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La deep web es mucho más que armas, drogas y sexo

La deep web es el ejemplo perfecto de la metáfora del iceberg, donde la puntita son Google, Yahoo y los demás buscadores que conoces.

Cuando en un grupo de personas se habla de la deep web, lo más probable es que si alguien está medianamente familiarizado, habrá escuchado acerca de drogas, sicarios y hasta los rumores grotescos sobre el cirujano que convierte niñas huérfanas en muñecas sexuales vivientes. Pero hay muchísimos más servicios disponibles en la deep web que no son ilegales, ni ilícitos y que al contrario, pasan por lo revolucionario hasta lo humildemente inofensivo.

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Estamos hablando de sitios web para personas a las que les gusta pasar su tiempo libre recorriendo estos túneles subterráneos del internet, o de páginas para gente que se ve obligada a permanecer ahí porque viven bajo regímenes dictatoriales. También hay un montón de material de nicho muy particular: piensa en clubes indebidos de lectura hasta foros sobre spanking, que han sido por varias razones, condenados por las sociedad.

Pero primero, si formas parte de ese grupo de gente que encoje los hombros cuando se menciona la deep web, vamos a necesitar una buena definición. BrightPlanet, un grupo que se especializa en inteligencia de deep web, simplemente lo define como: “cualquier cosa que un motor de búsqueda no pueda encontrar”. Eso es porque los motores de búsqueda sólo pueden mostrarte contenido que sus sistemas hayan indexado; para ello utilizan unos programas llamados “crawlers” que intentan encontrar e indexar todo en la web, rastreando todos los hipervínculos visibles del internet.

Inevitablemente, algunas de estas rutas están bloqueadas. Puede que necesites una red privada para encontrar tu página web o que no obtengas resultados en ningún motor de búsqueda. En estos casos, para llegar a una página web necesitas saber su exacto y complejo URL. Estos URLs —los que no están indexados— son lo que llamamos la deep web.

Aunque su tamaño total es difícil de calcular, es importante recordar que la deep web es un lugar muy, muy grande. Según un estudio en el Journal of Electronic Publishing, “el contenido de la deep web es masivo, aproximadamente 500 veces más grande de lo que es visible y que se encuentra en los motores de búsqueda tradicionales”. Mientras tanto, el uso de redes privadas para acceder a la deep web, muy a menudo es de millones.

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En el año 2000 había mil millones de URLs únicas indexadas por Google y para el 2008 había un millón de millones. Ahora, en el 2014, hay mucho más que eso. Imagínate cuánto más grande es la deep web que eso. En otras palabras, cuando se compara con la web de superficie fácilmente accesible, la deep web lleva la metáfora del iceberg al extremo. Compromete un 99 por ciento del medio más grande en la historia humana: el internet.

Dejando a un lado estos datos fascinantes, dejemos algunas cosas claras. La deep web no es todo diversión y juegos. Está llena de bases de datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmósférica de Estados Unidos, JSTOR, la NASA y la Oficina de Patentes y Marcas. También hay un montón de intranets —redes internas de las compañías y universidades— que en su mayoría contienen información personal muy aburrida.

Hay un pequeño rincón de la deep web que se llama Tor, acrónimo para The Onion Routing Project, que inicialmente fue construido por el Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos como una forma de comunicarse en línea de manera anónima. Es ahí donde la notoria Silk Road y otros mercados negros de la deep web se encuentran.

Nuevamente, eso es lo que esperarías de una tecnología diseñada para esconder la identidad de los usuarios. Mucho menos predecible son los extensos corredores de blogs eróticos de fan fiction, clubes de lectura revolucionarios, páginas web de espeleología, archivos de cienciología y recursos para los amantes de Stravinksy (“48,717 páginas de disonancia emancipada”). Para tener una mejor idea de las actividades no relacionadas con las drogas ni los sicarios que uno puede llegar a encontrar en la deep web, miremos algunas de las joyitas que están justo debajo de la superficie.

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El club de lectura Jotunbane es un excelente ejemplo . En la página principal, al lado de la imagen de un golpe de propaganda soviética que libera un libro de las cadenas, dice claramente "lectores contra los DRM" (Digital Rights Management). Los libros más populares son la ciencia ficción o subversiva; no es casualidad que los que encabezan la lista sean 1984 de George Orwell y El Neuromancer de William Gibson.

La biblioteca ominosamente llamada la Bilbioteca Imperial de Trantor, prefiere Invisible Man de Ralph Ellison, mientras que el panfleto revolucionario de 1776 Common Sence de Thomans Paine se gana su propia página web. Algunas de las primeras líneas apropiadamente dicen “la sociedad es producida por nuestros deseos, y el gobierno por nuestra picardía; la primera promueve nuestra felicidad al unir nuestros afectos positivos, el segundo negativamente restringe nuestras voces”. Hasta el supuesto creador de la Silk Road, el Temible Pirata Roberts, empezó un club de lectura en la deep web en el 2011.

Parecería bastante claro que a los usuarios de la deep web les gusta debatir sobre política, pero no sólo de eso.

Junto con El Libro de Cocina Anárquista y las publicaciones preocupantemente tituladas “abriendo puertas con seguro electromagnético”, también encontrarás un blog sorprendentemente activo para “gente a la que le gusta que le den nalgadas” donde los usuarios amorosamente recuerdan nalgadas pasadas. Hay otra página web con una abundante cantidad de fan fiction erótica: una historia que se llama “una noche fría y solitaria en Agrabah” que trata de una cita muy candente con el adorable personaje de El Libro de la Selva, el oso Baloo, y en donde Harry Potter es un mago ambiguo; algunos sienten lujuria por su varita mágica y otros se declaran a sí mismos “fundamentalistas anti-Harry Potter”.

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A veces, uno se pregunta si todo el contenido que te encuentras debería estar en la deep web. Una página web llamada Beneath VT documenta exploraciones clandestinas en la universidad de Virginia Tech, donde los aventureros frecuentan los múltiples túneles que soportan a la población universitaria de más de 30,000 estudiantes y 1,000 empleados. Los creadores anónimamente explican: “aunque estas personas pasan por las rejillas y bocas de acceso que llevan a los túneles todos los días, muy pocos se dan cuenta de lo que hay por debajo”.

No es como que no puedas encontrar un motón de este tipo de páginas en el internet de la superficie, ilegales y demás. Pero parece que la deep web ofrece un consuelo simbólico y psicológico al usuario. En la práctica, la deep web es el hogar de una mezcla de subculturas con diversos deseos: todos buscando gente como ellos. Beneath VT es un ejemplo, pero otros ofrecen interacción las 24 horas, como Radio Clandestina, una estación de radio que se describe a sí misma como “música para profundizar y hacer el amor”. Ese no es exactamente el tipo de lema que podrías ver en la National Public Radio.

El Dr. Ian Walden, profesor de leyes de comunicación e información en la Universidad Queen Mary en Londres, explica que la atracción por la deep web viene de su “uso de técnicas diseñadas para posibilitar que las personas se puedan comunicar anónimamente y de forma honesta. El usuario más sofisticado se da cuenta que lo que hace en el internet deja muchos rastros y por ende quiere dedicarse a una actividad sin estar sujeto a la vigilancia”. Continúa, “el sentimiento de comunidad es generalmente lo que une a estas subculturas, en un mundo digital cada vez más diverso y sin forma”.

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Aunque la deep web tiene un poderoso potencial de liberación, especialmente desde que las recientes revelaciones de la NSA han puesto el foco sobre la vigilancia por parte del gobierno. Navegar por sus corredores supuestamente seguros te da una sensación extraña y excitante; probablemente no muy diferente a como se sintieron los primeros usuarios de internet hace un cuarto de siglo. El profesor Walden argumenta que la deep web fue vital en el levantamiento de la Primavera Árabe, al permitirle a los rebeldes comunicarse y unirse sin ser percibidos. Muchos de los videos que se grabaron durante la revolución siria en el 2011, primero se subieron cuidadosamente a la deep web antes de ser trasladados a YouTube.

Walden señala que “en las jurisdicciones donde la defensa política no existe, las redes sociales no van a ser particularmente lo que va a ayudar una protesta política, pues es muy fácil identificar a los usuarios”. Por ejemplo, durante la situación que se vivió en Turquía a principios de este año, el Primer Ministro Erdogan prohibió el uso de Twitter en el país. En lugar de eso, Walden sugiere que la deep web “permite comunicaciones a largo plazo y sin exponerte a que tu familia corra ningún tipo de riesgo”.

Se dice que si la deep web tuviera una página de inicio, probablemente sería el Hidden Wiki, una página wiki que cataloga algunas de las páginas web más importantes de la deep web, y que es abiertamente “libre de censura”. Sus contenidos dan una perspectiva de cómo funcionan estos procesos anónimos: la famosa página de Wikileaks es difícil de pasar por alto, pero también está la página de New Yorker Strongbox, un sistema creado por la revista para “ocultarnos tu locación física y en línea, además de ofrecer una encriptación completa de extremo a extremo”, por si hay futuros informantes. Mientras que, Kavkaz, una página de noticias en el Medio Oriente que también está disponible en ruso, inglés, árabe y turco, es un recurso independiente sorprendente.

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De pronto, debido a que la deep web juega de anfitrión para muchos de los medios digitales marginados y pioneros, también se ha vuelto un semillero para las innovaciones mediáticas. Amber Horsburgh, una estratega digital en la agencia creativa de Brooklyn, Big Spaceship, duró seis meses estudiando las muchas técnicas que se utilizan en la deep web, y encontró que había liderado a muchas innovaciones en términos de publicidad digital.

Horsburgh asegura que “tal y como nos dice la historia, las tendencias en la publicidad digital vienen de la deep web. Dada la naturaleza de algunos de los negocios que suceden ahí, los vendedores utilizan formas innovadoras de negociar sus transacciones, mercadeo, distribución y las cadenas de valor”.

Ella cita ejemplos de Gmail introduciendo el email patrocinado; la herramienta de publicidad social Thunderclap, que ganó un Leon de Innovación en Cannes en el 2013; y el gran éxito de la industria de la publicidad nativa, que está creciendo y su valor se estima en unos $11 mil millones para el 2017. Según Horsburgh, “cada una de estas innovaciones de ‘vanguardia’ son técnicas pioneras de la deep web”. La publicidad nativa toma sus pistas de una criterio dirigido que utilizaba el Partido de los 50 centavos en China, donde se le pagaba a las personas para comentar cosas favorables en los foros de internet y las secciones de comentarios para disuadir la opinión general.

Básicamente, este es el riesgo de la deep web. “Tus terroristas son para nosotros los que luchan por la libertad”, como lo pone el profesor Walden. En algunas partes, ofrece idealismo, despreocupación y comunidad. En otras partes, ofrece lo ilegal, lo inmoral y lo grotesco. Tomando el ejemplo que se ha robado todos los titulares, el Bitcoin, que tiene fuertes lazos con la deep web: se suponía que debía proveer una alternativa al sistema monetario, pero, por lo menos al principio, en su mayoría recibió atención porque podías comprar drogas con él.

Por ahora, por lo menos, es alentador saber que algunas personas escogen el anonimato ofrecido por la deep web para vivir sus vidas generalmente inofensivas –aunque algunas veces son sumamente extrañas– en paz. Para parafrasear el dicho del famoso escritor francés Voltaire: “Puedo no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho de escribir fan fiction erótico acerca de mis personajes de Disney favoritos de la niñez”.