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Música

Diez cosas que odiamos cuando salimos de fiesta en Colombia

Los taxímetros adulterados, la falta de remataderos y el "usted no sabe quién soy yo". Estas son algunas de las cosas que nos parecen una mierda cuando salimos de fiesta en Colombia.
Ilustración: Sara Pachón 

Hace unos días compilamos las cinco cosas que más nos gustan cuando salimos de farra en esta tierra bella, pero no todo es color de rosa, muchachos, ahora vamos a señalar lo que no nos parcha tanto.

Muchos aseguran que las relaciones más duraderas son esas que están llenas de amor y odio por igual, formando una báscula, el equilibrio. ¿Y quién no ha sentido eso por esta tierra? Como decíamos, acá nos toca atravesar días buenos, días increíbles (muchos probablemente asocien estos días con partidos ganados por la sele), días malos y días que son una real mierda. Así nos pasa con la fiesta también, y Colombia también puede llegar a ser el lugar propicio para una fiesta espantosa. En una lluvia de ideas, logramos condensar 10 razones que nos hacen odiar la fiesta electrónica en nuestro país.

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1. Que cierren los lugares a las tres de la mañana

Los más mojigatos dirán que después de las tres de la mañana no pasa nada bueno, pero para muchos de nosotros después de esta hora es que se pone buena la vaina. Por eso, no es justo que a las dos y media de la mañana empiecen a prender las luces de la mayoría de lugares y comiencen a poner música de motel para echarnos, lanzándonos al frío, a los taxis y al silencio de la calle.

2. La carencia de remataderos serios

Es aún más injusto que al salir de los sitios a las 3 de la mañana, no haya una disposición legal que nos deje tener lugares serios para seguir la rumba hasta el amanecer pero del día siguiente. En muchísimas partes del mundo hay clubs que abren a las seis de la mañana, o que comienzan la noche del viernes, y terminan en la tarde del domingo. ¿Por qué nos toca irnos a la casa tan temprano?, ¿ O arriesgarnos a los sitios ilegales que nos ofrecen un remate cobijado en la clandestinidad?

3. Los chiflidos cuando el DJ "la suelta" o "la estalla"

No sabemos si es la cultura de estadio, pero no tiene sentido que con cada drop y cada kick, los chiflidos, que parecen de barra brava, inunden todo el lugar, interrumpiendo y distorsionando las melodías. No lo hagan tan seguido, por fa.

4. Los pésimos warm ups que le hacen a los artistas internacionales en los clubs.

Señores DJs que hacen warm up en el país: no todo en esta vida es techno a lo DJ Rush o house de antro de Ibiza a las 10 de la noche. Autorregúlense, sean capaces de construir y entregar una pista de baile en su punto, para que el headliner sea el que brille. Una ola de hits del momento en el primer turno como salida fácil, o ese chispún genérico y sin alma, es lo que ha cohibido a muchos DJs, que se predisponen por el mood que se implantó en el warm up.

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5. Los status previos a la fiesta de fanáticos y productores

No más "añañayyy", basta de "este maestro va a darnos cátedra esta noche", o el famosísimo "TECHNO ganas de bailar". Los DJs son gente como nosotros. Sí, se decidieron por la música en sus vidas, pero comen, duermen y cagan como uno, dejen de endiosar a cualquiera. Y qué onda con eso de meter la palabra techno en cada cosa que postean, ya sabemos que les gusta, dejen de hacer visaje.

6. Las mujeres entaconadas bailando música electrónica como bambis recién nacidos durante toda la noche

Chicas, a la fiesta se va a bailar, no a modelar. De verdad que nos da dolor físico verlas en sus taconsotes, amaneciendo con ese contoneo que ya no es baile sino un movimiento de puro dolor. O bueno, úsenlos y sufran si quieren, pero sin pisotearnos.

7. Los que llevan gafas de sol a un club oscuro

Si usted es de los que se pavonea con un par de gafas oscuras a las cuatro de la mañana en un recinto cerrado repleto de gente, es tiempo de madurar. No existe razón válida para usar gafas oscuras en una fiesta, a menos de que seas el DJ y te dé pánico cruzar la mirada con algún par de ojos, de los miles que te miran durante todo el set. De resto no hay excusa que valga. ¿Te drogaste mucho y no quieres que tus ojos te delaten? deja de creerte Keith Richards con las drogas y madura. ¿Te va a dar guayabo por el sol cuando salgas del antro a las ocho de la mañana mientras tus papás ya andan trotando en la ciclovía? Asume tu rasca en la noche y póntelas a la salida, no seas boleta, por fa.

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8. El esnobismo de la escena

Desde los lugares hasta el público, pasando por algunos DJs y hasta el periodismo, el guante va para todos. A las fiestas se va a pasarla bien, no se va a medir jerarquías, no sean aburridos: bailen. Guarden las plumas y el "usted no sabe quién soy yo" en la casita.

9. Las riñas

Sea el concierto que sea, las riñas callejeras inevitablemente suceden. Y no decimos que pasen cada fin de semana en todas las fiestas, pero definitivamente hemos visto una que otra, así sea en la calle. Es parte de nuestra fauna social.

10. Algunos servicios de taxi

El karma de los taxis se llama Uber, y se lo tienen bien merecido. Aunque hay algunos taxistas que son las mejores almas del mundo, siendo mejores que cualquier Uber, la verdad es que existen muchos que nos prestan un mal servicio, taxímetros adulterados, unos que hacen las rutas a su modo y hasta paseos millonarios, son algunas de las cosas que tenemos que vivir a diario con una gran parte del gremio.

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