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Tecnologia

Conozca a los colombianos que lideran el negocio de domicilios con robots

El objetivo de la empresa, radicada en Estados Unidos, es que en algún momento podamos pedir cualquier cosa en menos de una hora y que cueste menos de un dólar.
Imagen de Sasha Latsenia vía Kiwi Campus | Todas las fotos y videos son cortesía de Kiwi Campus

Tramas distópicas como las de Black Mirror probablemente han hecho que más de un millennial tenga miedo sobre la tecnología y el futuro, pero lo cierto es que no toda la tecnología es negativa si se hace pensando en la gente.

Este es el caso de Kiwi Campus, una empresa que nació en la cocina de una casa bogotana y que hoy es la compañía que ha hecho más domicilios con robots en el mundo. Encargada de automatizar la "entrega de última milla", actualmente opera en universidades de California como Berkeley y Stanford.

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¿Qué es eso de "la entrega de última milla"? En países desarrollados, esto sucede cuando pides algo por Amazon o por domicilio y quieres que llegue en menos de una hora. En California el hecho de que algo te llegue en menos de este rango de tiempo, puede costarte entre nueve y quince dólares. Y en el resto de Estados Unidos, de una costa a otra, por lo menos el treinta por ciento del valor total del pedido.

Esta aplicación hace que lo que pidas te llegue más rápido y por un precio menor. Básicamente funciona como una app de domicilio normal, en la que seleccionas el restaurante que quieres y pagas con un medio digital. La diferencia radica, básicamente, en que tú abres la puerta y en vez de un ser humano, hay un robot con lo que pediste.

Para entender más del proyecto hablé con Felipe Chávez, co-fundador y director ejecutivo de la empresa.

VICE: ¿Cómo es el proceso de producción? Es decir, ¿dónde se fabrican e implementan las tecnologías de los robots?
Nosotros comenzamos a construir los robots en Colombia, en la cocina de mi casa. Luego, la carcasa del robot se hizo en un taller en Soacha y ahorita tenemos oficinas en Baja California, en Berkeley, Silicon Valley y estamos produciendo la nueva flota en Shenzhen, China. Ahora mucha gente nos dice como "oiga, ustedes lo pueden hacer en Singapur y le saldría más barato", pero estamos haciendo este proceso en China porque hay un nivel y unas habilidades de producción muy elevadas y buenas herramientas para aprender de tecnología.

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Da igual hacerlo en China que hacerlo en un país de Latinoamérica. Sin embargo, el nivel de habilidades de las personas en China y las herramientas que tienen allá a la mano, hace que se construyan cosas de mejor calidad y más complejas. Pero, eventualmente, nuestro plan es trasladar la producción a Latinoamérica, para reducir el footprint ambiental.

¿Cuál es la principal competencia que tiene Kiwi Campus?
Yo creo que el gremio o el campo en el que nosotros estamos todavía está en sus primeras etapas y una prueba de eso es que nosotros somos la empresa que más hace domicilios con robots en el mundo. Y que más ha hecho. Para ponerte un ejemplo: nosotros hemos hecho más que toda la competencia unida y hay otras diez empresas que hacen robots para domicilios.

Entonces, está muy temprano todavía. Yo creo que cuando comencemos a hablar de cientos de miles de domicilios al mes, ahí sí podríamos identificar una competencia. Por ahora, todos estamos remando para el mismo lado con la finalidad de llevar la tecnología a que se desarrolle.

¿Ustedes solo le apuntan a universidades, cierto?
Hemos sido muy pragmáticos en cómo avanzamos y cómo aplicamos la tecnología de la información en la empresa. Lo que nosotros decidimos fue operar en ambientes y con consumidores que conociéramos: por los próximos años estamos concentrados en las universidades. Estamos en California; en Berkeley y Stanford, y en los próximos años nos vamos a expandir a más universidades de California.

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¿Planean expandirse en el futuro?
Yo considero que en siete años, al ritmo en el que están avanzando las cosas, todos tus domicilios van a ser entregados por robots, incluso en países en vía de desarrollo o en donde la mano de obra sea barata.

¿Por qué es importante que pase esto? Pues para reducir costos y aumentar la velocidad de la entrega. En siete años, nosotros nos vemos como el jugador más importante, ya sea en universidades o en ciudades. La estrategia que tenemos ahorita es hacerlo en universidades, pero queremos estar presentes en las entregas que tengan que ver con ciudades.

Yo creo que las naciones que van a tener una relevancia mundial en el futuro son aquellas que tengan mejor manejo de la inteligencia artificial.

Entendemos que estos robots reducen costos y aumentan la velocidad de la entrega de los domicilios, pero ¿cuál sería ese impacto social al reducir la mano de obra?
Te pongo un ejemplo: aquí en Berkeley los estudiantes no pedían domicilio porque sencillamente era muy caro y cuando nosotros empezamos a operar y pudimos ofrecer costos más baratos a tiempos de entrega buenos, la gente empezó a pedir. Entonces, en general, lo que nosotros hicimos fue crear mercado, por así decirlo. Porque antes no se podía hacer.

Segundo, yo creo que la gente cree que nosotros solo estamos construyendo el robot, pero es mucho más que eso. Nosotros lo que estamos haciendo es crear un ecosistema robótico, ya estamos haciendo un Kiwi Hub, una especie de cuatrimotos que ayudan a agilizar la logística, entonces al final de cuentas, todavía hay muchos humanos responsables e interactuando con los robots.

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Nosotros estamos creando tecnología que empodere a los humanos. Es decir, si antes teníamos un equipo de veinte domiciliarios que podían hacer cien domicilios al día, con los robots esos mismos veinte domiciliarios van a poder hacer 500 domicilios al día.

Hay una tendencia importante: acá en Estados Unidos los centros comerciales están complicadisimos, los re-retailers tienen problemas por los gigantes que venden online y todo va a tender a que muchas cosas las compremos online. Cuando tú pides cosas online lo más importante es cuánto se va a demorar y cuánto cuesta la entrega, entonces va a haber una transición.

Ahorita en Colombia, el retail online creo que es menor al tres por ciento. Entonces imagínate lo que involucraría en términos logísticos pasar del tres por ciento al cien por ciento. Y, pues, para poder hacerlo, es necesario tener robots para lograrlo rápido y bien.

¿Cuál es la reacción de la gente cuando ve los robots? ¿Los ven como algo natural?
Ese es un tema muy interesante. Un ejemplo: Berkeley es una universidad pública y es la tercera ciudad de California con más habitantes de calle. También es un lugar en el que a horas pico hay muchas personas en los andenes, hay pendientes muy inclinadas, como en San Francisco. Fue un reto lograr que funcionara acá.

Es fundamental crear robots que interactúen de manera natural en los andenes. Yo opino que estos espacios son sagrados. El objetivo que siempre tenemos con el equipo es crear tecnología respetando que los andenes son de las personas, la idea es que ellos ni se den cuenta de que los robots están pasando por ahí.

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Segundo: hay que crear robots que generen empatía. Los robots que nosotros hemos creado tienen ojos, un diseño amigable y esa conexión y generación de empatía con las personas es fundamental para hacer esa transición a robots. Entonces, nosotros tenemos la responsabilidad de crear esa tecnología. Si nosotros lo hacemos bien, otras empresas de robótica, la van a tener más fácil. Y simplemente esa transición va a pasar, por eso mismo es importante crear tecnología que tenga empatía con nosotros.

¿No ha habido gente reacia a la idea o que se resista a pedir domicilios con robots y prefieran que un domiciliario le haga su entrega?

No te podría responder completamente la pregunta, porque nosotros estamos solo en campus universitarios. En estos espacios, las personas son precisamente los primeros en adoptar tecnología. Además, les gustan los robots y no tienen mucho presupuesto, y de hecho como antes no pedían domicilios y ahora tienen la oportunidad de hacerlo, pues es muy bueno para ellos.

¿Ustedes toman alguna responsabilidad porque alguna gente sea reemplazada por robots?
Lo que pasa es que nosotros no reemplazamos, nosotros creamos empleos. Míralo de esta forma: si tu vida es mucho más barata —has de cuenta que la tecnología entra en la salud, casa, transporte y lo qué compras— entonces, tu poder adquisitivo es mayor. Un ejemplo: Al pedir un Lyft o un Uber—hace cinco años moverse de Berkeley a San Francisco costaba cuarenta o cincuenta dólares, ahora hay un nuevo servicio que se llama Shuttle de Lyft y de Uber en el que uno puede viajar por seis dólares— pues es más barato. Lo que nosotros estamos haciendo es que el costo de vida sea más barato y así, las personas van a poder hacer lo qué quieran.

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De pronto ya no vas a estar pensando "uy, juepucha tengo que pagar un montón de plata y no tengo la libertad de hacer lo qué me gusta". Como los consumos son tan altos, no podemos hacer lo qué nos gusta.

Tenemos que hacer una migración a unas jornadas de trabajo más inteligentes y a hacer lo que nos gusta; más artes, deportes, cultura. Hay cosas muy importantes en la sociedad en las que no hay tanta gente trabajando porque hay el costo es alto y ahí es donde van a entrar los robots para permitirnos que nos podamos concentrar en lo importante como humanidad.


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¿Cuál es el escenario más oscuro, tipo Black Mirror, que te puedes imaginar con respecto a los robots?

Hay mucha gente trabajando en robótica, y en el caso de Latinoamérica a mí a veces me entristece que no haya más gente en eso. Eso pasa porque muchas veces la gente piensa que eso es costoso. Y no. Por ejemplo, más de la mitad de nuestro equipo está conformado por latinoamericanos y creamos la empresa en Latinoamérica.

Es como cuando se dio la Revolución Industrial, cuando llegó la electricidad a Estados Unidos o cuando se creó el vapor. Muchas personas decían como "juepucha, qué va a pasar con esta vaina, la gente va poder hacer cosas malas" . A la gente le da susto, yo lo lo entiendo y uno se puede poner a crear historias, pero yo creo que las personas que estamos trabajando en robótica lo estamos haciendo de una manera madura.

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Yo creo que las naciones que van a tener una relevancia mundial en el futuro son aquellas que tengan mejor manejo de la inteligencia artificial.

Y no, no se me ocurre un escenario oscuro. Lo que me da miedo es que no haya un buen empalme, y que ni la gente ni los líderes políticos se preocupen y se den cuenta de lo importante qué es esto. Eso me da miedo: me da miedo es que no entremos.

Es muy fácil imaginarse a los robots en un escenario o cultura ordenada, pero por ejemplo acá, en una ciudad más caótica como Bogotá, ¿cuáles serían los retos?

La idea de los domicilios con robots es complicada. La gente dice "venga, pero se los van a robar, y tal cosa, tal vaina", y bueno, seguramente en la implementación va a haber problemas, pero como te decía, nosotros somos la empresa que más domicilios ha entregado y hasta ahora no hemos tenido el primer caso de vandalismo.

De pronto, es un tema del cuándo y nos estamos preparando para que no pase, haciendo pedagogía y construyendo tecnología que interactúe de la manera más natural con los colombianos y la sociedad para que no tenga problemas.

Por ejemplo, nosotros tenemos triple redundancia de sistema con precisión y exactitud submétrica y tres GPS redundantes y podemos saber dónde está el robot siempre. Es decir, si alguien se trata de llevar un robot, es como si se tratara de llevar la policía para la casa.

¿Qué impacto ambiental tiene el robot, tanto en el momento de su producción como en el de su funcionamiento y vida útil?

Esto es una nota. En Estados Unidos y en otros países, la mayoría de domicilios los entregan todos con carro— en Colombia uno está acostumbrado a que los entregan en moto o en bicicleta— entonces imagínate un carro grandísimo que solo lleva una hamburguesa, y teniendo en cuenta que la mayoría de carros funcionan con combustibles fósiles, pues es totalmente insostenible.

Nuestros robots son eléctricos. Es energía limpia, entonces el impacto que estamos generando, obviamente, es poquitico porque hacemos una cantidad de domicilios minúsculos en comparación al total, pero pues para allá va.

Entonces, no es solo que utilicemos electricidad, sino que también es para qué usar un aparato tan grande para transportar solo un paquete, si se puede transportar con robots autónomos que hacen que sea más eficiente la logística.