Anderson Silva habla sobre Michael Jackson, el Hombre Araña y su camino en MMA

Se anunciaba la entrada del brasileño, oscurecía el Nagoya Rainbow Hall en Japón, y en el recinto sonaba "Don't Stop 'Til You Get Enough" de Michael Jackson. Se escuchaba la alegría de los japoneses traducido a aplausos y gritos, y del pasillo salía un Anderson Silva de 27 años para hacer entrada a la tercera pelea de la noche. Era Pride 22, hace 15 años, en esa época de oro de las artes marciales mixtas.

Silva ya comenzaba a marcar su estilo y su nombre en el deporte fuera de Brasil. Esa noche enfrentaba al japonés Takashi Otsuka en su segunda aparición en Pride. Tres rounds y la decisión se la llevaba Silva. En su siguiente pelea, Silva dejaba al mundo boquiabierto cuando noqueaba a Carlos Newton con una rodilla voladora en el primer round.

Quince años después, estoy en una llamada con uno de mis ídolos del deporte, el mismo Anderson Silva que salía bailando en Japón, el mismo que obtuvo 16 victorias consecutivas en UFC, defendiendo el cinturón en diez ocasiones, manteniendo el campeonato durante casi siete años, y el mismo que es considerado por tantos como el mejor de todos los tiempos. Silva me platicaba sobre su siguiente pelea y de pronto se corta la llamada. Cuando nos reconectamos, lo primero que escucho es a Silva cantando el coro de "Love Never Felt So Good". Me río e inevitablemente le pregunto sobre Michael Jackson.

"Michael Jackson es una gran influencia y una gran referencia en mi vida y en mi juventud", cuenta Silva. "No hay manera de darle la vuelta a eso. Todo hombre negro tiene esa referencia en su vida. Michael Jackson, yo crecí escuchándolo, no había manera de que no me inspirara".

Anderson Silva ahora enfrentará a Derek Brunson en la pelea co-estelar de UFC 208 en Brooklyn, Nueva York. Tiene 41 años, tiene todo qué perder, de hecho ha perdido cuatro de sus últimas cinco peleas, y la quinta siendo el no contest ante Nick Diaz. Los últimos resultados, sin embargo, no parecen manchar demasiado la huella que ha dejado Silva en el deporte y en los peleadores que han encontrado inspiración en él. De igual manera, Silva no parece importarle mucho. Pelea porque quiere, sonríe y se sigue divirtiendo.

"Mientras mi cuerpo y mi mente me lo permita, voy a continuar peleando," aseguró Silva como lo ha hecho en la mayoría de sus entrevistas de los últimos años. "Es lo que realmente amo hacer. Mientras lo pueda disfrutar y mantener el compromiso con mi familia, seguiré peleando".

Sobre Derek Brunson, un peleador ocho años más joven que Silva, con siete victorias de sus últimas nueve peleas y en búsqueda de subir su perfil con una victoria sobre el legendario brasileño, mencionó: "No hay mucho que pueda decir sobre mi oponente. Estoy entrenando para ganar la pelea y para dar una buena pelea. Sé que hay un 50 por ciento de que él gane, y un 50 por ciento de que yo gane, pero yo sólo quiero salir y tener una buena pelea".

Yo sigo incrédulo de estar hablando con Silva, pero sobretodo de que estuviera cantando en el otro lado del teléfono. De Michael Jackson paso a preguntarle de otras figuras que él ha dicho tener como grandes influencias, el Hombre Araña y Bruce Lee.

"El Hombre Araña es un héroe común. Creo que él y yo tenemos historias similares. Él es un superhéroe, pero tiene cuentas que pagar como yo, y fue criado por un tío y una tía como yo. Creo que hay algunas similitudes entre el Hombre Araña y yo. Siempre he visto eso así que también me marcó.

"Bruce Lee es un gran modelo a seguir para mí. Él también es una gran referencia en mi vida, a lado de Muhammad Ali y Roy Jones Jr., mis tíos y mis maestros. Ésas son las personas que tengo que agradecer por estar en mi vida, y por ser un ejemplo para mí".

Sin duda es Silva quien ahora ha pasado ha ser esa figura de referencia para las generaciones actuales del MMA y para el deporte en sí. Verlo pelear a los 41 años tiene que ser una alegría, aunque también para muchos es complicado. Ser testigos de su caída ante Chris Weidman en dos ocasiones fue duro. Marcó el inicio del fin. Y ver a Silva entregar esos momentos gloriosos aunque por lapsos cortos como lo hizo ante Michael Bisping es la magia con la que queremos verlo despedirse de la pelea. Pero eso es lo que queremos nosotros, y eso no importa. Silva quiere pelear, quiere seguir haciendo lo que ama, y seguir disfrutando su camino. Nadie le podría negar eso.