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El saldo del paro arbitral: millones y credibilidad

Las pérdidas se cuentan desde diferentes ángulos: clubes, aficionados, televisoras y la imagen de la Liga Mx.
Ligabancomer.mx

Lo advirtieron, no les creyeron. La Asociación Mexicana de Árbitros decidió que no permitirían un agravio más y guardaron el uniforme. Consideraron que las agresiones sufridas por dos de sus compañeros eran motivo suficiente para detener la décima jornada de la Liga MX, con todo lo que implica: pérdidas millonarias, problemas de calendario y especialmente, pérdida de credibilidad de la Liga MX frente a nacionales y extranjeros, la noticia fue incluida en diarios americanos, sudamericanos y europeos.

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La decisión estuvo motivada por lo sucedido en dos partidos de Copa MX el miércoles pasado. Miguel Ángel Flores Rodríguez recibió un manotazo en el pecho por parte de Enrique Triverio, en medio de las reclamaciones del jugador de Toluca por la expulsión de dos de sus compañeros. Por el otro lado, en el incidente más grave, Fernando Hernández Gómez, recibió intento de cabezazo del defensa americanista Pablo Aguilar al término del partido. Los centrales apuntaron en la cédula lo que consideraron como agresiones y esperaron un castigo ejemplar; uno que fuera acorde con el reglamento de sanciones vigente, que para esta acción contempla "un año de suspensión en todas sus funciones y de 36 a 450 días de salario mínimo".

El análisis de los hechos por la Comisión de Arbitraje resultó en sanciones de ocho y diez partidos de suspensión, respectivamente, e hicieron el anuncio en conferencia una hora antes del primer partido de la jornada: Veracruz recibiendo al Puebla, en el Luis "Pirata" de la Fuente. El silbatazo inicial nunca ocurrió, el árbitro Luis Enrique Santander dio el primer paso acordado y abandonó el estadio junto a sus compañeros. Ese fin de semana, cada árbitro central dejó de cobrar 38 mil pesos y los asistentes 24 mil, de acuerdo con la información que reveló Edgardo Codesal, exdirector del Área Técnica de la Comisión de Arbitraje, al renunciar a su cargo en enero.

En 2014, un intento de paro por inconformidades dio origen a la Asociación Mexicana de Árbitros con el objetivo de "mejorar la calidad de vida de sus agremiados y sus familias, a través de la creación y desarrollo de mejores condiciones de trabajo dentro y fuera del terreno de juego, proporcionando servicios enfocados a satisfacer necesidades de seguridad social, pertenencia, autoestima y autorrealización", según información de su sitio oficial, y tres años después cuentan con 568 árbitros asociados y distribuidos en la República. El viernes, su presidente, Roberto García Orozco, el director ejecutivo, Paul Delgadillo, el gerente, José Luis Camargo y sus colegas detuvieron el balón para exigir respeto.

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Ante la incertidumbre y el ruido mediático, se extendió el temor de que el desacuerdo entre la Federación Mexicana de Futbol y la Liga MX permaneciera por varias jornadas. Los aficionados empezaron a cambiar los planes, los grupos de animación cancelaron los viajes. Los clubes, que ya se habían trasladado al lugar donde se celebraria su respectivo partido, lo sufrieron. El gasto estaba hecho: Puebla, listo para jugar en Veracruz; Xolos, instalado en Querétaro y Chivas dispuesto en Monterrey.

Miguel Herrera se quejó del desgaste físico por el traslado largo de Tijuana hasta Querétaro para no tener actividad y defendió al seguidor: "Los más perjudicados son los aficionados. Ellos compran su boleto de avión, pagan su hotel, sus comidas y resulta que no hay futbol porque a estos tipos se les ocurrió". Así fue, a distintas plazas llegaron aficionados con playera puesta y boleto en mano. Se retiraron desconcertados al encontrarse con las puertas cerradas y las malas noticias. A Nuevo León arribaron seguidores de Guadalajara y Estados Unidos para atestiguar el Tigres contra Chivas. Como consuelo solo se llevaron la foto del recuerdo en la explanada del Estadio Universitario, que los recibió con las puertas cerradas.

Los boletos, por ejemplo, para el partido programado para el domingo entre Toluca y Cruz Azul, se agotaron desde las primeras horas del viernes con precios de 300 y 350 pesos. Tras la reprogramación del partido, el club ha anunciado el reembolso para quienes no puedan asistir en la nueva fecha que la Liga MX proporcionará cuando se solucione el ajuste del calendario que convenga a los clubes que se complica por las competencias alternas. La posibilidad más obvia parece la fecha FIFA, dispuesta del 20 al 28 de marzo, es decir, entre semana; con el riesgo que implica por las bajas de los seleccionados nacionales y también las pérdidas económicas.

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El porcentaje de asistencia entre semana es más bajo que el registrado en los estadios mexicanos los fines de semana. El consumo, a decir de los vendedores de cerveza, también se modifica por los horarios. Los viajes de los grupos de animación disminuyen; lo comentan aficionados del Necaxa, algunos no podrán viajar desde Aguascalientes para ver a su equipo jugar con el América si el partido es reprogramado en días laborales. Todos pierden: clubes, aficionados, televisoras, patrocinadores, vendedores dentro de los estadios, personal de seguridad y quienes viven del ambulantaje en los alrededores.

Las televisoras abiertas y privadas modificaron su programación. En algunos, las películas suplieron al futbol y en otro transmitieron la previa sin partido. Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, manifestó su molestia en Twitter, pero en nombre del aficionado.

Mal por los jugadores que agreden; mal por los árbitros que amedrentan. La afición depositó su confianza en ambos, y hoy la traicionan.

— Ricardo B Salinas P (@RicardoBSalinas)12 de marzo de 2017

Jugadores y árbitros, tienen un papel claro (y muy bien retribuido) en el futbol. No pueden secuestrar a la afición mexicana. ¡Inaceptable!

— Ricardo B Salinas P (@RicardoBSalinas)12 de marzo de 2017

24 millones de fans del futbol mexicano, se jodieron por el arbitrario paro de árbitros. ¡Lo que nos faltaba después del Trumpazo!

— Ricardo B Salinas P (@RicardoBSalinas)13 de marzo de 2017

El enojo de los dueños se supone por las pérdidas económicas. Decio de María expresó su incomodidad, pero como aficionado al juego: "me dolió que yo, que soy uno de los millones de gentes que les gusta ver el futbol el fin de semana, no lo pude ver. Una cuantificación económica no la tengo, pero es cuantiosa. Creo que siguiendo los cauces institucionales no debíamos de haber llegado a parar el futbol, sino hacer el seguimiento de los cauces institucionales". Aunque negó posibles represalias que podrían reflejarse en una reducción de los partidos asignados a los involucrados, el exsilbante Marco Antonio Rodríguez advierte que los árbitros deberán comprometerse mucho más con su trabajo y ser valientes en la aplicación del reglamento porque las miradas estarán sobre ellos. Por lo pronto, el primero en desistir aquel viernes, Luis Enrique Santander, pitará el León vs Toluca de la siguiente jornada.