​Drogas y trucos sucios: Así es vivir con modelos

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Fotos

​Drogas y trucos sucios: Así es vivir con modelos

Esta fotógrafa capturó a varios modelos en su hogar, se abrieron y le contaron su historia, sus sueños, sus miedos y sus aspiraciones.

Corey y sus roomies modelos en Greenpoint, Brooklyn.

Poco después de que entré al mundo de la fotografía de moda, me di cuenta de que me interesaba más la gente con la ropa puesta que la ropa en sí. Y pronto empecé a tomar fotos de las personas sin la ropa.

En 2008, tuve una sesión de fotos para la edición francesa de Playboy. Ahí conocía a una chica llamada Raquel Nave. Raquel era muy poco convencional, era libre y desinhibida. No se parecía a ninguna de las modelos con las que había trabajado hasta ese entonces. En cuanto Raquel empezó a quitarse la ropa, me sentí liberada de la moda. Nos hicimos amigas y con el tiempo me invitó a su departamento. Todo lo que había en su casa, cada postal en la pared, cada pieza artística, era un reflejo de ella. De ahí salió la idea de tomar fotos a modelos en sus casas.

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Hasta ahora he fotografiado a más de 70 modelos en sus casas. Cada sesión ha sido una aventura única. Me encanta cómo se siente cuando llegas a casa de una persona y no sabes qué esperar. Casi todos se abrieron y me contaron su historia. Tal vez es por la intimidad y la cercanía que se siente al estar en la recámara de una persona o tal vez hay algo de química entre la gente ridículamente hermosa y yo. No importa lo que sea, fue un gran privilegio poder escuchar sobre sus sueños, sus luchas, sus miedos y sus aspiraciones.

RAQUEL

Raquel y su hija en Bushwick, Brooklyn.

Un fotógrafo me habló en un Starbucks cuando tenía 17 años. Fue raro mudarse a un departamento de modelos porque habían muchas chicas viviendo encimadas. Vivíamos ocho en un departamento de dos habitaciones.

Vi de todo: hábitos alimenticios extraños, desordenes, promotores raros llamando al departamento, conversaciones interminables por Skype con los novios en casa y brasileñas groseras que no dejaban que nadie usara su papel de baño. Algunas hasta ponían blanqueador en el shampoo de las demás para arruinar su cabello y evitar que las contrataran.

CHARLIE

Charlie en el patio trasero de la casa de sus padres, en Brooklyn.

Lo mejor de ser modelo es la cantidad de dinero que te pagan por no hacer nada y conocer cientos de chicas hermosas. Pero no me veo a mí mismo como una versión infantil de Derek Zoolander, que vive en una habitación con literas y un montón de niños bonitos.

La mayoría de los modelos se alimentan de la atención, por lo tanto, a veces es un ambiente demasiado competitivo. Una vez me hicieron trampa. Un día antes de una reunión que iba a tener con una posible nueva agencia, mi roomie puso pimienta en mi almohada. Mi cara estaba tan hinchada que no conseguí el contrato.

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Cuido mi peso pero es porque me encanta el boxeo, no por el modelaje. Los modelos hacen lo que sea para seguir delgados. Es en serio. Si eres gordo, nadie te contrata. Algunos se meten drogas, como cocaína, para mantenerse en su peso. Yo también consumo drogas de vez en cuando pero solo porque me gusta la fiesta.

GIEDRE

Giedre en su departamento. Wall Street, Manhattan.

Me eligieron en una agencia pequeña en mi ciudad natal, Raseiniai, en Lituania. Me fui a vivir otro país cuando aún era muy joven y tuve que aprender a cuidarme a mí misma muy rápido. Compartía un departamento con otras modelos y era una locura. Nunca había tenido tantas amigas, y tan bonitas.

La industria de la moda es mu competitiva, pero a fin de cuentas, ¿qué industria no lo es? Los clientes deciden qué chica o qué apariencia es la indicada para su marca en cada sesión. Si no te eligen, no es nada personal, es cuestión de negocios. Esperar es una parte importante del modelaje: tienes que esperar para bordar un avión, esperar a que llegue el taxi, esperar a que te vean en un casting, esperar para que te peinen y te maquillen en un desfile, y esperar a que empiece el desfile. Tienes que aprender a entretenerte y a ser paciente.

RAIN

Rain en Williamsburg, Brooklyn.

Perdí una apuesta en un partido de futbol y tuve que ir a una audición. Creyeron que era hombre y me inscribieron como tal. El resto es historia. Como nadie se ve igual que yo, casi no tengo competencia.

Si modelo como mujer, me piden que sea talla 2 o 4 para poder entrar en la ropa. Si me contratan como hombre, me piden que sea talla 4 o 6. Subir y bajar de peso para cada sesión es difícil pero lo hago con cuidado y de forma saludable con la supervisión de un nutriólogo privado. Amo mi cuerpo y mando a la mierda a todos los que me exigen que coma mal para lograr cierta imagen. Tienen Photoshop. Tienen que decidir si quieren trabajar conmigo o no.

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MARCELLE

Marcelle en su departamento en Bushwick, Brooklyn

Me mudé de Nueva York a Fargo en Dakota del Norte para poder estudiar. Nunca supe que existían las modelos de talla grande. Para las medidas de EU, estaba entre el 10 y el 12, y siempre trataba de adelgazar.

Conocí a un reclutador un día que estaba en Sephora. No estaba lista. Tenía 19 años y no podía ni considerar el modelaje hasta que aprendiera a amarme a mí misma. La industria del modelaje de talla grande es algo que mucha gente no entiende y puede llegar a ser muy difícil. Sin embargo, saber que podía inspirar a una chica en Ohio a que amara su cuerpo fue lo que hizo que me decidiera.

Me sorprende lo fácil que ha sido formar una trayectoria sólo siendo yo misma. Si tuviera que cambiar mi apariencia de forma drástica por mi trabajo, no lo haría. Tengo otros talentos y soy inteligente.

PRISCILLA

Priscilla en la casa de uno de sus amigos en Paris.

Esta foto la tomé hace años. En serio quería participar en el proyecto de "modelos en casa" de Hadley pero en ese entonces no tenía un departamento propio. Llevaba pocos meses en la industria del modelaje y aún vivía en casa de mis padres. Además no tenía mucho trabajo porque en ese entonces el mercado para las chicas negras en Paris era muy limitado. Por eso le pedí a un amigo que me prestara su departamento una tarde.

Esta foto no refleja mi personalidad. Es más bien un personaje con influencias de las revistas que leía y las cosas que veía en esa época. Antes me vestía para gustarle a los hombres. Ahora me visto para mí.

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Me veo rara en esta foto. Ahora mi cabello y mis cejas son color blanco y por eso mismo ya no puedo trabajar en agencias. Pero se me ve bien y por fin siento que me encontré a mi misma y no hay nadie que se vea como yo. Irónicamente, he recibido más ofertas de trabajo desde que dejé de trabajar con agencias.

LEANDER

Leander en Berlín.

Estaba haciendo breakdance en una calle en Alexanderplatz, en Berlín, cuando me habló un reclutador. Lo peor de modelar son los castings para la semana de la moda. Conozco algunos modelos que esperan casi cuatro horas formados sólo para ganar 100 euros (Unos 1,700 pesos mexicanos).

El modelaje no lo es todo en la vida. Abrí mi propia disquera llamada Dezi-Belle. Estudio comercio, política y sigo activo en la escena breakdance.

NICOLA

Nicola. Zona residencial Upper West Side, Manhattan.

Empecé a modelar a los 13 años y la mayoría de mis trabajos tenían algo que ver con el skate o el surf. Como crecí en la ciudad de Nueva York, ya tenía amigos de ahí cuando entré al mundo de la moda. Usualmente iba a trabajar y en cuanto terminaba, me iba y seguía con mi rutina diaria. Gracias a eso me mantuve alejado de la negatividad a la que se someten los modelos que llegan a Nueva York.

Todos mis días se enfocan en la música, a menos que tenga trabajo. Mi banda se llama Caverns. Tener una pasión además del modelaje es necesario para los modelos que quieren tener un ego saludable. Si hay algo que en serio amas, tienes que seguir, así eres menos vulnerable ante las críticas. También creé un personaje extraño para mí mismo, así siempre tendré un lugar en la industria.

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EVAN

Evan en Bushwick, Brooklyn.

Empecé a modelar a los 16 años de edad. Crecí en una ciudad muy pequeña en una isla cerca de la costa de Maine y no sabía nada sobre el alucinante mundo de la moda. El novio en turno de mi madre me tomó unas fotografías y en cuestión de días conseguí un contrato con NEXT Miami. Poco después, hice mis maletas y me fui a Nueva York. Ahí firmé otro contrato con Re:Quest.

El éxito de los modelos depende de un poco de suerte, una buena sincronización y un gran compromiso. En general, es una experiencia increíble para un adulto joven.

COREY

Corey en Greenpoint, Brooklyn

Me divertí mucho cuando viví en el departamento de modelos de la agencia Ford. Nunca hubo un momento aburrido. Éramos un grupo de chicos de varios países con vidas muy diferentes y todos teníamos una meta en común. A pesar de que nos acabábamos de conocer, nos llevamos muy bien y nunca nos peleamos en serio.

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