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Cultură

Las mujeres dominan el mundo de la taxidermia alternativa

Cuando la taxidermia se popularizó durante la época victoriana, la actividad era cosa de hombres. Sin embargo, durante la última década ha aumentado el número de mujeres que se dedican a este arte, gracias a la taxidermia alternativa.

Divya Anantharaman en la Feria de Taxidermia Alternativa. Foto por la autora.

Cuando la taxidermia se popularizó durante la época victoriana, la actividad era cosa de hombres que cazaban animales, les quitaban la piel y la carne y luego los embalsamaban. Algunos taxidermistas reconocidos son John Hancock (no el revolucionario estadunidense), Charles Waterton, Carl Akeley, William Hornaday y John James Audubon. Casi no había ninguna mujer taxidermista famosa; la única era Martha Ann Maxwell, a quien se conoce como la primera naturalista de campo.

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Si entras en una tienda de taxidermia hoy en día, lo más probable sea que te atienda un señor mayor especializado en taxidermia cuya familia se ha dedicado al negocio durante generaciones. Sin embargo, la taxidermia ya no es exclusiva de los hombres. Durante la última década ha incrementado el número de mujeres que se dedican a este arte, gracias al auge de la taxidermia alternativa.

El término rogue taxidermy (taxidermia alternativa) fue acuñado en 2004 por artistas como Sarina Brewer y Scott Bibus, cofundadores de la Asociación de Taxidermistas Alternativos de Minnesota (MART, por sus siglas en inglés), la única organización oficial de este tipo. "La taxidermia alternativa es un tipo de escultura pop surrealista en la que se utilizan materiales tradicionales y de taxidermia de una forma poco convencional", dijo Robert Marbury, el tercer cofundador de MART. "Tratamos de ser lo más éticos posible. Reutilizamos y aprovechamos todo lo que se pueda del animal para no desperdiciar nada. Así ayudamos a la conservación del planeta y también a nuestros bolsillos". En vez de concentrarse únicamente en la mímesis de los especímenes, los taxidermistas alternativos crean obras abstractas que expresan una visión más visceral que los clásicos trofeos reales que se exhiben en pabellones de caza o en los montajes de los museos de historia natural. (Algunos prefieren que se les considere artistas que trabajan con materiales de taxidermia y no como taxidermistas). Los artistas utilizan materiales obtenidos de forma ética -es decir, no cazan- y el género ha ido adoptado una estética creativa de autor. Utilizan técnicas que aprenden por su cuenta o en clases de taxidermia que se imparten en lugares como Brooklyn, Londres, Los Ángeles y Baltimore. La taxidermia alternativa es accesible para todos los públicos y, curiosamente, el sector está dominado por las mujeres.

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"La taxidermia alternativa está muy orientada hacia las mujeres", dijo Marbury. "En las clases, el porcentaje tiende a ser 80/20. Para su nuevo libro, Taxidermy Art: A Rogue's Guide to the Work, the Culture, and How to Do It Yourself  (Arte con taxidermia: Una guía alternativa sobre las obras y la cultura de la taxidermia y sobre cómo hacerlo uno mismo), Marbury habló con muchos artistas internacionales que trabajan en el sector de la taxidermia. Me reuní con Marbury en la fiesta de celebración de la publicación de su libro, que coincidía con la Feria de Taxidermia Alternativa de Brooklyn. La mayoría de los taxidermistas que vendían sus piezas hechas a mano en la feria eran mujeres, incluyendo a Divya Anantharaman, quien había participado anteriormente en un documental de VICE llamado Taxidermy Babe.

Amber Maykut, una artista de taxidermia autodidacta que vendía su obra en la feria, me dijo que había convertido una de las habitaciones de su piso de Williamsburg en un "estudio de taxidermia". De sus tiempos como profesora de taxidermia en la Biblioteca de Anatomía Patológica (ahora reconvertida en museo), Amber recuerda que tenía "veinte estudiantes en su clase y solo uno era hombre". Las profesoras actuales del museo, Katie Innamorato y Anantharaman (quienes también participaron en la feria), aseguran que en sus clases ocurre lo mismo. Innamorato afirma que cada año entran más mujeres a su taller y Anantharaman dice que normalmente la proporción de mujeres en su clase es de entre el "95 y el 99 porciento".

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La taxidermia académica, no obstante, continúa siendo principalmente masculino. Pregunté a Richard Antomauro, dueño desde hace 48 años de una tienda de taxidermia tradicional en Nueva Jersey, cuántos hombres taxidermistas conocía. "Cientos", respondió. ¿Y qué hay de las mujeres taxidermistas?

"Conozco a una chica en Filadelfia", dijo. "Que yo sepa, es la única".

Es difícil determinar por qué la taxidermia alternativa atrae a más mujeres que a hombres, aunque las artistas tienen sus teorías. "Probablemente es porque no tienen que cazar animales y porque es una actividad que requiere habilidad con las manos", dijo Maykut. "No es una actividad varonil, más bien tiene que ver con manualidades".

Otros atribuyen la desproporción de sexos a las tendencias conductuales propias del género: "Todos los hombres dicen que las mujeres somos más detallistas", dijo Innamorato. "Para esta profesión se necesita mucha paciencia y las mujeres suelen tener mucha más paciencia que los hombres".

Brewer, el cofundador de MART, argumenta que la razón yace en que la evolución humana se rige por modelos establecidos basados en nuestra composición biológica. "La naturaleza programó a las mujeres con el instinto de la crianza y a los hombres con el instinto de matar", dijo. "Creo que por eso hay tantas mujeres en el ámbito de la taxidermia alternativa y tantos hombres en el mundo deportivo".

Sin embargo, a pesar de que el trabajo de algunas mujeres que se dedican a la taxidermia ha recibido elogios por parte del público, su gran contribución artística aún no ha obtenido el respeto que merece. Según Marbury, las mujeres que muestran sus obras de taxidermia por internet reciben "respuestas sexistas" y en cambio, "los hombres, no".

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"Ni siquiera a Scott [Bibus], que hace cosas sangrientas y que parecen zombis, le faltan tanto al respeto como a algunas de las mujeres", dijo Marbury.

'El pequeño mono ayudante de mamá', por Sarina Brewer.

Sin embargo, el estigma que tienen las mujeres no existe en el negocio real de la taxidermia, a pesar de lo competitivo que es. Muchas taxidermistas alternativas que han acudido a hombres taxidermistas para aprender de sus habilidades han dicho que sus experiencias han sido positivas".

"Creo que les parece muy interesante", dijo Anantharaman. "A la mayoría de los taxidermistas tradicionales les encanta la taxidermia alternativa porque la ven como la nueva generación de artistas que interpretan esta vieja forma de arte de una manera distinta".

A continuación os presento a algunas mujeres que se dedican a la taxidermia alternativa. En el libro Taxidermy Art, de Marbury, podéis ver más de la obra de estas mujeres.

Lisa Black, 32 años, Brisbane, Australia

VICE: ¿Podrías hablarme de tu trabajo?

Lisa Black: Es un reflejo de nuestra innegable evolución tecnológica. Ver animales con accesorios mecánicos integrados cuidadosamente nos motiva a replantearnos nuestra definición de "naturaleza". Al crear belleza con esta supuesta paradoja, mi objetivo es provocar una reflexión sobre el concepto de un mundo dividido entre lo "sacrosanto" de la naturaleza y lo "vulgar" de la industria.

¿Cuál es tu pieza favorita?

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Creé un cocodrilo mecánico hace unos años y le instalé en el cuerpo el mecanismo de un reloj antiguo. Podías darle cuerda y ver cómo giraban los engranajes, haciendo que pareciera que estaba vivo. Al parecer, a mucha gente le recordaba al cocodrilo de Peter Pan.

¿Cómo es dedicarse a la taxidermia siendo mujer?

He recibido muchos comentarios negativos y sexistas a lo largo de los años, aunque eran más frecuentes cuando estaba empezando. Al principio, recuerdo que alguien me envió una foto editada con Photoshop de mi cabeza en un cuerpo mecánico de bebé. Las partes mecánicas eran de mis esculturas. Me lo enviaron con la intención de ofenderme, pero estaba tan mal editado y era tan ridículo que me hizo reír.

Foto por Adam Murphy, de Deep Grey Photography

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Sarina Brewer, Minneapolis, Minnesota, EUA

¿Podrías hablarme de tu trabajo?

Sarina Brewer: El folclore, la mitología y las anomalías de la naturaleza influyen mucho en la creación de mis esculturas de taxidermia. Incluso la criptozoología y los mitos urbanos influyen en mis obras. Como los animales son reciclados, suelen venir con alguna clase de imperfección. A menudo las pieles no se pueden usar completas porque están dañadas por algún lado, por eso acabo utilizando retales distintos que me han sobrado. De esta forma me obligo a inventar toda clase combinaciones de animales que se me ocurren -esas son mis piezas favoritas-. Los materiales que utilizo son restos de ganado, animales que mueren accidentalmente durante el comercio de mascotas, animales que murieron por causas naturales, animales peligrosos donados y animales que murieron atropellados.

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¿Cuál es tu pieza favorita?

Creo que es El pequeño mono ayudante de mamá [arriba]: es una pieza irónica y autobiográfica que consiste en un mono alado ataviado con un fez y cuidando un martini. El título es un juego de palabras, una combinación de la canción "El ayudante de mamá" de los Rolling Stones (que se refiere a que mamá necesita algo para relajarse) y los animales de servicio llamados "monos ayudantes". Estos animales están entrenados para cuidar a personas tetrapléjicas. Muchos me preguntan si tiene algo que ver con El mago de oz… Pero no, simplemente me gustan mucho los monos y el vodka.

¿Cómo es dedicarse a la taxidermia siendo mujer?

Es verdad que los hombres que se dedican a esta actividad no reciben la misma crítica sobre su trabajo que la que recibimos las mujeres. Se espera que las mujeres se dediquen a la crianza. Una mujer que hace algo "irrespetuoso" al cadáver de un pobre e inocente animal no se ajusta a las expectativas sociales y la gente (en general otras mujeres) se escandaliza. Podría hacer un libro con todos los correos ofensivos que me han llegado durante todos estos años. Mi favorito fue uno que decía: "Te voy a colgar de un gancho de carnicero, maldita perra". Una vez alguien me amenazó con atropellarme a mí y a toda mi familia con su Harley.

Pero ahora en serio, las pioneras como yo, que llevamos muchos años en esto, nos hemos llevado la peor parte con estas amenazas, pero hemos allanado el camino a las mujeres jóvenes que acaban de entrar a este campo. En la actualidad, ya no es tan malo como antes y ese cambio es cada vez más notorio. Estoy a punto de batir un récord mundial: llevo casi un año sin recibir ni una amenaza por correo.

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Katie Innamorato, 24 años, Nueva Jersey, EUA

¿Podrías hablarme de tu trabajo?

Katie Innamorato: Mi obra se centra mucho en la conexión cíclica entre la vida y la muerte, entre el crecimiento y la descomposición. Hace años que me siento fascinada por la descomposición. También busco el concepto del recuerdo y formas diferentes de hacer un homenaje a los animales muertos. Mi obra actual está más centrada en los cuentos de hadas, en comparación con mis obras anteriores.

¿Cuál es tu pieza favorita?

Mi pieza favorita es también la más famosa: El zorro de musgo. Me vienen muchas ideas a la cabeza, pero esa pieza parece activado algún resorte creativo. Visualicé a un zorro muerto al que salía musgo y liquen del cuerpo. Todo el mundo dice que sus ojos les llaman poderosamente la atención, que se quedan grabados en la mente.

¿Cómo es dedicarse a la taxidermia siendo mujer?

Sólo me han atacado una vez y fue cuando estaba haciendo la tesis para la universidad. A un vigilante de la facultad le molestaba que hiciera esta clase de cosas allí y un día me arrinconó en mi estudio y me sermoneó diciéndome que no le parecía correcto lo que estaba haciendo. Después llamó al departamento de conservación ambiental y al de salud y seguridad, quienes le aclararon que lo que yo hacía era legal y seguro. Lo denuncié por acoso, al igual que hicieron otros estudiantes que oyeron todo el alboroto por casualidad. Aparte de ese idiota, he tenido mucha suerte.

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'El zorro de musgo' por Katie Innamorato.

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Kate Clark, Brooklyn, Nueva York

¿Podrías hablarme de tu trabajo?

Kate Clark: Hago esculturas conceptuales, fusiono rostros humanos y cuerpos animales de una manera realista. Utilizo la taxidermia como medio para iniciar una conversación, pero en lugar de presentar la "jerarquía" del ser humano por encima del animal, como lo hace la taxidermia tradicional, el espectador ve un equilibrio entre el ser humano y el animal. Esta visión provoca una reacción primitiva y obliga al espectador a replantearse esta relación.

¿Cuál es tu pieza favorita?

Una de mis piezas favoritas es un oso negro que hice para un exposición individual en una galería de Nueva York. Mi hermana fue la modelo. Tenía una fecha límite para terminar la pieza. El oso estaba sobre un pedestal alto y miraba hacia abajo. Cuando le puse el último alfiler y la miré terminada, fue un momento mágico -la impresión de que estaba viva era mucho más fuerte que la de todas mis otras piezas-. Ni siquiera estaba segura de haberla hecho yo. Esa pieza fue decisiva para ganar confianza y plantearme metas como artista. Incluso se vendió antes de la inauguración. La compró una importante colección de Suiza.

¿Cómo es dedicarse a la taxidermia siendo mujer?

La verdad, soy una mujer que trabaja en el campo del arte contemporáneo: museos, galerías y coleccionistas. Este campo está completamente dominado por hombres. Cuando presento mi obra en un museo o en una galería, a menudo escucho a los espectadores refiriéndose al artista como "él" incluso a pesar de que mi nombre está escrito en la pared. Pero me gusta el elemento sorpresa cuando me reúno por primera vez con un coleccionista. Es una faceta adicional de esa "reflexión" que forma parte de mi obra.

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Kate Clark, 'Oso negro', del libro 'Taxidermy Art', de Robert Marbury (editorial Artisan Books). Copyright © 2014. Foto cortesía de la artista.

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Foto por Jared Joslin.

Jessica Joslin, 43 años, Chicago, Illinois

¿Podrías hablarme de tu trabajo?

Jessica Joslin: Hago especies híbridas. Combino cráneos y huesos con esculturas de metal.

¿Cuál es tu pieza favorita?

Soy superfan de David Lynch. Hace unos años, me invitaron a participar en una exposición de arte para celebrar el vigésimo aniversario de Twin Peaks. En esa exposición había a un grupo extraordinario de artistas, entre ellos estaba David Lynch. Hice un búho cornudo maravilloso llamado Cooper para esa exposición. Tenía unas enormes alas de plata con plumas de latón y una amenazadoras garras de metal fundido. En la cabeza tiene un casco de filigrana plateada que recrea la forma peculiar que tienen los mechones de orejas del búho. Por eso se llama búho cornudo. Su mirada es penetrante. Parece como si estuviera lanzándose en picada para atrapar a su presa. Si eres el espectador, la presa eres tú.

¿Cómo es dedicarse a la taxidermia siendo mujer?

Creo que he tenido mucha suerte. De vez en cuando me molestan pero, en general, todas mis interacciones han sido positivas. Estoy muy agradecida por eso.

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Foto por la autora.

Amber Maykut, 33 años, Brooklyn, Nueva York

¿Podrías hablarme de tu trabajo?

Amber Maykut: Hago taxidermia antropomórfica, en especial con ratones y mariposas. Reutilizo piezas vintage, animales que murieron atropellados, restos de ganado, animales peligrosos, animales que se usan como alimento, animales que murieron accidentalmente durante el comercio de mascotas y donaciones.

¿Cuál es tu pieza favorita?

Hice una pieza de taxidermia antropomórfica de un hurón usando un uniforme militar, con botas, boina y una colección de armas. El animal era una mascota que murió y me lo donaron. No sé por qué, pero me obsesiona esta pieza, al igual que a muchas otras personas. Creo que tiene algo especial. Se ganó un lugar especial en mi corazón.

¿Cómo es dedicarse a la taxidermia siendo mujer?

Han calificado a mi obra como bonita, adorable y extravagante. También la han tachado de enfermiza, inmoral y pésima. Con frecuencia, la gente asume que yo he matado a los animales. Me parece que de ahí se origina la reacción negativa de la gente. Siempre trato de tomar las malas críticas de la mejor manera posible. Recibir atención y críticas que no pedimos es parte de ser mujer. Creo que una gran parte de mi desarrollo personal en el transcurso de los años se debe que aprendí a ser valiente y hacer lo que se me antoje porque de todas formas me van a criticar. Si hago lo que quiero, al menos hago feliz a una persona: a mí.

Foto por Del Almeida.