente hemos tenido que sostener las paredes; nos han ofrecido diez, veinte, cincuenta libras para entrar», señala mientras comenta algunos de los momentos más recordados del club. Aunque el Minuscule of Sound perdió su Record Guinness contra la discoteca Rumours, de 2.2 metros cuadrados en Liverpool, Reino Unido, Wright se enorgullece de que su pequeño club se mantenga fuerte. «Es muy sorprendente. Cuando era niño, amaba el libro de los Record Guinness. Es algo increíble». El próximo verano, el acto viajero hará un regreso triunfal al circuito de festivales para otra temporada de traviesa camaradería.

«Es sorprendente cuando la gente aprecia tu pequeño y estúpido esfuerzo. Es todo lo que siempre hemos querido».

*** Rebecca está en Twitter. The Miniscule of Sound está en Facebook y Twitter.