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Identidad

¿Están las apps quitándole el trabajo a los médicos?

Hoy en día hay apps para todo. ¿Significa eso que deberíamos confiar en la tecnología en lo que respecta a nuestra salud?
Foto vía Flickr @17088227@N00/

¿Sabe más tu teléfono sobre tu ovulación que tú misma? ¿Tienes palpitaciones en el brazo un tic en el ojo? ¿Cuántos pasos diste ayer? ¿Has superado tu objetivo hoy? ¿Te gustaría acompañar todo esto con guarnición de mindfulness?

Con más de 165.000 apps relacionadas con la salud en la App Store de Apple, llevar tu propio médico en el bolsillo se ha convertido en algo normal para millones de usuarios de móviles de todo el mundo. Pero no hace tanto tiempo, investigar sobre nuestros síntomas requería consultar un enorme libro sobre medicina en la biblioteca, o llamar a ese pariente lejano que quizá en cierta ocasión consideró la posibilidad de estudiar medicina o, llegado el caso, visitar a un médico de verdad. Para reducir la cintura tenías que apuntarte a un gimnasio, inscribirte en una clase de aeróbic acuático o comprar un libro de recetas para adelgazar. Y si querías llevar un seguimiento de tu menstruación, tenías que dibujar pequeños corazones, o florecitas, o la letra "P" cada 28 páginas de tu diario, que pasaran tan desapercibidos como un agente del FBI de incógnito.

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Después, a principio de los 2000, internet llegó a los hogares y con él la acuñación del término "cibercondríaco" (una persona con tendencia a autodiagnosticarse a través de internet). Todo el mundo empezó a conocer su poco frecuente tipo de cáncer desde la comodidad de su sala de estar, escribiendo frases de búsqueda como "bulto raro en el cuello cuando estás tumbado" o "enfermedades que puedes contraer por no llevar condón durante un segundo". El autodiagnóstico online se normalizó ―una forma de descubrir hasta qué punto es realmente anormal ese sarpullido― en contraposición a visitar directamente a un médico.

En 2008, Apple lanzó la App Store y las apps relacionadas con la salud y la medicina empezaron a proliferar a un ritmo exponencial, con contadores de calorías, podómetros, profesores de yoga, calendarios para la regla, tests de audición, asesoramiento sobre mindfulness y rutinas de ejercicios entre las apps más descargadas. Y cuando todos nos volvimos demasiado vagos como para mirar el teléfono, despegó el mercado de los dispositivos llevables, como una versión 2.0 de la moda de la pulsera de Lance Armstrong, con brazaletes que podían medir cosas como el ritmo cardíaco y el número de pisos subidos a pie. Fitbit, el dispositivo llevable más popular, registró ventas de más de 20 millones de unidades desde su lanzamiento hasta 2015.

Algunas de las apps sobre salud más populares que existen sirven para llevar un seguimiento de los días fértiles. Estas apps registran los días de ovulación, en los que tienes más probabilidades de quedarte embarazada, y brindan información a las usuarias sobre signos fisiológicos como la temperatura corporal basal y el flujo cervical. Y no solo ayudan a las mujeres a saber cuándo es más probable concebir, muchas también están dirigidas a las que quieren saber cuándo tiene que venirles el período.

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"Las mujeres quieren saber qué hay ahí fuera para poder tomar decisiones informadas, de modo que obtener información personalizada y apoyo por parte de una comunidad es una forma fantástica de hacerlo", explica Jen Tye, directora de operaciones en EE. UU. de Glow, la popular app para llevar un seguimiento de la fertilidad. "También hay una comunidad en nuestras apps donde las usuarias pueden hablar sobre temas tabú como el aborto, los anticonceptivos y el sexo. Incluso hablan sobre sus propias relaciones y sus vidas sexuales". Pero Tye indica que Glow no es un método anticonceptivo: "[Si] podemos proporcionar información segura para las mujeres de diferentes edades, creo que hemos conseguido nuestro objetivo".

A un nivel simple, estas apps y dispositivos se han convertido rápidamente en una herramienta empoderadora que nos permite acceder de forma barata a datos e información sobre nuestros propios cuerpos. Con ellos podemos sentir que tenemos el control y el conocimiento sobre algo que puede que nos pertenezca, pero que a veces nos hace sentir totalmente desconcertadas. Y esto es especialmente importante para las personas que no tienen acceso ―por su situación económica, por una discapacidad, por su ubicación geográfica o por cualquier otro motivo― a médicos, medicinas, asesores, terapeutas, ginecólogos o dietistas.

Pero conforme todo este material de diagnóstico va proliferando online por medio de las apps, resulta evidente que la precisión de la interacción cara a cara nunca podrá alcanzarse en el mundo del autodiagnóstico por internet. De hecho, los diagnósticos erróneos son un dilema común, tal y como explica el Dr. Mat Owen, médico de familia residente en Manchester: "Hace poco traté a una paciente que tenía problemas estomacales, pero me di cuenta de que tenía un lunar de aspecto extraño en la pierna. Me dijo que unos meses antes había utilizado una 'app para lunares' para escanearse el lunar con el móvil y que recibió un mensaje con el diagnóstico. Le habían dicho que era inofensivo. La derivé urgentemente porque me pareció sospechoso y resultó ser un melanoma maligno, que es una forma agresiva de cáncer de piel".

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Una vez tuve un quiste en el pecho y me convencí a mí misma de que era cáncer de mama leyendo varios foros

De hecho, un estudio publicado en 2005 en el British Medical Journal (Diario británico de medicina) descubrió que, en un test de 23 aplicaciones para comprobar síntomas, el primer diagnóstico ofrecido solo fue correcto el 34 por ciento de las veces. Y en el otro extremo del espectro, el auge de las apps sobre salud ha provocado la creación la cibercondria, un término totalmente moderno que describe la ansiedad médica que se sufre cuando, al buscar síntomas en Google, se obtienen diagnósticos aterradores, es decir, se cae por la madriguera del tumor cerebral. Tal y como explica Sophie, una hipocondríaca confesa, "Una vez tuve un quiste en el pecho y me convencí a mí misma de que era cáncer de mama leyendo varios foros. Me obsesioné tanto con explorarme las axilas en busca de inflamación, un síntoma sobre el que había leído online, que la zona acabó por inflamarse debido a mis exploraciones y a la ansiedad. Tenía demasiado miedo de ir al médico, pero cuando finalmente fui me hizo unas pruebas y no había nada de lo que preocuparse".

Dejando a un lado los problemas del autodiagnóstico, muchas apps sobre salud han demostrado que pueden suceder cosas fantásticas cuando las personas se empoderan gracias a la tecnología, especialmente en lo relativo a lidiar desde casa con una enfermedad ya existente. Tomemos como ejemplo Nightscout, una app que puede descargarse en el móvil o en una tablet y que lleva un registro constante del nivel de azúcar en sangre de los niños con diabetes de tipo 1, sin que los padres tengan que estar en el mismo lugar que su hijo. James Wedding, presidente de la Fundación Nighscout, explica hasta qué punto es revolucionario este software: "Pregunta a cualquier niño si le parece bien poder ir de viaje sin que sus padres estén encima de él todo el tiempo. Pregunta a cualquier pareja si le parece bien salir y dejar a su hijo en casa, supervisado de forma segura. Nightscout ofrece la capacidad de vigilar la diabetes sin que se convierta en el centro de nuestra vida".

"Las apps sobre salud que giran en torno a la salud mental son probablemente las más útiles", afirma el Dr. Owen. "Yo siempre recomendaría que la gente hable con su médico sobre los problemas que padece, pero apps como Headspace ayudan a desarrollar nuestras propias estrategias para lidiar con las enfermedades y ofrecen efectos positivos a largo plazo". Estamos a muchos kilómetros de los días del Dr. Kawashima's Brain Training para Nintendo DS, con apps como Sleepio, una herramienta de terapia conductual diseñada para mejorar la gestión del sueño, especialmente en el caso de quienes padecen insomnio, o Wizard, una app desarrollada por la Universidad de Cambridge para ayudar a la gente con esquizofrenia a mejorar sus capacidades cognitivas y su memoria.

Imagen de PushDoctor vía Google Play Store

"Algunas pacientes me han indicado que las apps que llevan un seguimiento de la ovulación les han ayudado a quedarse embarazadas y contra eso no puedo decir nada, pero las apps y los sitios web sobre salud deberían considerarse como un complemento a las visitas médicas y no como una alternativa", indica el Dr. Owen. Y aunque parece que algunas apps como Push Doctor y Dr. Now están empezando a ofrecer consultas virtuales cara a cara, en lo que respecta a un tratamiento preciso y acertado, visitar a un profesional es la mejor apuesta. Las apps que nos animan a llevar una vida más sana y supervisan enfermedades ya existentes son una herramienta brillante, pero nada puede compararse a que un médico real, de carne y hueso, te haga una revisión en persona.