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El FBI dice que el fundador del sitio Girls Do Porn es un fugitivo buscado

El dueño de Girls Do Porn es un fugitivo buscado y ahora enfrenta una extradición a los EE. UU.
LC
traducido por Laura Castro
Michael Pratt.
Michael Pratt. Imagen: Archivo/ Composición: Rachel Pick.

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

El fundador del sitio web Girls Do Porn es un fugitivo buscado y el FBI dice que lo extraditará si lo encuentran escondido en el extranjero.

Michael Pratt es el líder de la operación de delitos sexuales Girls Do Porn, una compañía de producción de pornografía que obligó a muchas mujeres a tener sexo en video y les mintió sobre cómo se distribuirían esos videos. Según el testimonio de su cómplice Matthew Wolfe, Pratt pudo haber huido a Nueva Zelanda durante un juicio civil que terminó recientemente en el que él y sus asociados fueron acusados de fraude y coerción por 22 mujeres.

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“Michael James Pratt es un fugitivo. Estamos tratando de localizarlo", le dijo Kelly Thornton, portavoz de la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos en San Diego, a la vertical Motherboard de VICE. "Si lo encontráramos fuera de los Estados Unidos, buscaríamos su regreso. Cualquier persona con información sobre su paradero debe comunicarse con el FBI".

En el juicio civil el juez falló a favor de las mujeres, ordenando inicialmente a Girls Do Porn que les pagara casi $13 millones por lo daños. Pero en octubre, a medio juicio, a Pratt y sus cómplices, incluido el camarógrafo principal Wolfe y el actor Rubén García, les hicieron cargos federales por tráfico sexual.

Pratt, quien es originario de Nueva Zelanda, operaba bajo un esquema que, según los abogados de las mujeres, obligó a cientos de mujeres a filmar pornografía. En particular, él y sus empleados les dijeron a las mujeres que los videos solo serían vendidos a coleccionistas privados en Australia y Nueva Zelanda, y que nunca serían vendidos en línea. Pero los videos se publicaron en el sitio web de Pratt y los promocionaron en importantes sitios pornográficos gratuitos como Pornhub. La difusión viral de los videos, sin el consentimiento de las mujeres, arruinó la vida de muchas de ellas.

La fiscal federal adjunta Alexandra Foster le dijo al New Zealand Herald que la policía de Nueva Zelanda ha estado cooperando con el Departamento de Justicia y la Oficina Federal de Investigación. Ella no confirmó si creen que Pratt está en Nueva Zelanda, pero dijo que si descubrieran que se encuentra en el país, buscarían su extradición.

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Mientras tanto, las autoridades de Nueva Zelanda están difundiendo esta imagen de Pratt con la esperanza de que alguien les dé una pista sobre su paradero:

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"El fallo provisional no afecta el caso penal. Las pruebas que presenta el gobierno en un caso penal deben estar 'más allá de toda duda razonable', que es un estándar mucho más alto que el de la demanda civil, donde el peso de las pruebas es la simple preponderancia de la evidencia", declararon en un comunicado para el New Zealand Herald los abogados defensores de Girls Do Porn Aaron Sadock y Daniel Kaplan. "Los hallazgos de facto en el caso civil no se transfieren al caso penal, en el cual el gobierno tendrá que probar los hechos bajo un estándar mucho más estricto".

Durante todo el juicio, los abogados de Girls Do Porn argumentaron que las mujeres eran adultas y que firmaron documentos con pleno conocimiento de en qué se estaban metiendo. Pero sus testimonios y la amplia evidencia presentada durante el juicio de 99 días demostraron que este no era el caso. Los productores de Girls Do Porn les ofrecieron alcohol y marihuana, les negaron el acceso a leer los contratos que firmaron y les dieron información profundamente engañosa sobre la naturaleza de la operación, desde el hecho de que tendrían relaciones sexuales frente a una cámara hasta cómo serían difundidos esos videos en línea.

El fallo civil completo, escrito por el juez de la Corte Superior de San Diego, Kevin Enright, quien presidió el caso, es un relato de 187 páginas del horrible y brutal calvario que atravesaron las mujeres engañadas por Pratt y sus cómplices.

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Varias mujeres declararon que habían intentado evadir la filmación de los videos. Una de las demandantes testificó que cuando intentó abandonar la habitación del hotel donde se estaba llevando a cabo la sesión de pornografía, Pratt le impidió salir trabando la puerta con una silla que se negó a mover.

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Otra de las mujeres le envió un correo electrónico a Pratt después de que su familia, compañeros de trabajo y personas en general descubrieran el video, rogándole que lo bajara. La respuesta que obtuvo: "JAJA fue bueno".

La semana pasada, una vigésimo tercera mujer presentó una demanda por separado contra Pratt y Girls Do Porn por daños similares a los sufridos por las primeras 22 mujeres del juicio anterior.

"Los hombres colocaron su equipo de filmación frente a la puerta de la habitación del hotel y le gritaron mientras la mantenían encerrada en la habitación y le exigían que se apurara y firmara el contrato", dijo la abogada de la mujer, Loren Washburn, según NBC 7 en San Diego. En unas pocas semanas, el video en el que ella apareció fue publicado en línea y se volvió viral, dijo Washburn, llegando rápidamente incluso a la pequeña comunidad religiosa de la mujer, "lo que provocó que experimentara acoso, exclusión e interacciones degradantes con sus compañeros, amigos y familiares".

Si Pratt es extraditado a los Estados Unidos, enfrentará cadena perpetua.