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Cultură

Historias de situaciones violentas después de un polvo

Parece prácticamente inevitable coincidir con alguien con quien tuviste una noche de pasión, encuentros difíciles que resultan divertidos para los demás.

Foto por Mat Seppings vía

A los jóvenes de hoy se nos considera la generación de los rolletes, y supongo que en parte es verdad: tenemos la tecnología y las herramientas para organizar encuentros breves, algo que no ha estado al alcance de ninguna otra generación. Sin embargo, también somos los que menos sexo practicamos, lo que quizá se deba también al hecho de que cada vez es menos frecuente que pasemos mucho tiempo con la misma persona.

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Quizá esa sea la razón por la que parece prácticamente inevitable coincidir con alguien con quien tuviste una noche de pasión. El mundo es un pañuelo y la suma de destino más geografía es igual a encuentros. Encuentros difíciles que resultan divertidos para los demás.

Hablamos con unos cuantos amigos y compañeros para que nos contaran sus encuentros fortuitos con exrollos de una noche.

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Charlotte, 21 años, dependienta

¿Has tenido algún encuentro raro con algún polvete?

Una noche me llevé a casa a un tío y al día siguiente tuve una cita con otro en una cafetería. Resultó que el camarero era el tío con el que había estado la noche anterior.

No. ¿Cómo resolviste la situación?

Ah, bueno, ninguno de los dos dijimos nada. Decidimos tácitamente hacer como si nada.

¿Era muy obvio que estabas en una cita?

Uy, sí. El tío lo pagó todo. Lo conocí por Tinder, así que la cita tenía todos los ingredientes típicos de estos encuentros.

¿Volviste a ver al tipo?

Volví a quedar con el segundo de ellos, pero no hubo nada más. El primero me mandó un mensaje diciéndome lo violento que había sido todo, y al final acabamos siendo buenos amigos. Ahora nos reímos de aquel día.

Kate*, 21 años, directora de marketing

¿Has tenido algún encuentro embarazoso con un rollo de una noche?

Todavía estaba superando una ruptura muy tormentosa cuando me lié con un tío. Era la segunda persona con la que me acostaba en mi vida. Fue en el festival Northern Bass, poco después de Año Nuevo. Coincidimos varias semanas después y me fui a su casa con él y sus amigos. Esta vez no pasó nada. No hubo química y me fui a casa a la mañana siguiente.

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Qué romántico.

Sí, mucho. Esa misma noche me añadieron al chat de grupo en el que estaban él y sus colegas, y cuando revisé las conversaciones anteriores, vi que me habían estado poniendo verde.

Entonces, ¿te incluyeron por accidente?

Creo que estaban de broma, pero uno de ellos la llevó demasiado lejos y decidió añadirme. Fue una mierda. Hay capturas de pantalla. Tomó una captura de pantalla de cuando lo seguí en Instagram y se la envió a sus amigos diciendo: "Vaya puta pesadilla".

Menudo follón.

Luego me escribió por Facebook para disculparse conmigo y me dijo que realmente le parecía muy maja. Un capullo, vamos.

Jasmine*, 21 años, estudiante de diseño

Háblame de algún tío con el que te hayas acostado una vez y no hayas vuelto a ver nunca más.

Esto me pasó con un tío de mi ciudad al que conocía de vista pero con quien nunca había hablado y me parecía supermono. Los dos nos mudamos a Wellington (Nueva Zelanda) y una noche coincidí con él en una licorería y luego en la discoteca. Al final me lo llevé a casa. Pasamos una noche de pasión, pero descubrió un condón en mi cama de la noche anterior… ¡Ups! Más tarde me enteré de que me había transmitido la clamidia.

¿Cuándo volviste a coincidir con él?

Lo vi un mes después. Iba patinando, me saludó con la mano y pasó de largo.

¿No hablasteis? ¿Solo un saludo?

Pues sí.

¿Sabe que te pasó la clamidia?

No, nunca me atreví a decírselo.

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Codee, 25 años, creativo publicitario

Cuéntame que pasó.

En el mundillo gay siempre coincides con los tíos con los que te has acostado. No es tan violento porque aquí todos follan con todos. Una vez me tiré a un tipo y por la mañana, cuando me arrimé a él para abrazarlo, vi que estaba llorando.

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¿Te despertaste y te lo encontraste llorando?

¡Sí! Intenté reconfortarlo, pero me apartaba. Estuvo como 15 minutos sin decir nada. Fue la experiencia más rara que he tenido en mi vida. Al final me dijo, casi gritando, que estaba comprometido.

¡Joder! ¿Qué pasó luego?

Le pregunté si quería que le llamara un taxi y me respondió: "No, vivo en la costa norte y no tengo dinero". Llamó a su prometido para que viniera a recogerle. Cuando llegó, llamó a la puerta de mi casa y cuando apareció el otro, le dijo: "Súbete al puto coche". Y se marcharon.

¿Qué hiciste tú?

Es que no paraba de llorar y no sabía qué hacer. Luego supe que se había mudado a Melbourne y que había roto con su prometido. Me bloqueó en Facebook.

¡Eres un destrozahogares!

Ya lo sé.

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James*, 21 años, becario de marketing

¿Cuál es tu historia más rara en lo que respecta a volver a coincidir con polvos de una noche?

Una vez estaba en una fiesta, con un pedal del quince. Había conocido a una chica y subimos a una colina para hablar y reírnos. Al final nos enrollamos. Todo fue muy bien y, mientras bajábamos de vuelta, estuvimos hablando de a quién conocíamos en la fiesta. Yo le dije, "Ah, pues yo conozco a Levi", y ella me dijo, "Anda, ¡pero si es mi prima!", a lo que contesté (sin pensar demasiado en lo que decía): "¡También es mi prima! Entonces me miró y los dos caímos en la cuenta en ese momento.

Entonces, ¿Levin era prima de los dos?

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¡Sí! Ella era de la otra parte de la familia. Estoy casi seguro de que ya la había visto antes en alguna reunión familiar hace muchos años.

¿Has vuelto a verla?

Nos fuimos cada uno por su lado y no volvimos a dirigirnos la palabra. Volvimos a coincidir en otra fiesta, pero nos ignoramos mutuamente. Fue una mezcla de experiencias buenas y traumáticas.

Qué fuerte.

Moraleja de la historia: no te líes con tu prima.

Sigue a Beatrice Hazlehurst en Twitter.

*Se han cambiado los nombres.

Traducción por Mario Abad.