Lechuga fresca: Crujidos desde el subterráneo chilango Vol. 3
Ilustración de @lenny_maya

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Música

Lechuga fresca: Crujidos desde el subterráneo chilango Vol. 3

En la tanda tres incursionamos en postrimerías del beat y despuntes techno, en entrecruces tropicales y salvajadas para bailar. Revisamos a Kodemul, LATAM TAPES, Phaedra y otros.

Esta es la tercera de cuatro entregas sobre actos musicales emergentes representativos de la capital mexicana. Aquí está la primera parte, acá la segunda y acá la cuarta.

Dentro del amplio abanico de propuestas sonoras que emergen de forma boyante en la Ciudad de México, la música electrónica enfocada al baile se ha convertido en la protagonista más sólida de la última década, con un nivel de organización, diversificación y articulación discursiva que la vuelven bien distinta de otras corrientes, llámense rock, experimentación análoga, jazz o entrecruces versátiles.

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No solo eso. Resulta inspirador y refrescante que actualmente los linderos más jóvenes del techno, el dembow y el reggaetón chilangos, por poner tres ejemplos sólidos, tienen rostro femenino. Los años recientes han sido cruciales para la equidad de género en la CDMX, y las batallas femeninas por un panorama más parejo se han fraguado desde diversas trincheras. En este contexto, la música ha sido una de las aristas más nobles y propositivas.

Así, buena parte de la electrónica que se factura en esta Mecca del caos, el vicio y el smog, se caracteriza por ser un nicho vital y multidiverso, que se dispara hacia otras antípodas, con algunas de las productoras mencionadas a continuación experimentando con dos o más proyectos a la par, además de ser selectores; fustigando al beat hasta convertirlo en noise, creando elucubraciones ambient para traer agua de ese molino a sus vertientes techno y de regreso.

Son momentos duros para la CDMX, y la respuesta más humana a ese espíritu del momento no está en la superficie; suele resonar en la música de nicho, debajo de las cloacas, ahí donde el ánimo colectivo y la inocencia conjugan un tejido más resistente de baile y de coraje.

Viiaan

Ya sea como exploradora ambient que desmenuza incógnitas a través de la deformación sensual de texturas sonoras, o en plan techno rugoso de calibre hipnótico, los linderos musicales de Paola H. comprenden un corpus intrincado pero sustancioso, que suele recorrer la sutileza y la elegancia para aterrizar eventualmente en la dureza y espesura de su bosque interno multitemperamental.

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De un año a la fecha, el estilo expresivo de Viiaan se ha expandido y solidificado de forma notable, proyectándose como una de las voces más genuinas de su generación, tanto en solitario como en mancuerna con otras productoras (mucho oído a FE MAL y a Balæna).

KOI

El corpus sonoro de Diana Moreno, mejor conocida como KOI, si bien sigue en construcción y en búsqueda de estilo propio, ya atisba destellos de lo que es una de las propuestas con mayor personalidad de la Ciudad de México.

Amante de la cabalgata percusiva de cuño sosegado pero espíritu alebrestado, a KOI también suele asociársele con esa pléyade de mutantes visionarios que habitan sonoramente bajo el nombre de Melodykrafter. Como selector o productora, el trabajo de Moreno también encuentra cobijo y sentido de búsqueda en las oscuridades ambient, ofreciendo épicas veladas y pistas sobre el camino. Su mano beat parece nutrirse de su corazón ambiental y visceversa. KOI es un signo de interrogación dentro de una flor de loto en plena apertura.

Leslie García (LATAM TAPES)

El trabajo de Leslie García es de los más logrados actualmente. Sorprende y compensa al escucha atento, a partir de una solidez y articulación creativa, que siguen ganando cada tanto en novedad y exploración.

García abrevia, retuerce o sintetiza con resultados harto variados desde sus diversos alias y mutaciones sónicas: ya sea desde la labor colectiva en donde los fenómenos físicos y biológicos son parte del proceso (Interspecifics), o en donde la pulsación ambient, la instalación y el accidente techno pueden tocar puertas de templos de hielo imaginarios (LogarDecay). Recientemente, StaticDiscos editó su debut como Microhm μΩ, llamado Eternal Night, proyecto en donde García funde un microtechno que se difumina con el ambient, bañado acuciosamente en dislocaciones y texturas mínimas.

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Con LATAM TAPES, Leslie García se arroja sobre la pista baile, haciendo trazos sensuales y bien pensados, en donde el cuerpo y la fiesta son también las armas de una exploración antropológica focalizada, sin dejar de proveer al cuerpo un sendo sentido tribal multifórmico, en consonancia con la electrónica agreste y la experimentación de rompe y rasga.

Percibo que actualmente hay un buen momento en cuanto a la música emergente de la ciudad se refiere, aunque siempre es ambiguo en países como el nuestro, en donde elementos como la ciencia y la cultura no son prioritarios, o que expresiones que no son formales -como estudiar música en conservatorio- no son la media. Pero lo importante es que pese a todas las dificultades se sigue creando música, piezas, comunidad y el ruido no deja de pasar…es constante. Es un mejor momento también porque algunas comunidades son más fuertes, han resistido a momentos muy difíciles; hay espacios sustentables y dignos en donde la gente joven puede llegar a conocer propuestas y a tocar, lugares que la gente ha creado además de los clásicos espacios oficiales, museos, etc”. ––Irma Ruiseñor (Sorry I´m Late, Radio Nopal)

Phaedra

Primero fue un secreto a voces, hace cosa de tres años más o menos. Hoy en día la pandilla enterada de la ciudad del caos lo sabe: los sets de Cami Muriedas son los mejores, de los más mutantes, dislocados y excitantes que posee la noche chilanga, en donde la sensibilidad se conoce con la salvajada, la inteligencia con el buen gusto y los beats se decantan en pos de la resistencia del cuerpo, a través del sudor y el baile.

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Resulta particular la figura de Phaedra dentro de la escena local chilanga, ya que al referirnos a ella, inevitablemente uno repasa nombres de fiestas, colectivos y lugares vitales para la escena local, tales como Ensamble, Radio Nopal, Terminal, Japan, Club Viral, Lapidación, entre un nutrido e importante etcétera. Además, cada que hay ocasión de leer a Muriedas, nos encontramos con un ser de este siglo, al que entendemos y reconocemos como esos entes del futuro que saben encontrar el tejido fino y el valor de la diversidad entre el post bass, el punk, la psicodelia y una eterna vorágine sonora sin filtros: un espíritu genuino.

OLY

El pequeño gigante suburbano de la electrónica mexicana. Si bien el eco sonoro de OLY ya no es en sentido estricto algo nuevo, sus exploraciones siguen dando cuenta de un ente del futuro, en consonancia con la búsqueda incesante de sonoridades poderosas que traspasen el lugar común de la noche y la pista de baile.

Proveniente de Ecatepec y con una presencia notable en la escena subterránea local, los alcances de sus producciones y actos en vivo pueden apreciarse de forma nítida si uno ve más allá de sus adherencias colectivas (NAAFI, Lowers), entendiendo su corpus creativo como una hibridación aceleracionista más amplia, en donde el rap y el bass van montados a bordo de una nave turbocargada de cholos provenientes de un trazado manga.

Pocas voces con el calado juvenil de OLY, en donde la frescura y la diversión llevan unos enjambres densos y sórdidos tras de sí. Brutal, no deja de sorprender. A veces pensamos que sus tracks y su cerebro no van a envejecer nunca.

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COR.S (Allan Vizuet)

En 2014, Allan Vizuet comenzó a producir música bajo el seudónimo de COR.S (Coral Side), mientras experimentaba y aprendía a usar software de audio digital. Hoy, con este y otro alias (A.A), Vizuet ha refinado una exploración particular de los límites de la ejecución, enfocándose con COR.S en utilizar los instrumentos físicos que tiene cerca, logrando un sonido cálido, refinado y espaciado muy bien pensado.

Clavado con la música y comprometido con los procesos creativos, detrás de COR.S hay un artista que entiende la generación musical como una sesión íntima de inmersión, en la que suele emplearse un lenguaje específico mediante la disposición a la escucha profunda y la participación activa en tiempo real.

Parallelograms

Este es un momento muy propicio y particular para hacer música electrónica y tener veinte o treinta y tantos años. La visión es completamente amplia, diversa, hipervinculada y completamente dislocada. En este sentido, Melodykrafter es un sello que bien podrá leerse en el futuro como piedra de toque entre esos chicos techno que traen referentes de otras fuentes y quienes maridan la sutileza, la sensibilidad del ambiente, el espacio y el trastocamiento atemporal (ay wey).

Formado por Erik Valentino, cofundador de Melodykrafter y también parte crucial de otros proyectos como Younger y Myrtle Avenue, Parallelograms se sumerge en la expansión sensorial mediante pads de sintetizadores analógicos en constante mutación, enmarcada por una programación recurrente, en donde se puede tamizar el techno, y darle la vuelta desde las espuelas de sus lugares más comunes para convertirlo en algo fresco y memorable.

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Yo llevo viviendo aquí (CDMX) cerca de dos años y un poco más, y mi impresión es que por la existencia de nuevos espacios de divulgación, además de crecientes comunidades que usan como plataforma de comunicación las redes sociales, las personas han podido encontrar no sólo una manera de ofrecer su producto creativo si no también de conocer a más personas que sean parte de su comunidad. No sólo esto es algo importante, si no también la existencia de espacios. Y eso es otra cosa importante que tuve el privilegio de ver estos años que llevo aquí: la emergencia de varios espacios, tales como el 316, Terminal, Terraza Monstruo, YuYu, etc., que independientemente que sean espacios muy diferentes el uno del otro, tratan de enfocar su función a ser espacios primeramente para la música. Lo demás, como que sean un ‘bar’ y todo eso, es un añadido”. ––Mabe Fratti (músico)

No Boy

Oscuro, atascado y peligroso, otro fichaje de oro ilegal proveniente del Estado de México con tufo ciudad de finísimo clado. Lo de Francisco Trejo podría leerse como una herencia temprana del dembow mutante y las postrimerías sonoras del NAAFI tardío.

Sin embargo, al escuchar Redención, su más reciente EP, “nos encontramos con un productor marica y amateur de música club latinx”, como él mismo se autoproclama, con inventiva propia e ínfulas que pueden alcanzar horizontes nutridos y bien ricos, en donde una nueva generación de productores está empujando duro y dando de qué hablar.

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César Ch.

Fundador del netlabel DNTFCK junto a Zurvolt, lo de César Ch. reluce por hilvanar sorprendentemente un cúmulo vasto, místico y descontextualizado de referencias culturales, para reventarlas en trallazos sensuales de grime con ínfulas místicas y cyperpunk. Lograr que la cumbia, el trap y el techno mariden bien con el atasque bass y el pop pervertido es algo. Conseguir que el menjurge funcione arriba y abajo de la pista es de un oficio notable. César Ch. es único.

Kodemul

Detrás de las célebres fiestas Por Detroit, que han sido una válvula alterna para los adeptos al perreo y la salvajada del cuerpo en la CDMX, se encuentra Arturo Mejía, también conocido como Uchafu y miembro activo del crew de Mancuso. Como Kodemul, en plan mix podemos explorar un dance pervertido y vertiginoso, pero también un EDM selecto y bien colocado a la cadera.

No obstante, sus producciones y referentes se van más allá, remitiéndonos a la cultura noventera, la sofisticación impostada, las exploraciones kitsch bajo un halo techno. Acá hay un humor inteligente y una mano firme para enfrentar la noche.

El Irreal Veintiuno

Cuando uno escucha los tracks de El Irreal Veintiuno y luego lo ve en vivo, o al revés, la sensación de que algo no cuadra en lo que hace es real; pareciera que algo no cuadra…lo irreal de lo real. Luego, en las profundidades de la clavadez oscura y el trópico más sofocante de su downtempo anacrónico, si uno deja de poner atención y se abandona, sucede.

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El tribal, el pop y las exploraciones futuristas del folclor nos revelan a un productor nutrido, rico en minerales e inventiva, al que hay que seguirle la pista, ya que su estilo va creciendo y expandiéndose de forma brutal.

Kid Robin

Si uno es joven y baila entre los vericuetos más oscuros y apestosos de la Ciudad de México, se sabe que de alguna manera se deben tener muchos ánimos, chingos de humor y piel dura para entrarle con ganas a la noche y sus misterios. Luis Ángel Bustamante Márquez, aka Kid Robin, palomea cagado de la risa y encarna todas esas exigencias absurdas, a través de un tino gandallita que le da forma al moombahton y el bass local de cepa puerca y deliciosa, esa que tiene el baile como premisa y mandatorio para poder sobrevivir al ya de por sí saturado abanico de imposturas latinas de la capital.

Isaac Soto

Si bien la exploración de Isaac Soto puede rastrearse medio sexenio hacia atrás, lo cierto es que en los últimos años ha adquirido un matiz más claro y refrescante, que lo bien puede darnos guiños al deep house y el downtempo, a punta de matices sensoriales hermosos y preciosistas con ínfulas ambient, confundiendo al cuerpo entre percibir su contemplación o bailar de forma libre.

Tímbrico, dulce y sensual, lo de Isaac Soto sobresale también por no tener demasiados puntos de comparación entre sus contemporáneos y conectar de forma inmediata con el escucha apacible.

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