Un chamán peruano de la ayahuasca nos habla sobre los turistas estúpidos

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Un chamán peruano de la ayahuasca nos habla sobre los turistas estúpidos

Hablamos de los siete años que pasó deambulando por la selva antes de convertirse en un chamán, los peligros de los farsantes y de cómo el auge del turismo de la ayahuasca ha repercutido en su ciudad natal.

Aquí está Víctor en su clínica chamánica. Todas las fotos del autor

Este artículo se publicó originalmente en VICE Reino Unido.

A estas alturas, casi todos hemos oído hablar de la ayahuasca. Se dice que esta planta medicinal alucinógena utilizada por las comunidades indígenas en Centroamérica es un potente sanador y/o una hierba que hace que alucines y vomites mucho. Ahora que miles de extranjeros se han enterado, la antigua tradición se ha convertido un poco en una industria informal llena de oportunistas.

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Tienes que ser capaz de ponerte en contacto con las plantas. Es algo que tienes que aprender por ti mismo

Mientras estaba en Perú, conocí a Víctor Cauper Gonzáles, un chamán de 55 años proveniente de Pucallpa, reconocido localmente por su tratamiento de enfermedades complicadas. Tiene una ética de trabajo impecable y no te atiende a menos que realmente tengas un problema de salud. Hablamos de los siete años que pasó deambulando por la selva antes de convertirse en un chamán, los peligros de los farsantes y de cómo el auge del turismo de la ayahuasca ha repercutido en su ciudad natal.

VICE: Hola, Víctor, ¿me puedes decir cómo te metiste en el chamanismo?
Víctor Cauper Gonzáles: Decidí convertirme en chamán hace 36 años, cuando estaba en la universidad estudiando para ser maestro de una escuela primaria. Vengo de una familia con una tradición muy fuerte de chamanismo: mi abuelo era un chamán reconocido y me enseñó muchas cosas. Ingería la ayahuasca y viajaba a diferentes lugares y planetas, y compartía conmigo sus percepciones de esos lugares.

¿Así que seguiste los pasos de tu abuelo?
A pesar de mi crianza, inicialmente elegí un camino educativo y fui a la universidad, pero no estaba muy contento con eso y sabía que mi vocación era continuar nuestra tradición familiar, así que dejé la facultad y me fui a la selva por mi cuenta, donde viví solo durante siete años. No tenía dinero, ni nada de nada; sobreviví en la selva como nuestros antepasados, comiendo plantas y pescando. Después de siete años, sabía que estaba listo para convertirme en chamán y curar a los demás.

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Una dieta de ayahuasca dicta que no puedes consumir azúcar, sal o alcohol, y no puedes practicar sexo, por lo que me dediqué por completo a seguir la antigua sabiduría transmitida por mis antepasados

¿Hubo alguien que te adiestrara?
No. Tener un buen maestro que te guíe es importante, pero ser un chamán también requiere intuición y paciencia. Tienes que ser capaz de ponerte en contacto con las plantas. Es algo que tienes que aprender por ti mismo, llega gradualmente, pero si no lo tienes dentro de ti, un maestro no puede ayudarte.

¿Cómo fue tu primera experiencia con la ayahuasca?
Seguí una dieta muy estricta durante mi estancia en la selva, conocí todas las plantas medicinales y sobreviví por mi cuenta. Una dieta de ayahuasca dicta que no puedes consumir azúcar, sal o alcohol, y no puedes practicar sexo, por lo que me dediqué por completo a seguir la antigua sabiduría transmitida por mis antepasados. Pero esos siete años fueron mi proceso de preparación —no tomé nada de ayahuasca en ese periodo—.

Cuando por fin me sentí listo para tomarla, la larga espera valió la pena: fue increíble. Al haber pasado tanto tiempo preparando mi cuerpo y mente, fui capaz de viajar inmediatamente a diferentes tiempos y dimensiones durante esa primera experiencia con ayahuasca. Me conecté con el espíritu de mi abuelo y también hablé con el espíritu de las plantas. Desde entonces, la ayahuasca ha sido una parte muy importante de mi vida.

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Si no estás preparado, si no sigues la dieta y no sabes lo que haces, no puedes beneficiarte de tomarla

En la actualidad hay un montón de extranjeros que vienen a Perú para tomarse unas "vacaciones de ayahuasca", y a veces la consumen sin ningún tipo de preparación. ¿Qué opinas al respecto?
Es muy peligroso. Hay viajeros serios que entienden los beneficios de esta medicina, pero también hay una gran cantidad de extranjeros que ven la ayahuasca como una forma interesante de emborracharse o drogarse. Pero si no estás preparado, si no sigues la dieta y no sabes lo que haces, no puedes beneficiarte de tomarla. Así que muchas personas también acaban por tener malas experiencias.

Existe un malentendido muy común entre mucha gente: la ayahuasca no es una droga —es un medicamento muy fuerte que debe ingerirse con responsabilidad y que puede solucionar o aliviar muchas enfermedades. Pero ojo, tampoco es una solución rápida: tiene que ser un proceso lento, gradual y deliberado. La mayoría de las personas que he tratado, tomaron ayahuasca decenas de veces durante un período de tiempo para sanar, pero muchos no tienen la paciencia para eso. Quieren irse de vacaciones y curarse, pero la paciencia es la esencia misma de la ayahuasca.

Hay empresas que comercializan esto y que contaminan por completo la cultura de la ayahuasca

¿Qué diferencias notas entre la época en la que empezaste a practicar el chamanismo y ahora?
Ahora es un negocio: los occidentales se han dado cuenta de que hay dinero de por medio. Muchos centros de retiro son administrados por occidentales, de una manera similar a la minería ilegal. Llegan, roban nuestra antigua sabiduría y la venden para obtener ganancias.

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Cuando empecé, la ayahuasca consistía en curar a las personas, diagnosticar la enfermedad y ayudar a la gente a mejorar. Pero ahora hay empresas que comercializan esto y que contaminan por completo la cultura de la ayahuasca.

Lo que es peor, hay programas de formación de chamanes. Las personas vienen, se inscriben en un curso, asisten a algunos talleres, tal vez obtienen un certificado y se hacen llamar chamanes. Luego van y tratan a las personas, lo cual es extremadamente peligroso, ya que no puedes convertirte en un chamán en dos semanas. ¿Te imaginas a un médico que opere a una persona sin ningún conocimiento ni equipo adecuado?

Ya veo. ¿Qué te motiva a seguir adelante, a pesar de estos cambios?
Es muy gratificante curar a la gente. A veces tengo pacientes que han perdido toda esperanza y la medicina moderna no puede ayudarlos más, así que acuden a mí. He ayudado a personas con cáncer, sida, diabetes, tumores, problemas de estómago, lo que sea. La mayoría mantiene el contacto conmigo y me cuenta cómo progresa, sus familias me llaman para darme las gracias… Es una sensación increíble.

¿Qué tipo de gente acude a ti para tratarse?
Solía tener solo pacientes de la zona, pero los extranjeros han comenzado a visitarme también durante los últimos tres años. No tengo un sitio web ni nada, así que no tengo idea de cómo me encuentran estas personas, desde China hasta la República Checa; será porque corren la voz.

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La ayahuasca no te dará diez años de madurez, tienes que experimentar y aprender ciertas cosas en la vida por ti mismo

¿Existe alguna persona a la que negarías tratamiento?
Solamente trato a personas con enfermedades físicas graves, no a quienes vienen a buscar aventura. Puedo distinguirlos fácilmente y cuando consulto mis plantas, me dicen quién necesita ayahuasca y quién no.

Por ejemplo, a ti no te atendería. Los espíritus de las plantas me dicen que no tienes ningún problema con tu cuerpo, solo estás un poco confundido y posees algunos problemas emocionales, pero nada grave. No necesitas ayahuasca.

Ja, bueno, ¿qué persona de veintitantos años no está confundida y no tiene problemas emocionales?
Exactamente, no puedes obligar a una flor a florecer: lo hará, pero a su debido tiempo. La ayahuasca no te dará diez años de madurez, tienes que experimentar y aprender ciertas cosas en la vida por ti mismo.

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