Yo no soy como tú: La raíz del odio puma hacia el americanismo
Twitter PumasMx

FYI.

This story is over 5 years old.

clásico capitalino

Yo no soy como tú: La raíz del odio puma hacia el americanismo

La insistencia por desmarcarse de la identidad del rival odiado, a pesar de la proximidad, llevan el Clásico Capitalino fuera del campo.

La Ciudad de México hace a este clásico. Dos de las aficiones más grandes del país tienen origen en sus canchas: recintos emblemáticos ubicados en el sur de la ciudad, con el Estadio Azteca y el Estadio Olímpico Universitario. Este clásico nace desde la urgencia por desmarcarse de la identidad del rival odiado, Pumas de la UNAM o el América de Televisa. Es decir, desde la necesidad de definir cómo se expresa su pertenencia a la capital, compartida cotidianamente entre casi 9 millones de habitantes.

Publicidad

El domingo, la Ciudad Universitaria será sede de otra edición del clásico capitalino, que se jugó por primera vez el 1 de junio de 1962 en el mismo sitio y con una derrota de bienvenida para los Pumas que recién ascendían. La rivalidad hoy cuenta más empates que victorias, pues en 141 partidos las Águilas han ganado 51 y Pumas, 36. América tiene doce títulos de liga, cinco más que su rival. Quienes han vivido esta rivalidad reconocen que son las emociones y las posturas, las que hacen a este partido uno de los más atractivos de la competencia. Los jugadores se contagian de la rivalidad desde sus primeros años en las fuerzas básicas, ahí la competencia también envuelve emociones. Envuelve dos filosofías opuestas de formación y aspiración. En apariencia, un canterano de una u otra institución se forma en el contraste: uno representará la farándula, el otro la intelectualidad.

Si la identidad se reconoce a partir de la diferencia con el otro, Club Universidad ha sido vinculado con la juventud desde los años 60 debido a su proyecto de desarrollo de talentos enfocado en quienes apenas iniciaban en el futbol, compuesto por jugadores amateur de la Universidad Autónoma de México, la máxima casa de estudios del país. Su presente dista de aquel objetivo, pero la tradición permanece como bandera de lo que mueve a sus aficionados. Por su origen en la élite de las empresas de telecomunicaciones,Televisa, al América se le vincula con el poderío económico y con el triunfo del capitalismo en el juego. Antes de tener tanta competencia a su alrededor, era conocido como el "equipo de los ricos" y algunos aficionados de Pumas se dicen orgullosos por desmarcarse de las prácticas del condenado futbol moderno.

Publicidad

Roger Magazine, doctor en Antropología Social, se dedicó durante un tiempo a seguir al equipo universitario desde la tribuna, junto a los aficionados, para analizar y describir sus prácticas en el libro Azul y Oro como mi corazón. "La visión ideal de sociedad vinculada al cuarto equipo nacional, los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México, proviene de su filosofía de 'puros jóvenes', la cual se refiere al hecho de que alinea solamente jugadores jóvenes (…) La mayoría de los aficionados de los Pumas se autoidentifican como jóvenes y explican que los atrae el equipo por la perspectiva de la vida y del futbol, que comparten con los jugadores. De acuerdo con estos aficionados, la importancia de ser jóvenes es que, ya que ellos y los jugadores no han sido influenciados por la corrupción y el clientelismo o embotados por la objetividad científica o la racionalidad democrática, están más cerca de algo inherente y básicamente humano: el sentimiento".

La pasión puma con la torre de rectoría de la UNAM como fondo. Flickr / Iván Hernández

¿Qué hace a alguien ser de Pumas? La imagen, la reputación y el estilo de vida asociado a la Universidad Nacional juega un papel crucial, aunque a decir de algunos aficionados americanistas, la idea llega a pervertirse. "Muchos siguen a Pumas porque es de la UNAM. Algunos hasta cambian de equipo cuando entran a la universidad", explica Roberto, un aficionado americanista. "Pero si no van ahí, es porque sienten que de alguna manera pueden ser parte de lo que significa ser estudiante de ahí. Presumen mucho conocimiento, superioridad frente a la ignorancia y muchos ni siquiera creo que hayan terminado la prepa. Cada quién, ¿no? Luego sumaron afición con el bicampeonato, se volvieron populares, pero en la Ciudad somos más (los americanistas)".

Publicidad

Cada quince días, el himno universitario se escucha en su campo. Es un protocolo que ningún otro equipo imita. Los jugadores se alinean y alzan el puño, como lo hace la comunidad estudiantil. La afición ––que no siempre es la comunidad estudiantil–– se une a ellos para, al final, cantar orgullosos: "¡Goya! ¡Goya! Cachún cachún, ra ra, cachún cachún, ra ra, ¡Goya!, ¡Universidad!". Ese es, quizás, el vínculo más cercano entre la institución y los aficionados, porque en la formación de la plantilla cada vez se ausenta más la tradición del jugador universitario, aquel que solía formarse al mismo tiempo en las canchas de la cantera y en las aulas de la institución.

Sin embargo, Jorge, seguidor de Pumas por herencia familiar y por su proximidad infantil con el estadio, considera que el estereotipo del aficionado intelectual y revolucionario ha dejado de corresponder a la realidad. "Primero habría que ver qué porcentaje de la afición es realmente perteneciente a la UNAM. Aunque sí es grande, en general debe ser poco. Creo que ya es bastante antiguo considerar que se caracteriza por ser intelectual y por representar los ideales de la Universidad. Puede que hace 20 años el estudiante de la UNAM sí tenía una afición muy marcada por el equipo y hoy creo que ese vínculo, aunque esta directiva lo ha tratado de recuperar, se ha ido perdiendo. Hay quienes consideran que (el futbol) no aporta nada a la universidad o (lo califica con) esos términos que consideran que el futbol es pan y circo".

Publicidad

Jorge cree que la relación de los seguidores con el equipo puede partir de la tradición de la cantera, la época de títulos constantes y especialmente del 2004, el año del bicampeonato. "El aficionado se identifica mucho con Verón, con Beltrán, con Bernal. Actualmente es más por tradición, porque el equipo no ha ganado mucho ni ha sido protagonista en la liga". El último título que ganó Pumas fue el Clausura 2011.

¿Que si el clásico capitalino es el juego más esperado? Los de Pumas dicen que sí, pero hay diferencias en cómo lo viven los barristas. "Creo que para un barrista su máxima aspiración en un partido es encontrarse con uno del América y pelearse, con todo lo que implica una pelea de barras entre rivales directos", asegura Jorge. "Como aficionado común tienes un odio especial con el América y creo que eso es lo que ha hecho que este clásico haya tomado importancia en los últimos años más del lado de Pumas que del de América".

El odio de un aficionado puma a uno del América tiene un origen, según Luis, aficionado de Pumas y egresado de la UNAM.

"Viene de las finales que ganaron entre los 80 y los 90, pero bueno, no muchos de los aficionados actuales vivieron eso", explica Luis. "El desprecio también surge por lo que representan como club, los millones (de pesos), lo que ha sido Televisa como influencia cultural para los mexicanos, el descaro de los errores arbitrales, sus jugadores polémicos como Cuauhtémoc Blanco, la propia campaña publicitarioa para ganarse el desprecio, además del circo que arman los medios también provoca que sea una bronca de aficiones. Ahora, súmale cómo nos han echado en las liguillas, como en la semifinal del 2002 en C.U., cuando ellos fueron campeones. Eso ha calado".

Publicidad

De tres finales que disputaron ambos conjuntos entre el 85 y el 91 solo la última resultó en título para Pumas.

La final que Pumas le ganó al América en la 90-91

"Creo que es un Clásico, pero en provincia no tiene ni la mitad del impacto que genera en la capital", finaliza Jorge, quien considera que este partido despierta más emociones que el América contra Cruz Azul.

Las violencia entre las barras es recurrente y buscan justificarla con la defensa del territorio, los colores y el orgullo. El nivel de riesgo requiere operativos especiales con miles de elementos policiacos y de logística. En 2015, ambos equipos organizaron una conferencia de prensa con los jugadores para defender al futbol como espectáculo familiar y los líderes de las respectivas barras acudieron a una reunión con las autoridades de la Ciudad de México para pactar la paz; pero integrantes que esperaban en el Zócalo capitalino protagonizaron una riña que terminó con heridos y detenidos. Las peleas siguen ocurriendo en cada edición sin importar la sede.

Entre las declaraciones de la semana, Agustín Marchesín, nuevo portero del América, comentó que sabe, por sus compañeros, de la importancia y el riesgo que representa el enfrentamiento: "Sé que iremos en camionetas blindadas porque es un partido muy pasional. Pero todos vamos muy ilusionados".

El clásico capitalino acaparó los tópicos deportivos, los jugadores fueron llamados a la presión con cuestionamientos sobre la importancia del partido, la violencia recurrente motivó las peticiones de tolerancia y respeto al juego que será vigilado por cinco mil 162 policías.

Los boletos están agotados. Pero lo que parece nunca agotarse es la necesidad de hacerle saber al mundo que yo no soy como tú. No solo me define lo que soy, sino también lo que no quiero ser. La formación de uno se gesta viendo al otro de reojo.