resistance

Todo lo que tienes y no tienes que hacer en tu primera manifestación

NO dejes que te rocíen con espray de pimienta, NO dejes que te arresten… Eso SÍ: ¡recuerda pasártelo bien!
MA
traducido por Mario Abad
from the 'Fuck The Tories' protest, 2015
Fotos vía Jake Lewis

Pese a los esfuerzos de muchos gobiernos por convertir las protestas pacíficas en actos terroristas, con cosas como por ejemplo la Ley Mordaza, por suerte todavía es posible manifestarse o participar en una marcha con un cartel reivindicativo sin enfrentarse a desmesuradas penas de prisión. A lo largo de los años, la humanidad ha demostrado un gran talento creativo a la hora de reivindicar: desde quedadas masivas para besarse en protesta contra la homofobia hasta salir desnudas a defender los derechos de las mujeres o reclamar “justicia” vestido de Superman. A pesar de estas variaciones, la principal forma de protesta ha permanecido inalterada desde hace siglos: manifestaciones y marchas por las calles, encuentros masivos de gente en espacios públicos que hacen que sea imposible ignorar sus peticiones. ¡No olvidemos las protestas contra la guerra en Irak!

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El poder de este tipo de protestas se debe a su simplicidad: solo hace falta acudir para dejar claros tus principios, y difícilmente vas a liarla por estar ahí de pie con cara de cabreo. Pese a todo, hay una serie de recomendaciones que deberían tenerse en cuenta para minimizar el riesgo de acabar recibiendo porrazos de la policía o de perder de vista a tus colegas por haber ido a mear al McDonald’s de la esquina. Si estás entre los miles de estudiantes que van a saltarse las clases este viernes para participar en la huelga mundial contra el cambio climático, aquí tienes una lista de cosas que debes y no debes hacer en tu primer acto reivindicativo.


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SÍ: Intenta preparar respuestas para preguntas sencillas sobre por qué quieres participar en esta protesta: ¿qué quieres reivindicar? ¿Por qué te has saltado la clase de Química? ¿Tan preocupante es el cambio climático? Es muy probable que algún adulto con traje, periodista o turista despistado te haga estas preguntas. No hace falta ser especialista en el tema ni conocer los detalles científicos, pero si eres capaz de justificar tu asistencia a la manifestación, te habrás ganado el respeto de la gente (además, no querrás aparecer en un vídeo viral en el que te preguntan por qué protestas y tú solo seas capaz de responder con un larguísimo “Eeeh…”).

NO: Olvides informarte de tus derechos básicos en caso de que tengas algún problema con la policía o te arresten. Recuerda que tienes derecho a no declarar hasta que te hayan asignado un abogado, cuyo número, por cierto, deberías apuntarte en el brazo con un rotulador permanente por si lo necesitaras.

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SÍ: ¡Llévate un megáfono! ¡Haz fotos! ¡Habla con gente que, como tú, ha decidido pasar de ir a clase para protestar por la causa! Plantarse delante de un edificio para luego ir del punto A al punto B es muy aburrido, aunque sea por un motivo honorable, así que busca la forma de hacerlo más llevadero. Que sí, que las manifestaciones son un asunto serio para luchar por temas serios, pero eso no quita que no puedas pasártelo bien haciéndolo.

No declares en comisaría

NO: Te busques problemas con la policía, a ser posible. Es verdad que son lo peor y especialmente capullos cuando te arrinconan sin motivo en una manifestación, pero pegarles un puñetazo en la cara no va a servir de nada. Puede darse el caso de que alguno busque provocarte a propósito. En ese caso, intenta averiguar su nombre y número de licencia y busca ayuda jurídica (mírate el brazo) cuanto antes.

SÍ: Dedica un rato a crear una pancarta o un cartel. Mientras no optes por un mensaje raro o ridículo, los carteles son una poderosa herramienta visual para mostrar tus convicciones y pueden ayudar a la gente a distinguir una protesta de una concentración cualquiera. Las protestas multitudinarias buscan generar titulares, y a los periodistas les encanta publicar fotos en las que salgan todos esos carteles. También puedes usarlos para defenderte si la policía intenta golpearte y son geniales como referencia para reunirte con tus amigos si os separáis.

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fuq the tories

NO: Te preocupes mucho si la marcha se dirige a un punto que no estaba programado. Una protesta tiene que suponer un trastorno y poner en vilo a las autoridades. Como pasa con las fiestas, lo mejor de las protestas viene cuando se van de madre.

SÍ: Lleva un poco de leche: va muy bien para echártela en los ojos si te han rociado con gas lacrimógeno. Si al final no sueltan gas, perfecto: saldrás de ahí con la vista intacta y un poco de leche caliente para la vuelta a casa.

NO: Tengas miedo de cometer desobediencia civil o de participar en intervenciones directas. Desde siempre, los activistas se han servido de maniobras como las sentadas o el bloqueo de carreteras para hacerse notar. Obviamente, es una locura que vayas solo tú a sentarte en medio de una calle, por mucho que odies el cambio climático, pero la cosa cambia si sois cientos o miles de personas las que lo hacéis.

SÍ: Procura llevarte el equipo básico: comida, una botella de agua reutilizable, un cargador de móvil portátil, varias capas de ropa y papel higiénico. Si de repente tienes que entrar en un pakistaní a comprar una botella de agua, quizá acabes perdiendo de vista a tus amigos.

NO: Te cortes a la hora de publicar cosas en redes sociales. Cuanta más gente lo haga, más eco tendrá la protesta y más rápido llegará a la gente de todo el mundo. El 2019 es un buen año para el activismo, así que sal a la calle y defiende tus principios.

@MikeSegalov