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Drogas

El uso de psicodélicos podría disminuir el riesgo de suicidios

Eso es lo que reporta un estudio que se realizó con la ayuda de algunas trabajadoras sexuales.

Con base en la asistencia y diversidad de presentaciones en la conferencia de Psychedelic Science de la semana pasada, organizada por la Asociación Multidisciplinaria de Estudios Psicodélicos (MAPS, por sus siglas en inglés) no es exagerado decir que estamos en medio de un renacimiento psicodélico. Por primera vez en casi cincuenta años, los psicodélicos desde el MDMA hasta la ayahuasca se están considerando como tratamientos legítimos para alguien que padece enfermedades mentales como TEPT y depresión, al igual que para la ansiedad en pacientes con cáncer terminal.

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Según un nuevo estudio presentado en la conferencia MAPS por Elena Argento, investigadora en el BC Center for Excellence in HIV/AIDS, los psicodélicos podrían jugar un papel importante en la disminución del riesgo de suicidios en una de las comunidades más vulnerables, como las trabajadoras sexuales.

Después de tomar ayahuasca, una mezcla psicodélica indígena de Sudamérica, Argento se dio cuenta de que podría haber un uso terapéutico potencial en los psicodélicos y decidió seguirlo como parte de su trabajo para mejorar la salud de las poblaciones marginadas.

Su investigación más reciente se basa en los datos de un estudio longitudinal de cuatro años que se llevo a cabo por medio de una evaluación de acceso a la salud de las trabajadoras sexuales (AESHA, nombre de la evaluación en inglés), una iniciativa de género y salud sexual en Columbia Británica. De 2010 a 2014, la evaluación AESHA se realizó semestralmente por medio de entrevistas a casi 800 mujeres trabajadoras sexuales en Vancouver. El cuestionario incluía preguntas sobre su consumo de drogas en el pasado y el presente, así como sobre si tuvieron o no experiencias de suicidio en los últimos seis meses.


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Con el fin de establecer una métrica base de la forma en que los psicodélicos afectan casos nuevos de suicidio, Argento tuvo que excluir a cualquier trabajadora sexual que informó haber tenido pensamientos suicidas o intentos de suicidio en el momento de la entrevista inicial. Al principio, casi la mitad de las participantes reportó intento de suicidio y no las incluyeron en el estudio. De las otras 290 mujeres, 11 por ciento reportó intentos de suicidio durante los próximos cuatro años.

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Sin embargo, Argento encontró que el uso psicodélicos de por vida (es decir, si las trabajadoras sexuales habían tomado un psicodélico en algún momento de su vida o no) se asoció con un 60 por ciento menos riesgo de suicidio. Al mismo tiempo, el uso de la metanfetamina y el abuso infantil siguen siendo indicadores de suicidio en las mujeres.

Aunque el estudio de Argento es sólo de observación (es decir, que se llevó a cabo sin un control sobre las variables, a diferencia de un experimento de laboratorio), es un primer paso importante para investigar el potencial terapéutico de las sustancias psicodélicas.

Por ejemplo, el MDMA, pasará a la tercera etapa de un ensayo aprobado por la FDA para su uso en pacientes que sufren de TEPT. La Asociación Multidisciplinaria de Ciencias Psicodélicas ha sido pionera en este trabajo durante años, y su trabajo clínico más reciente de MDMA ha tenido resultados increíbles en el tratamiento terapéutico del TEPT en veteranos.


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Además, los psiquiatras de la John Hopkins, que para muchos es considerada como la principal institución médica en Estados Unidos, están en el epicentro de la investigación de la psilocibina usada para tratar la depresión y la ansiedad en pacientes con enfermedades terminales. Estos investigadores esperan comenzar este año con las pruebas de fase 3 de la psilocibina, la penúltima fase de investigación antes de que la FDA considere la aprobación de la droga para su uso general.

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En comparación con el MDMA y la psilocibina las pruebas con LSD o plantas medicinales como el peyote y la ayahuasca para posibles tratamientos médicos están muy lejos de aclararse.
A pesar de que existen numerosos estudios que han demostrado la eficacia del LSD en el tratamiento de la depresión y la ansiedad, las investigaciones para saber su potencial terapéutico ha progresado a un ritmo mucho más lento gracias a la guerra contra las drogas. En cuanto a las plantas medicinales, la falta relativa de investigación y datos sobre sus efectos hace que las perspectivas de cualquier tipo de ensayo clínico para uso terapéutico todavía sean muy remotas.

En el futuro, espera obtener más datos importantes para comenzar a construir un caso para explorar el uso de psicodélicos en un entorno clínico como un medio para reducir el riesgo de suicidio en las comunidades vulnerables. Si el MDMA y la psilocibina resultan eficaces en los próximos ensayos de fase 3, estos psicodélicos podrían estar disponibles para las trabajadoras sexuales dentro de diez años.


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"Por ejemplo, no analizamos el LSD o la psilocibina por sí solas, aunque eso es algo que podríamos ver en el futuro", me dijo Argento en la conferencia de MAPS. "Hay planes en el BC Center for Excellence para empezar a hacer algunas pruebas con psicodélicos y seguro algunas de las trabajadoras sexuales de AESHA tendrán la oportunidad de inscribirse a estas pruebas de usar psicodélicos para varios problemas de salud mental".