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Lo que el vídeo del niño repartiendo propaganda de VOX nos dice del adoctrinamiento

“A ver, Tiago, ¿esto por quién lo hacemos?”.
niño repartiendo publicidad de VOX
Captura de pantalla vía Alejandro Piñero/Twitter

¿Cómo serían las elecciones si votasen los niños? Pues se parecerían un poco a esto. Hay quien lo llamaría adoctrinamiento en su estado natural, o parafraseando al padre/autor del vídeo, “sin titubeos y con firmeza”.

Este tuitero empedernido no dudó en colgar un vídeo en el que su pequeño hijo y discípulo le acompaña en una tarea en pro de España: repartir publicidad de VOX por los buzones de unos vecinos (probablemente los suyos, supongo) a pesar de que tienen derecho a no recibir comunicación política de ningún tipo. De hecho, se puede llegar a calificar como acto vandálico en cierto grado, ya que no hay una selección de las personas que recibirán este bonito regalo como correspondencia, hecho que seguramente desconozca el locutor. El padre “empieza por arriba” y el niño, que apenas llega a las dos últimas filas de buzones hace lo que puede. Me imagino algo así como “tú echa en los de abajo porque arriba, España”.

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Este señor que se define en su Twitter como “políticamente incorrecto y enamorado de España”, de la que dice que es “tierra de sus raíces, patria que le acoge y a la que siempre defenderá” y lucha para que a él, a su hijo y a sus amigos españoles no les pase lo mismo que pasó en su país natal, Cuba, aunque como dice “a su hijo no le compete la política ahora mismo”, paradójico, supongo que será él quien decide por el chaval. Según su propia explicación en un hilo de Twitter, el niño quiere jugar a ser cartero, así que su padre le enseña el mecanismo de tal trabajo: “uno por buzón, acuérdate”.

“A ver, Tiago, ¿esto por quién lo hacemos?”, comienza diciéndole el hombre a su hijo mientras le da unos flyers con la bandera española y el logo del partido. El niño con la naturalidad que caracteriza a los menores de diez años contesta con un rotundo “por España”. El padre justifica esa actitud como una reacción espontánea del pequeño, que no se puede negar, pero es obvio de dónde proviene esa espontaneidad. Solo hay una respuesta posible a esta cuestión: la educación en el núcleo familiar. Puede que el niño no entienda de política y que no le interese lo más mínimo, pero si hay algo que se empeñan en hacer los críos generalmente es en repetir lo que ven en sus padres, tutores, hermanos y mayores en general, sus modelos a seguir.

El problema, al contrario de lo que dice este señor, no está en la educación de los colegios, sino en considerar que hay un adoctrinamiento mejor que otro. “Yo enseño a mi hijo a amar España y respetar los símbolos patrióticos”, dice. Bingo. No es de extrañar entonces que el niño vea la bandera española y se guíe por lo que ya le han dictado previamente.

Y aunque esto no esté científicamente comprobado, el tuitero lo sentencia creyendo que lo más sensato es que “los valores, creencias e ideología se le enseñen al niño desde la familia y no por imposición del estado”. Esperemos que este padre nunca se tire por un puente (metafórico), porque entonces habría dos funerales (metafóricos). De ahí a vestir a tu hijo con el traje de la Legión y llevarle a la tele a cantar “El novio de la muerte”, hay un paso.

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