FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Acabo de perder la virginidad con 30 años

Berto Kips tiene 30 años y justo hace una semana que ha perdido la virginidad. Él mismo nos explica su experiencia y sus sensaciones en contraste con lo que se esperaba.
Fotografía vía usuario de Flickr Harry Wood/CC BY-SA 2.0

Mi nombre es Berto pero si lo prefieres puedes llamarme por mi apodo, Kips. Me es indiferente. Tengo 30 años, soy de Albacete y sí, la semana pasada perdí la virginidad.

Vivo solo. He estado viviendo en residencias universitarias mixtas y he compartido piso con una chica, es decir, no es que sea un freak que viva enganchado a Forocoches (que también)… pero soy de aquel tipo de freaks simpáticos que están acostumbrados a conocer gente a menudo. No me considero tímido para haber llegado a esta edad virgen, pero siendo realista tampoco he sido demasiado lanzado con las chicas.

Publicidad

Nunca tuve pareja estable ni ligo frecuentemente. Siendo sinceros, tampoco me reservaba hasta el matrimonio ni esperaba encontrar a alguien especial ni nada de eso. Es solo que nunca antes me había surgido la oportunidad de perder mi virginidad. Puede que a ti no te haya pasado y ahora te estés cachondeando de mí, pero hay más como yo de los que parece.

Mis amigos sabían lo de mi virginidad y de hecho en uno de nuestros grupos de WhatsApp empezó un pique sano con otro chico que estaba en la misma condición. Gané yo y lo hice antes que él. Soy algunos años mayor que el muchacho, así que tiene tiempo para pillarme todavía.

Un condón caducado de la cartera de Berto. Imagen cortesía de Berto

Durante todos estos años me ha llegado a desesperar el hecho de no interesar a nadie, más en el terreno afectivo que en el sexual. Ves que tus compañeros y amigos se van echando novia, viviendo juntos o casándose y que tú no avanzas. Esto te hace tratar de buscar otras alternativas poco recomendables como páginas donde conocer gente, que en mi opinión frustran más que animan.

He usado frecuentemente ese tipo de apps/webs y he intercambiado números e incluso conocido a bastante gente, pero en mi opinión son amistades artificiales. Hablas un par de días, tomas un café, vas perdiendo el contacto y en 15 días ya ni te acuerdas.

Diría que el principal problema de esas apps es que no están para nada proporcionadas: hay una gran cantidad de chicos y muchas menos chicas. Alguna vez he visto (con permiso) algún perfil de una chica en RRSS ¡y es un locura! Probablemente sea culpa nuestra, no sé.

Publicidad

No me considero tan feo para que nadie se hubiera fijado en mí (risas). Siempre se ha dicho que hay un roto para un descosido. En ese aspecto supongo que habrá sido cosa mía, quizá por no fijarme en la persona adecuada, quizás por timidez, por lo que sea.

Me considero un hombre con suerte: soy un poco (solo un poco) más viejo que la media de españoles que pierden la virginidad a los 19,5 años. De hecho no sé si sabéis que España lidera en Europa el mapa de países donde más tarde se pierde la virginidad.

La semana pasada, durante la feria de Albacete, conocí a una chica y lo hice por primera vez. Yo estaba en la puerta de los baños sujetándole el bolso a una amiga cuando vino ella con un pequeño grupo.

Todo empezó con una conversación entre ellas en plan coña diciendo que me quedaba bien el bolso y si les podía sujetar también el suyo. Antes de irse me dijo que apuntase su número y estuvimos hablando un par de días antes de quedar.

Tenía entendido que la primera vez suele ser un desastre, por lo que preferí decirle que era virgen. Nunca es sencillo decir una cosa como esta… pero lo hice cuando encontré el momento: justo antes de hacerlo.

Hay gente que opina que el sexo está sobrevalorado, pero para mí esa no sería la palabra exacta. Como intercambio de afecto, muestra de amor o simplemente por placer está bien. Pero no cambiaría mi forma de ser por mantener más relaciones sexuales ni mi vida giraría en torno al sexo. Aun así tengo que reconocer que como lo que es está bien.

Publicidad

Realmente esperaba que fuese mejor, al menos en sensaciones. La primera vez contaba con que no fuera el mejor de los polvos, sabía que había factores como los nervios o muchas cosas que sentiría por primera vez que no ayudarían.

Lo esperaba distinto: tenía que estar pendiente de muchas cosas como controlar o ver que estuviera cómoda, lo último que tenía en la cabeza era en disfrutar el momento. Ni siquiera fue reconfortante.

Estuvimos hablando un par de días hasta quedar la primera vez. Al día siguiente repetimos y hace unos días le pregunté que qué tal estaba. Aún estoy esperando respuesta. Sé que empezaba el curso en otra ciudad, pero me temo que está aplicando la táctica del contacto cero.

A la vista de que ella ya ni me contesta no espero para nada que esto derive en ninguna relación. No os voy a negar que los primeros días, con el interés, el tonteo, flirteo y mimos sí que te inducen a pensar que el tema puede ir más allá e incluso que esa persona se puede convertir en alguien especial. Supongo que si paso otros 30 años sin sexo eso ganará importancia y ya me preocuparé más por el tema.

La verdad es que me siento un poco utilizado. No porque me hayan "robado" la virginidad, sino en lo relativo a lo emocional. Creía que le interesaba algo más y antes de dejar de responderme me dijo que me echaba de menos. De un día para otro me ignoró. Yo soy el primero que soy frío cuando alguien no me interesa, pero tampoco dejo una conversación a medias con nadie.

Publicidad

Tras haberlo probado me cuesta más entender a la gente que recurre al sexo de pago por ejemplo. Antes de perder mi virginidad pensé alguna vez en recurrir al sexo de pago (que no lo hice, pero a lo largo de los años lo he llegado a pensar).

Quizás en mi mente lo veía como algo simple: pagar, recibir placer y adiós. Ahora lo veo como algo mucho más complejo. Creo que la magia del sexo es que surja con la persona adecuada, en un ambiente de confianza, donde te sientas cómodo, y no tanto en meterla porque sí con la primera persona que te encuentres. Y aún menos lo veo como una transacción económica.

A ver, no es que esté en contra de un "aquí te pillo, aquí te mato". Puedo ver bien el hecho que un día suelto tengas el día ligón, estés desinhibido, salgas de una ruptura y como algo esporádico tengas sexo con una persona, dos o las que sean.

Lo que veo fatal es si se trata de tener relaciones mediante engaños, en condiciones que no sean de igualdad, mientras tu pareja está durmiendo en casa o como forma de vida.

Opino que lo que puedes ganar reforzando tu autoestima lo pierdes con posibles quebraderos de cabeza, por no hablar de las enfermedades de trasmisión sexual o los posibles fallos de los anticonceptivos.

Me gustaría haber tenido varias experiencias sexuales antes de embarcarme en la relación definitiva, precisamente para ser monógamo y fiel con ella.

No creo que el físico sea determinante para follar. Vas andando por la calle y ves parejas de todo tipo. No veo a más personas obesas, bajitas o con calvicie solteras que con pareja.

Creo sinceramente que también puedes resultarle interesante a una chica "más guapa" y que te rechace una que no lo es. Tampoco quiere decir que crea en los milagros, pero con una buena labia y una fuerte personalidad se puede gustar a personas similares.

Ahora, después de haberlo hecho, me siento exactamente igual que antes de hacerlo, pero sin la presión de sentirte un bicho raro.

Esta experiencia me ha enseñado a restarle importancia al sexo. Nunca he estado obsesionado ni soy consumidor de porno, pero últimamente siento que me hubiera servido cualquier chica para probarlo. Ahora que sé lo que es le doy la importancia justa y solo lo haría con alguien que me gustase de verdad.

Echando la vista tras lo único que hice mal fue mitificarlo o esperar más del sexo. Para mí ahora mismo es algo completamente secundario que tiene que surgir sin buscarlo.