El plan maestro de Bob Arum detrás de la velada Pacquiao-Vargas

No es secreto alguno que la supuesta pelea del retiro definitivo de Manny Pacquiao ante Timothy Bradley, llevada a cabo el 9 de abril en el MGM de Las Vegas, no vendió como se esperaba. Días después de la tercera entrega entre el estadounidense y el filipino, Bob Arum calificó de "terrible" las cifras del pago por evento. "No fue uno de nuestros grandes éxitos. Suele pasar, pero somos adultos. ¿Me siento bien por ello? No", declaró el mandamás de Top Rank.

Para el siguiente compromiso de su peleador estrella, Arum buscará evitar el mismo error y generar más expectativa que, al final del día, se traduzca en más PPVs vendidos. Para ello, aplicó un plan en la periferia, por así decirlo, de la velada estelar que protagonizarán el ahora senador Manny Pacquiao y el campeón wélter de la OMB, Jessie Vargas, es decir, la cartelera que engalanará el cuadrilátero del Thomas and Mack Center.

El problema es el rival que el "Pac-Man" tendrá en frente la noche del 5 de noviembre. A pesar de que Vargas posee sólo una derrota en su historial —precisamente ante el último contrincante del filipino, Timothy Bradley— y es el actual campeón de las 147 de uno de los organismos más codiciados en el boxeo profesional, el estadounidense de herencia mexicana no cuenta con las credenciales suficientes para atraer una gran cantidad de televidentes. Es más, antes de vencer a Antonio DeMarco, Vargas era casi una sombra en una división plagada de estrellas.

Por ello, el experimentado hombre de negocios, Bob Arum, ideó armar una cartelera de lujo para convencer a los aficionados de que esta vez sí vale la pena comprar su producto. La última vez que Pacquiao se subió a un cuadrilátero, la cartelera que lo acompañó fue incluso mejor que la principal, ya que Gilberto "Zurdo" Ramírez se coronó como el primer mexicano en conseguir un campeonato mundial en la categoría de los supermedianos, y Óscar Valdez deleitó al público dictando cátedra sobre "El ruso mexicano" Evgeny Gradovich.

Pero aún así, las cifras calculadas entre las 400 y 500 mil ventas de pago por evento se quedaron muy cortas para un pleito que requirió, mínimo, 24 millones de dólares para su realización —20 millones para Pacquiao y cuatro para Bradley—. A nadie le gusta perder dinero, y por eso Arum puso manos a la obra y juntó, en una misma noche, a tres peleadores de gran convocatoria como Nonito "The Filipino Flash" Donaire, Óscar Valdez, y a jóvenes talento del pugilismo como la sensación china, Zou Shimming, y el estadounidense Jessie Magdaleno.

Donaire defenderá su cetro supergallo de la OMB ante Magdaleno, un rival de muchísimo cuidado, quien posee 17 nocauts en 23 peleas como invicto. "The Filipino Flash" podría llevarse una sorpresa por la velocidad y el poder de puños del estadounidense, tal y como le sucedió ante el jamaiquino Nicholas Walters. Donaire busca regresar a la cima de su división, luego de perder dos peleas de gran trascendencia contra Guillermo Rigondeaux y Nicholas Walters.

En el caso de Valdez, el sonorense hará su primera defensa de su campeonato pluma que le arrebató al argentino, Matías Rueda, hace poco más de dos meses. Su rival en turno es nada más y nada menos que el clasificado número uno y retador obligatorio, Hiroshige Osawa, de Japón —está de más decir que los boxeadores nipones siempre son una piedra en el zapato cuando se trata de defender un campeonato—.

Y por último, la sensación olímpica de China, Zou Shimming, enfrentará por segunda ocasión al tailandés, Kwanpichit Onesongchaigym, quien está enrrachado desde que perdió el invicto ante Zou.

El plan podría garantizarle el éxito en las ventas a Arum y compañía después de ver la calidad de boxeadores que se presentarán el primer sábado de noviembre. Si hay algo positivo que la fiebre del dinero está provocando en el boxeo profesional, al menos ante los ojos de Arum, es la "voluntad" de armar carteleras cada vez más atractivas para complementar las veladas principales.

Cuando el rendimiento físico de un peleador que tocó la cima ya no alcanza para emular el espectáculo de sus años dorados —hace unos días, Freddie Roach confesó haber visto a Pacquiao cansado en los entrenamientos— y su rival en turno carece del elemento mediático tan presente en el mundo deportivo de nuestros días, siempre estará presente la astucia que caracteriza la mente de todo empresario exitoso, para bien o para mal.