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Comida

¿Deberías incluir LSD en tu desayuno?

¿Quién necesita café en la mañana cuando puede empezar el día con un alucinógeno? Un pequeño grupo de científicos y psiconautas propone una baja dosis de LSD para incrementar la claridad y la atención.

Olvídate del huevo, la arepa, el café y el milo. Si quieres claridad mental y concentración durante el día, tal vez deberías incluir en tu desayuno drogas psicodélicas.

Eso, si le crees a un pequeño grupo de científicos y psiconautas que cada vez elogia más la microdosificación, o la ingestión de pequeñas cantidades de LSD.

Un artículo reciente de Alternet, escrito por Phillip Smith, profundiza en el fenómeno y hace honor al investigador psicodélico Dr. James Fadiman por popularizar la práctica en su libro The Psychedelic Explorer's Guide: Safe, Therapeutic, and Sacred Journeys.

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"La microdosificación", escribe Smith, "se refiere a tomar muy pequeñas dosis de sustancias psicodélicas. Tan pequeñas, que los efectos generalmente asociados con estas drogas no sean evidentes al desarrollar las actividades del día a día. La están practicando todo tipo de personas, desde profesionales agobiados hasta atletas extremos y empresarias, y están obteniendo beneficios importantes".

Una dosis de ácido desestabilizadora de Hunter S. Thompson suele ser 400 microgramos y te lleva a conversaciones profundas con antiguos espíritus de ornitorrincos guerreros en el planeta Xenu. Pero Smith afirma que basta con unos 10 o 15 microgramos para obtener "más concentración, claridad emocional y creatividad", algo que no se logra tomándose una cerveza fría.

Durante un discurso en la conferencia "Horizons: Perspectives on Psychedelics" en la ciudad de Nueva York en 2011, Fadiman explicó que con microdosis de LSD "las rocas no brillan, ni siquiera un poco. Pero muchas personas reportan que al final del día piensan: 'Fue un muy buen día'. Ya sabes, ese tipo de días en los que las cosas funcionan. Haces una actividad que normalmente no aguantarías ni dos horas… la haces por tres o cuatro horas. Comes bien, a lo mejor repites un poco. Simplemente un buen día".

Smith habló con una mujer de Bay Area de 65 años de edad, que ha consumido micro dosificaciones de hongos de psilocibina, en lugar de LSD, durante 35 años. "Simplemente me comí una pequeña parte y descubrí que estaba alerta y energizada durante todo el día. No estaba drogada ni nada, es como tener un subidón de café que dura todo el día".

De hecho, el autor James Oroc sugirió un "romance secreto entre la psicodelia y los deportes extremos", pues los atletas se microdosifican en un esfuerzo por aumentar su rendimiento. Oroc, con aliento, afirma que "el LSD puede aumentar el tiempo de reflejo a la velocidad del rayo, mejorar tu equilibrio hasta el punto de la perfección, aumentar tu concentración hasta que experimentes 'visión de túnel' y te vuelve impenetrable a la debilidad o al dolor".