Imagen vía Eugene Garcia/EPA
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El muro, cuyo costo para los contribuyente estadounidenses va de 21 a 38.000 millones de dólares —dependiendo del diseño y la ubicación— es un proyecto de infraestructura masiva que ha generado el interés de 727 constructoras. Cualquier compañía que cumpla con el mínimo de requerimientos puede aplicar, y aunque el gobierno federal muchas veces da preferencia a negocios pequeños o perteneciente a minorías, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) se ha negado a declarar si las empresas de hispanoamericanos tendrán alguna ventaja.La agencia "quiere considerar tantas ideas innovadoras como sea posible", dijo un vocero de la CBP.Sin embargo, la construcción del muro podría significar mucho más para algunas empresas hispanoamericanas. Cuando Trump anunció su campaña presidencial en junio de 2015, prometió construir "un gran gran muro en la frontera sur", el cual evitaría que los "violadores" mexicanos "llevaran el crimen" desde su país a Estados Unidos.
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Este medio contactó a una decena de compañías que afirman ser de propiedad de hispano-americano. Varias se negaron a emitir comentarios e incluso un empleado colgó el teléfono apenas fue mencionado el muro. La recepcionista de otra empresa se mostró sorprendida después de enterarse de que su jefe había entrado en la licitación.Rick Aguilar, el constructor hijo de padres mexicanos, fue la persona más abierta respecto a sus motivos y puntos de vista. Y aunque dijo que sus empleados no tenían idea sobre su interés en construir el muro, insistió en que no tiene nada que ocultar."Sé que la familia de mis padres nacieron en México, pero antes no tenías que preocuparte de que alguien tratara de matarte", explicó el empresario. "Ahora estamos en otros tiempos, donde la gente salta la frontera para hacer daño, así que poner un muro no es gran cosa".Pero algunos estados ya han estado tomando medidas contra aquellos que quieren contribuir con el muro. Los legisladores en California están considerando una ley que exigiría al Estado retirar sus inversiones de los fondos de pensiones, de todas las empresas que desean participar de la construcción del muro.Comienza 'pelea' por el muro: 512 empresas se han apuntado y el 10% son hispanas. Leer más aquí.
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También existe una fuerte oposición al muro en el sur de la frontera. El secretario de economía mexicano Ildefonso Guajardo, dijo que las constructoras mexicanas no deberían tener ningún interés en participar de la construcción, mientras que la Arquidiócesis Católica dijo este domingo que los mexicanos que construyan el muro deberían ser considerados traidores.Por su parte el constructor de California Rick Aguilar —quien destaca su fe cristiana a través de un mensaje en la página de su compañías— reitera su postura y asegura que a él no le interesa si los inmigrantes son "negros, blancos, naranjas o morados", simplemente no deberían llegar a Estados Unidos sin la autorización apropiada."No creo que ser hispano tenga algo que ver con trabajar en este proyecto", aseguró Aguilar. "Si fuera un norteamericano blanco, igual querría trabajar en la construcción del muro. Sólo hay dos posturas: hay gente que quiere dejar entrar a los desconocidos al país y otros que no. Esas son las dos opciones a elegir".La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza ha solicitado propuestas para dos tipos diferentes de muro: uno hecho con concreto sólido y otra de acero con vista parcial, la cual facilitaría el trabajo a los agentes fronterizos. La agencia quiere que sea un muro imponentemente alto, aunque los diseños de menos de cinco metros serán aceptados.Así luce la frontera México-Estados Unidos antes del muro que prometió Trump. Leer más aquí.
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La empresa de Aguilar, especializada en estimación de costos, programación y calidad no se encargaría de la construcción física. En lugar de eso, asistiría a los contratistas más grandes a realizar el trabajoPero otras compañías estarían a cargo de realizar el arduo trabajo. Marc Uribe, gerente de programas federales en la empresa De la Fuente Construction en el sur de California, dijo que su compañía se especializa en estructuras de concreto e ingeniería civil, lo cual es una ventaja para levantar el muro de concreto. "Para nosotros, sólo es un proyecto", dijo Uribe, "nada más que infraestructura".También dijo que la empresa tiene entre 30 y 40 empleados, de los cuales hasta un 60 por ciento son hispanos, incluyendo a los dueños. Explicó que los empleados no han sido informados aún sobre la participación de la empresa en la licitación, y culpa a los medios por desatar la controversia."Son los reporteros de noticias", dijo Uribe. "Están haciendo un gran alboroto porque todos están molestos, creando este dilema de si es correcto o no construir en la frontera. Se trata de quien va a pagar por ella; es política".
Uribe dijo que la ambiciosa propuesta de su empresa beneficiaría tanto a Estados Unidos como a México. "Tenemos una propuesta que es buena para todos", dijo. "Es la belleza de eso".Con información de Keegan Hamilton, Habibah Abass, Morgan Conley y Christina Sterbenz.Sigue a VICE News en español en Twitter: @VICENewsEs