Una noche marcada con 25 años: La NBA regresó a México con un Suns vs Mavs
Fotografías por Desde 1989

FYI.

This story is over 5 years old.

25 años de nba en méxico

Una noche marcada con 25 años: La NBA regresó a México con un Suns vs Mavs

Los Suns eran la casa y los Mavs la visita; pero el público ni celebraron el local ni el visitante. Celebraban el basquetbol en su máxima expresión, y lo 25 años de la NBA en México.

La cultura de la NBA se vive de manera distinta en México. Aquí no hay equipo oficial ni tenemos partidos semana tras semana. La NBA en México se vuelve una celebración por sí misma. En la Arena Ciudad de México apareció el mágico número 25 que ha rodeado el regreso de la NBA al país. El 25 no es el de un jugador importante, aunque podríamos decir que sí, sino los años que cumple la NBA trayendo partidos a México. Ahora con dos partidos oficiales a casi la mitad de la temporada, los Suns de Phoenix se volvieron la casa, y sobre una jersey púrpura detallada con tintes anaranjados y blancos, se leía por encima de todo "Los Suns".

Publicidad

Entre los aficionados aparecen jerseys que señalan sus equipos favoritos, desde los jóvenes que apoyan a Lebron James y los campeones actuales, los Cavs de Cleveland, hasta los nostálgicos que presumen su culto a Jordan y los Bulls. Y sí, sin duda aparecieron los mexicanos que apoyan a los Suns, que ahora recibía a los Mavericks de Dallas. Eran la visita, pero naturalmente, desde el arranque el público mexicano se inclinaba para los de Dallas. Y es que no hace mucho tiempo el mexicano Eduardo Nájera establecía ese juego de rebote y defensa con los Mavs que atrajo a todo mexicano hacia el equipo. Por si fuera poco, los Mavs siguen luciendo al querido Dirk Nowitzki entre sus filas mientras se acerca el final de su carrera. Y fue el histórico alemán quien se llevó los mayores gritos en la presentación de los cuadros titulares.

Pero aquí se celebraba la NBA, el basquetbol y espectáculo que es. Para muchos es un sueño lograr ver en vivo a estas figuras de dos metros, unos más, otros menos, deslizarse por la cancha con gracia, detenerse en el aire para luchar por el balón y enredándose unos con los otros en movimientos y estrategias que se desarrollan en menos de los 24 segundos.

En la segunda canasta de los Mavericks, Deron Williams avienta un balón al aire que atrapa Harrison Barnes en mero salto para clavarla. Apenas transcurrían escasos segundos del partido y se llevaba a cabo una de las jugadas más llamativas del basquetbol, el alley-oop. La gente se volvía loca. Los Suns sacan el balón y llega a las manos de Devin Booker, éste lanza un tiro de tres puntos, acierta. La gente se vuelve loca.

Publicidad

Los Suns eran la casa y los Mavericks la visita; pero ni celebran el local ni el visitante. Celebraban el basquetbol en su máxima expresión, aplaudían los aciertos, disfrutaban el crossover, el amague, y la arena suspiraba fuertemente el "uh" o el "ah" cada vez que no entraba lo que pudo haber sido una gran jugada.

Dentro de la cancha era un partido tan serio como cualquier otro. Estamos a casi la mitad de la temporada de la NBA y tanto los Suns como los Mavericks están urgidos de una racha victoriosa para darles nuevo respiro a su campaña. Los gritos de Rick Carlisle, el entrenador de Dallas, se escuchan hasta las gradas: "blockout Dirk!", exigiéndole el rebote al histórico alemán. Del otro lado estaba Earl Watson, el entrenador de los Suns, vistiendo un traje azul y con gritos más discretos.

Watson con orgullo presume su descendencia mexicana. Un día antes del partido, Watson decía, "¡qué maravillosa historia es ésta. Que el nieto de un inmigrante mexicano regrese a México como entrenador de los Suns para traer la NBA a este país nuevamente".

El marcador se mantenía parejo. Finalizaba el primer cuarto y presentaban a Gary Payton y Shawn Marion en el centro de la cancha para el gozo de la afición. El partido continuaba, Dirk Nowitzki y Tyson Chandler se daban batalla en la pintura mientras el perímetro la trabajaban el dúo de Devin Booker y Eric Bledsoe por parte de los Suns y Deron Williams y Wesley Matthews por parte de los Mavericks.

Publicidad

A mitad del segundo cuarto el partido era de ida y vuelta, empatado 41-41. Al final de la primera mitad los Mavericks conseguían la mínima ventaja de una canasta, 59-57 y el partido se iba volando.

En las gradas se colaba el querido "Gorilla" de los Suns haciendo travesuras entre el público que reaccionaba con sonrisas seguidas automáticamente por el selfie. Las bailarinas de los Suns metían ánimo y los dunkers jugaban con extendidos saltos con acrobacias que cerraban con clavadas.

La segunda mitad arranca con la misma energía, pero ahora es Chandler quien ejecuta el alley-oop después de un triple de Nowitzki. Los Mavericks toman mejor ritmo y se alejan de los Suns por siete puntos, de repente ocho, luego nueve, y de ahí los Suns no lograron recuperarse.

Los Mavericks no aflojaban y los Suns no encontraban respuesta. El reloj marcaba escasos segundos restantes cuando Booker recibía un balón y encestaba un tiro de tres puntos. La gente se emocionaba y todavía más cuando la defensa de los Suns obligaban la violación de los 24 segundos por parte de Dallas, regresándole el balón a los Suns. De nuevo es Booker quien resiste una apretada defensa para lanzar otro tres. De nuevo encesta. La gente estalla. De repente el público quiere ver a los Suns revertir el marcador. Se habían ganado a la afición, y ya sólo estaban a cuatro puntos.

Sin embargo, el tiempo no fue suficiente, Dallas anota y Booker sigue esforzándose, la gente lo reconoce y lo ovaciona con la última chicharra del partido. Aplauden y celebran el partido mismo, la victoria de Dallas, la carrera de Nowitzki, las batallas sobre la cancha, y la fiesta de tener la NBA nuevamente en México. 25 años. Aplausos.

Publicidad