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Música

Feminoise latinoamérica: Mujeres en experimentación

El papel de las mujeres en la música experimental de nuestro continente se está escribiendo.

Los estudios de la compositora e investigadora colombiana Ana María Romano la llevaron a descubrir que Jacqueline Nova fue la primera mujer en graduarse del Conservatorio de Música de la Universidad Nacional, en 1967. El Conservatorio fue fundado en el año de 1910 (57 años antes), lo que no resulta tan sorprendente si tenemos en cuenta que la mujer conquistó el voto en nuestro país apenas hasta finales de 1957. Esto muestra que, en general, la producción musical en Colombia ha estado restringida al ámbito masculino y pocas mujeres han logrado llevarse un mérito dentro del vasto universo que la rodea.

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Ana María se graduó como compositora musical de la Universidad de los Andes, ha trabajado en el sector de la improvisación y la experimentación partiendo de la práctica electroacústica y también organiza el festival En Tiempo Real una vez al año. Para ella, la sobre Jacqueline Nova y sus propias experiencias como artista la llevaron a darse cuenta de "lo invisibilizada que está la labor creativa de las mujeres: no es un problema solo de Bogotá o de Colombia, sino de todo el mundo". Aunque en otras disciplinas artísticas quizás la reflexión sobre el género esté más instalada, para ella "el mundo de la música es muy masculino. No es que no haya mujeres haciendo música, es que, como siempre a lo largo de la historia, los hombres han pisado fuerte. Siempre traigo a cuenta una entrevista de Björk en la que un chico le pregunta qué le recomienda a las artistas jóvenes y ella dice que todo lo que quieran comunicar lo tienen que decir 5 veces. Las grandes figuras de la música han sido hombres no porque no haya mujeres, sino porque el sistema lo ha permitido"

Así como la producción sonora femenina ha sido poco visible en Colombia, también lo ha sido la escritura, documentación y crítica alrededor de la misma. En su artículo del 2015 "Palabras para el Sonido"​, el periodista Luis Daniel Vega hace un recuento de la producción editorial enfocada en estudios sobre música en Colombia, estableciendo dramáticamente, que tan solo un libro con enfoque de género ha escarbado en la creación musical hecha por mujeres en el país. Se trata de "Las mujeres en la música en Colombia: El género de los géneros", editado por Carmen Millán y Alejandra Quintana en el año 2012 como parte de la colección Culturas Musicales de Colombia de la Universidad Javeriana, que también tiene entre sus títulos "Músicas y prácticas sonoras en el Pacífico afrocolombiano", "El libro de las gaitas largas. Tradición de los Montes de María" y "Travesías por la tierra del olvido: modernidad y colombianidad en la música de Carlos Vives y La Provincia".

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Esta publicación –a todas luces sui generis– alberga entre sus páginas retratos invaluables de mujeres artistas como Alba Lucía Potes, Amparo Ángel, Jacqueline Nova, Alba Fernanda Triana y Etelvina Maldonado, así como un minucioso estudio de las prácticas musicales femeninas de finales del siglo XIX en territorio paisa, la inmersión de las mujeres en el espacio público de las artes en la Bogotá decimonónica y la figura femenina en las músicas tradicionales del suroccidente (Cauca) y el noroeste (Chocó) del país, entre otros.

En el prólogo del libro las editoras sostienen que el contexto musical colombiano está determinado por "una ideología patriarcal, blanca y occidental que minimiza y silencia la historia, creación y práctica musical de las mujeres", no obstante "el estudio e investigación sobre la vida y obra de compositoras e intérpretes de la historia de la música ha contribuido a revelar no solo la significativa participación de las mujeres en la historia de la música, sino los vacíos y vicios de fondo y forma propios de un sistema patriarcal, en el estudio de la música". Como afirman las autoras, no es posible hablar aún de que la musicología de género sea un campo profundizado en Colombia –mucho menos la musicología queer–. No obstante, es evidente que la producción musical femenina que le apuesta a la experimentación ha sido rica y fundamental, aunque no por eso masiva ni ampliamente reconocida. La historia de las mujeres en la música experimental colombiana aún está por escribirse.

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Una de las estrategias para visibilizar el trabajo musical –independiente y experimental– de las mujeres ha sido la creación de redes mediante internet. Aunque incipientes, estas iniciativas sugieren que es cada vez más necesario construir nodos de conversación sobre el tema. En este documento, por ejemplo, se puede encontrar una base de datos en construcción sobre compositoras, artistas sonoras, improvisadoras y músicas experimentales en Latinoamérica. De la misma manera, este formulario le permite a los interesados ingresar el nombre de una mujer viva que consideren relevante en el panorama de la música electrónica o el de una mujer ya fallecida que cuente con importancia histórica, así como el portal "Feminatronic", que celebra el eclecticismo femenino en el contexto de la electrónica experimental.

En este contexto surge la iniciativa Feminoise Latinoamérica: un compilado digital de mujeres latinoamericanas en experimentación con sonidos que fue lanzado apenas unas semanas atrás. Se trata de la primera publicación discográfica del sello "Sister Triangla", comandado por la artista argentina Maia Koenig y que parte de una inquietud por aglutinar propuestas femeninas seducidas por las distintas formas de la experimentación. "Me di cuenta de que había chicas de todos lados haciendo música experimental. Se trata del mayor registro que se ha hecho hasta ahora de mujeres en experimentación en Latinoamérica", cuenta.

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En el compilado se pueden encontrar 60 piezas sonoras que exploran la canción experimental, pasando por el circuit bending, el noise, el drum and bass y la música concreta hasta los paisajes sonoros y las infinitas posibilidades del ruido y el silencio. Aunque se recibieron propuestas de muchos lugares de Latinoamérica, sigue siendo evidente que todavía hay países latinoamericanos cuya presencia es nula, como es el caso de Venezuela y la mayoría de países de Centroamérica.  La selección intentó registrar mujeres de lugares nuevos donde estuviera sucediendo algo. Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, México, Uruguay, Costa Rica, Paraguay, Brasil, Argentina: "Me interesaba registrar también los pueblos y la periferia, porque en las ciudades es más fácil, más común", cuenta.

Estos son algunos recomendados del compilado, que se puede encontrar completo para escucha gratuita en la plataforma Bandcamp.

  • RRayen – Zoroschibit (Argentina)

Proyecto de Maia Koenig, quien recurre a objetos perdidos en el tiempo como consolas de nintendos y gameboys. Explora los sonidos de onda cuadrada y los ruidos blancos.

2. Susana Campos Fonseca - Katana (Costa Rica)

Susana Campos es una creadora sonora y escritora costarricense. En esta pieza explora el minimalismo de sonidos pianísticos que progresivamente son consumidos por el ruido del abismo.

3. Humanofobia - Abismo Coagulado (Chile)

Humanofobia está compuesto por Mist Spectra y Sábila Orbe: ambas viajan por dimensiones paralelas y distorsionadas donde el ruido atmosférico es el origen y fin de todo.

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4. Ana María Romano - Aquí, allá y acullá (Colombia)

Reconocida investigadora, artista sonora y compositora colombiana. Ana juega con los límites entre ruido, silencio y todos sus puntos intermedios.

5. Cristina Collazos - Aceite de coco (Bolivia)

Oriunda de Cochabamba, Cristina viene de las artes audiovisuales y también se dedica a la construcción de instrumentos siguiendo el DIY. Sus piezas acogen la dualidad entre armonía y ruido.

6. Bella - Nebula (Brasil)

El ejercicio creativo de Bella pasa por el cruce entre la música, el performance y la improvisación. Tiene otro proyecto femenino llamado "Meteoro", donde también experimenta con sonidos.

7. Gubia - Distanisot (Ecuador)

Entre paisajes sonoros y una exploración de sonidos desafinados, Gubia genera una propuesta musical ecléctica que se cruza con experimentos vocales.

8. Sofía Scheps - Tenés un acufeno (Uruguay)

Seducida por el paisaje sonoro y el silencio, Sofía se dedica a explorar el universo de la música electroacústica.

9. EnferNanda – Ituu (Perú)

En Arequipa nace este proyecto de Fernanda Huamán que echa mano de los loops como materia prima. Guitarra, pedales y juguetes dan vida a su intuición.

10. Gamma March – Tauira (Paraguay)

Gamma March es el proyecto de Margie, quien parte de elementos del folk y los transforma en atmósferas espaciales.