Lo sentimos: nunca en la vida te has comido bien una manzana
Foto por Mateo Rueda | VICE Colombia

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Comida

Lo sentimos: nunca en la vida te has comido bien una manzana

FOTOS | La merienda más cotidiana del humano promedio como nunca antes la habías saboreado.
Mateo Rueda
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La manzana ha estado presente desde nuestro nacimiento como especie y llevamos miles de años beneficiándonos de su generosidad como alimento. Si no fuera por su sensualidad estética, por ser el fruto del Conocimiento, nunca hubieran expulsado a Adán y Eva del paraíso y no seríamos los seres pecaminosos, libres y agraciados que somos.

Esta fruta y sus diferentes maneras de ingerirla están tan insertadas dentro de nuestra psiquis comunal que resulta casi imposible cambiar alguna de estas prácticas. Es decir: ¿qué pasaría si le dijéramos que se ha estado comiendo la manzana como no es y que no la está aprovechando en su totalidad? Nos mandaría a comer mierda, seguramente. Y está bien, a nadie le gusta que le digan que ha estado haciendo mal algo tan básico durante toda la vida.

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Qué cagada: échele la culpa a nuestra cultura despilfarradora y conformista.

Pero no se preocupe, siempre hay tiempo para aprender y aquí le vamos a enseñar algo que, como lo han descrito algunas personas que hay a mí alrededor, "cambia la vida". Si esto no le genera un antes y un después en su existir es simplemente porque no le gusta la manzana.

He aquí unos pasos sencillos y reveladores de cómo se debe comer el fruto prohibido. Agarre una manzana, deje el escepticismo y dele una pruebita.

Coja la manzana y póngala de cabeza

Toda nuestra vida hemos propiciado el primer mordisco por un costado. Pero para esta ocasión, deje el afán, admire el delicioso fruto que se va a comer y voltéelo. Es raro verla desde abajo y sabemos que los pelitos verdes que le salen de lo que parece un orto disuaden ligeramente, pero tranquilo: muerda con los ojos cerrados y con ganas.

Se dará cuenta que sabe igual de rico y va a estar emocionado por estar comiéndose algo tan común de una manera tan diferente.

Siga mordiendo sin mente y en la misma dirección

El primer mordisco ya fue.

Ahora se preguntará qué putas pasa con el corazón de la manzana. Uno nunca se come esa vaina: de hecho, es la parte que uno deja pudriéndose encima del escritorio hasta que el asco gana y nos toca botarlo a la basura. Lo mejor de este método revolucionario es que uno sí se come el corazón de la manzana sin que le sepa a tapete viejo y, a la vez, adquiere todos los nutrientes que tiene esa parte del fruto.

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Mientras su paladar degusta la manzana de abajo hacia arriba, el sabroso contorno acapara el sabor amargo del centro, disfrazando esa parte que todos odiamos y que siempre nos deja encartados al final de las onces.


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Sáquele las semillas como si fuera una uva

El corazón de la manzana se volvió imperceptible, ¿sí o qué?

Si se la comen sin descuidar el centro, van a tener más comida por el mismo precio. Lo único que no se van a tragar son las semillas. Esas las pueden escupir, sacarlas con la uñas o a golpes. Si se las quiere comer, allá usted. El mito urbano dice que dan apendicitis, pero según algunas fuentes, eso es pura mierda. Eso sí: saben asqueroso.

Siga comiendo que ya casi termina

Ya casi acaba. Ya casi se come su primera manzana completa sin desperdiciar nada.

En este punto de la experiencia será necesario que agarre lo que queda de la fruta del tallo. De esta manera podrá disfrutar sin untarse los dedos del jugo que esta exuda y no le va a quedar pegajosa la mano: una de las cosas más molestas a la hora de comer manzana. Dele los últimos bocados sin pena que todo es comestible en este pequeño y suculento óvalo deforme.

Coronó: solo le quedó el tallo, nada

Si se comió la manzana como le dijimos arriba, solo le va a quedar el tallo y eso lo puede dejar encima de sus escritorio sin que se vuelva un estorbo desagradable.

Si hizo caso omiso, de seguro está encartado y sin nada nuevo que mostrarle a sus amigos. Acá una muestra.

A la izquierda: el resultado de la monotonía. A la derecha: la revolución.