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Cultură

Hablamos con uno de los pioneros de la literatura digital generativa en la Argentina

El escritor Milton Läufer publicó A Noise Such a Man Might Makes, una novela generada por computadora a partir de The Man and the Sea de Ernest Hemingway y The Road de Cormac McCarthy.
Foto por Kaina Dominguez

Artículo publicado por VICE Argentina

Hace 50 años el escritor Ron Goulart escribió el relato Muscadine, en el que un autómata tiene la capacidad de escribir un best seller por año. El prólogo de la edición española cuestiona si la idea es verdaderamente descabellada: “(…) En absoluto: en una época en la que la cultura se ha convertido en una industria más, donde muchas obras de éxito son elaboradas y lanzadas al mercado ateniéndose casi exclusivamente a una serie de fórmulas comerciales preestablecidas, el hacer que una máquina se haga cargo de un proceso que de por sí tiene ya mucho de mecánico es algo perfectamente verosímil. Tan verosímil si no cabe preguntarse si más de una gran empresa editorial no tiene ya su Muscadine”.

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Medio siglo después, estas especulaciones se tornan una realidad, o al menos de manera parcial. El escritor argentino Milton Läufer, radicado hace años en Estados Unidos, acaba de publicar su novela A Noise Such a Man Might Makes a través de la editorial Counter Path Press de Denver Colorado, que cuenta con la colección Using Electricity, dedicada a obras generadas por computadoras. El futuro que parecía tan lejano, distante y utópico de a poco toma forma, estas técnicas de a poco comienza a tener mayor visibilidad, de hecho el título de la colección surge de una frase de uno de los ejemplos primitivos de literatura creada por computadoras, el poema A House of Dust, desarrollado en 1967 por Alison Knowles y James Tenney en el lenguaje FORTRAN en una computadora Siemens 4004.


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Esta nueva literatura digital generativa tiene sus orígenes en unos pocos experimentos durante los años 50, pero en las últimas décadas se ha convertido en un modo de crear literatura absolutamente legítimo aunque vanguardista. La técnica utilizada por Läufer fue ideada en 1906 por el matemático ruso Andréi Márkov, que puso en práctica un proceso con el cual desarrollar secuencias con variables aleatorias, en la que un elemento depende directamente del anterior. Por ejemplo, este método puede utilizarse para predecir el clima, pero también puede ser aplicado a finalidades creativas o artísticas. Es ahí donde ingresa en juego la obra de Läufer compuesta por dos novelas decisivas de la literatura estadounidense, The Man and The Sea de Ernest Hemingway y The Road de Cormac McCarthy, articuladas mediante el método Márkov para crear un nuevo texto. Läufer, junto a los otros autores de la serie, finalmente dan un uso real de la computadora como herramienta generadora de obra.

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En este proyecto editorial de la humanidad atravesada por el capitalismo tardío, quedan de lado los memes y tantas otras pelotudeces que ocupan bits y energía sin sentido para dar espacio a un primer paso real hacia el futuro que todos hemos soñado, el de un mundo en el que las máquinas tengan capacidad creativa, aunque sea mediante la mínima intervención humana. Obviamente un texto con las características del de Läfeur, tan dignas de Skynet, obliga a tener que entrevistarlo para que explique un poco de que se trata esta nueva instancia de la novela.

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VICE: ¿Cómo llegaste a conocer el proceso de Andrei Markov?

Milton Läufer: Es una técnica común para generar textos. Se usó por ejemplo como generador de papers posmodernos, porque en general los resultados no tienen mucho sentido. Dentro de la literatura digital es una de las técnicas más usadas.

¿Podrías explicarlo y desarrollar cómo fue aplicado a tu novela? ¿Desarrollaste el algoritmo con un software?

ML: Lo hice con un programa chiquito en (el lenguaje) Python. Básicamente las secuencias de Márkov en general no suelen dar resultados con mucho sentido pero justo en las dos novelas que uso de fuente la trama es menos importante que el detalle. Todo el tiempo hay pequeños detalles que se están repitiendo, como ciertos rituales para sobrevivir que se repiten a lo largo de ambas y me pareció que el resultado podía ser interesante, terminó siendo lo que yo esperaba, mi novela termina siendo circular, el único texto que yo le agregue es el último párrafo del último capítulo, que es el primer párrafo del primer capítulo. Esto yo lo agregué para reforzar la idea de circularidad.

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¿Fue el único elemento en el que interviniste?

ML: No, hubo más que eso. Primero hice esta novela en la web, llamada The Old Man and The Road. El editor de Counter Path me preguntó si tenía algo para publicar y le dije que esta novela. Saqué cinco versiones (con el software), las leí y elegí una; después Heather Cleary (editora de The Buenos Aires Review), le pegó una primera revisada y le corrigió pequeñas cositas. Después lo que hice fue recortarla, tenía 50 mil palabras y la llevé a 45 mil. Más que nada el trabajo que se hizo sobre el texto es de recorte, no queríamos que fuera tan larga. A nivel intervención hubo muy pequeñas correcciones, de puntuación, o se cerró alguna frase que quedaba medio rara. Lo que sí, hubo que tachar mucho, y lo que te conté del último y primer párrafo; esas fueron las manipulaciones que hicimos.

¿Cómo te interesaste en este tipo de literatura?

ML: Siempre digo que llegué a partir de la frustración, en el 2000 yo escribía literatura tradicional, sobre todo poesía y no me satisfacían los resultados. Tuve la suerte de empezar a trabajar en la empresa del artista digital Gustavo Romano, ahí descubrí que él utilizaba la computadora para hacer arte, él se dedica más que nada a arte visual o conceptual, pero esto podía utilizarse para hacer literatura. Mis primeras obras son más que nada manipulación de poesía de manera visual, poesía concreta. Las primeras obras que hice fue sacar de foco poemas hasta que no se pudieran leer. Seguí trabajando hasta que lo subí a mi página y años después me enteré que la gente lo miraba y empezaron a tener circulación. Vine a Nueva York a hacer una Maestría en escritura creativa a la NYU donde escribí mi primera novela, Lagunas, que la mitad está escrita a mano y la otra mitad generada por computadora.

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Quería justamente preguntarte eso ¿Qué cambios notorios técnicos hay entre este nuevo texto conformado por textos de McCarthy y Hemingway y Lagunas?

ML: Lagunas debe estar un 60 por ciento escrita de modo tradicional y un 40 por ciento que se generó por computadora. El algoritmo que usé es completamente distinto, es un algoritmo que hice yo, que inventé yo, tiene mis reglas; está hecho sobre la base de textos míos, escribí 500 fragmentos que se reconfiguran para cada capítulo.

Con un trabajo tan ligado a lo más duro de la informática ¿Cómo te percibís a vos mismo, como escritor, programador, compilador?

ML: Estoy haciendo un doctorado sobre literatura digital y hay mucha obra a esta altura. Los primeros trabajos son de la década de 50. Hay mucha bibliografía y obra, ya podemos decir que la literatura digital es algo que está, algo que existe. Ahora estoy haciendo mi tercera novela y es totalmente escrita a mano. Me considero alguien que se dedica a la literatura y que utiliza medios no tradicionales para hacerlo.

Que trabajaras con dos novelas preexistentes para crear la tuya me llevó a pensar en los problemas que pudiste llegar a tener con el copyright. Recordé el famoso caso de Pablo Katchadjián y su juicio con María Kodama por “alterar” la obra de Borges.

ML: El uso de obras ya escritas por otros es super común en literatura digital y lo está siendo en otras áreas, como explica Kenneth Goldsmith en La escritura no creativa. Está bastante establecido esto de utilizar textos de otros para generar literatura, tanto digital como no digital. En términos de copyright yo creo que no hay posibilidad de tener un conflicto, por lo menos en Estados Unidos el copyright se aplica no a las ideas al modo en el cual son expresadas. Para que alguien inflija el copyright lo que se tiene que hacer es copiar literalmente. En mi novela no hay nada que esté literalmente de las que usé de base, por eso no hay infracción, hay que copiar un máximo de palabras sin excederse la cantidad que impone la ley. Esa es la razón por la que Kodama no pudo hacerle juicio a Katchadjián por copyright, la figura final del juicio fue que hacía un uso engañoso del nombre de Borges o algo así. El problema que alegaba Kodama es que el texto no permitía discernir que partes eran de Borges y cuáles de Katchadjián.

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En una entrevista con Edward Packard, autor de los libros de Elige tu propia aventura, explicó su obra como literatura hipertextual, y mencionó Cortazar como uno de los primeros ejemplos ¿Coincidís? ¿Qué diferencias encontrás?

ML: Rayuela es considerado un clásico de la erróneamente llamada literatura no lineal, Elige tu propia aventura es otro caso. La novela hipertextual fue muy famosa en los 80 hasta mitad de la década de los 90, hay íconos como Afternnon, A Story de Michael Joyce, también está Patchwork girl de Shelley Jackson como otra obra clave. La diferencia más relevante entre lo que yo hago y el hipertexto es que en ellas el lector puede elegir, hay opciones de lectura.

La primera vez que leí sobre la idea de literatura generada por computadoras fue en el relato Muscadine donde se crea un autómata que escribe un best seller por año. Claramente esa idea de ficción especulativa ya fue superada pero ¿Qué futuro le ves a la literatura digital respecto a un público mainstream?

ML: Hace dos o tres años en una novela escrita por una computadora en Japón llegó a la final de un concurso de literatura, de hecho es una novela que se llama “El día que una computadora escriba una novela”. Estos software ya están más estandarizados y también algunos se utilizan para la escritura de guiones. La mayoría de los que hacemos literatura digital generativa, es casi por definición, experimental; siempre está trabajando sobre los límites. En ese sentido no sé si hay posibilidad de hacerlo mainstream, te diría que no, porque siempre está buscando hacer cosas distintas. Que se van a usar computadoras para generar texto no tengo dudas, porque se están utilizando para todo, para pintar cuadros, hacer música. Los generadores de texto son cada vez más robustos y con mejores resultados. No me sorprendería para nada que en unos pocos años en lugar de autores de best sellers, tengamos compañías. Uno va a ir y consumir tal compañía que genera novelas policiales, o de aventuras, o de vampiros.