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El Maestro Zen del Maestro Zen: de cómo el inseparable gurú de Phil Jackson ayuda a los New York Knicks

George Mumford, un psicólogo deportivo que ha trabajado con Jordan y Bryant, está intentando fortalecer las mentes de los jugadores de los New York Knicks para que alcancen el éxito.
Photo by The Star-Ledger-USA TODAY Sports

Kobe Bryant conoció a George Mumford en 1999 y le resultó sospechoso desde el principio. Mumford era un psicólogo del deporte, un experto que había trabajado con Phil Jackson en los Bulls de Chicago: Bryant no podía creer que un entrenador de la NBA utilizara el preciado tiempo de entrenamiento para sentar a sus jugadores en el suelo —en la oscuridad, nada menos— y meditar.

Sin embargo, unos meses después de ese primer encuentro, Jackson asumió el cargo de entrenador de los Lakers de Los Angeles… y adoptó las sesiones de meditación de Mumford.

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Hoy en día, Bryant, de 36 años, considera a Mumford una de las figuras más influyentes en su vida, alguien que le ha ayudado a aprender cómo lidiar con la intensa y absorbente presión de la competición de élite.

"Ahora, Kobe medita todos los días", dice Mumford.

¿Puede Mumford ayudar a los Knicks de Nueva York? Buena pregunta. Jackson arrancará su segunda temporada como presidente de una franquicia que pasa por momentos difíciles desde hace décadas: Phil, que fue elegido para terminar con un interminable período de mediocridad y caos, se ha llevado a Mumford a Nueva York como parte de su campaña para reconstruir el equipo y la franquicia.

Oficialmente, Mumford es "el consultor personal y de desarrollo organizacional" de los Knicks. Desde esa posición, el psicólogo aconseja a los jugadores de forma individual y conduce sesiones de meditación en equipo. Su trabajo es tan importante como para asegurar su presencia en Las Vegas, donde actualmente trabaja con la plantilla neoyorkina de la liga de verano.

La meta del trabajo de Mumford, como lo explicó Jackson, es "ejercitar el músculo de la mente" para que los jugadores puedan "deshacerse de la presión emocional y mental no saludable y jugar a un alto nivel".

"Básicamente, Mumford está ahí para relajar tu mente y cuerpo, para ayudarte a resolver el estrés", asegura Bill Wennington, antiguo pívot de los Bulls. "George trata de poner tu vida en la pista, y tu vida en general, en un estado de relax y paz para que puedas competir. No quiere que estés estresado por nada".

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"Mumford llega e intenta enseñar a los jugadores una forma de relajarse y recuperar su concentración con un par de inhalaciones", añade Wennington. "El objetivo es que el jugador salga y diga, 'Ok, estoy aquí, he hecho esto antes millones de veces, lo hemos hecho en los entrenamientos, y solo tengo que salir y jugar'. Si te lo tomas en serio, verás que funciona".

A Kobe Bryant le gusta tirar y meditar… no necesariamente por este orden. Foto de Derick E. Hingle, USA Today.

No sorprende, sin embargo, que las enseñanzas sobre la mente de Mumford hayan sido objeto de sátira desde hace mucho por los críticos por la aproximación 'Zen' de Jackson… a pesar de que Phil acumula nada menos que 11 anillos entre los Bulls y los Lakers.

Si la meditación de jugadores ya levantó cejas durante las temporadas más gloriosas de Jackson, es muy probable que inspire aún más dudas —y burlas— después de que los Knicks solo lograran ganar 17 partidos durante el primer año de Jackson al frente de la franquicia.

Para evitar las mofas, Jackson y su equipo relegaron a Mumford a un perfil bajo con los medios en Nueva York. Jackson también ha decidido prescindir temporalmente de su tradicional apodo, 'Maestro Zen', al considerar que mediáticamente le equipara a una especie de religioso. Jackson está seguro de sus creencias, pero desde luego no es ningún sacerdote.

A ello se le une un detalle: Jackson siempre ha dicho que las sesiones de Mumford son un secreto competitivo y casi siempre rechaza discutirlas con detalle.

Por su parte, Mumford ha detallado algunas de sus experiencias y creencias adquiridas tras años trabajo con jugadores como Michael Jordan, Shaquille O'Neal, el propio Bryant y otros atletas de otros deportes como fútbol y esgrima en su libro The Mindful Athlete (cuyo prólogo lo ha escrito el mismo Phil Jackson). A Mumford, sin embargo, le preocupa que se diga que se aprovecha de su situación privilegiada para ganar dinero con su libro; es por ello que lo lanzó a través de Parallax Press, una pequeña editorial sin ánimo de lucro enfocada, en su mayoría, a temas relacionados con el budismo.

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Es fácil comprender, sin embargo, por qué Jackson se ha llevado a Mumford a los Knicks. Mediante una mezcla de meditación, zen, tai chi, yoga y sentido común, las sesiones de Mumford ayudan a los atletas a reducir la ansiedad y el estrés competitivo que pueden coartar su rendimiento.

Fuera de los deportes, los defensores de la meditación (entre los que se encuentran personajes tan diversos como el Dalai Lama o los Marines del ejército estadounidense) han demostrado que su práctica regular puede aliviar la depresión, potenciar la memoria y el sistema inmune, encoger la parte del cerebro que controla el miedo y hacer crecer las áreas del cerebro responsables de la memoria y la regulación emocional, entre otras muchas ventajas.

Por razones religiosas, algunos jugadores como el ex alero de los Lakers A.C. Green han respondido de forma poco entusiasta a las sesiones de Mumford, pero muchos otros pupilos de Jackson han alabado la influencia de su inseparable gurú. Cuando Jordan habló de "jugar en el momento" mientras rendía a un nivel espectacular para llevar a los Bulls a los campeonatos de 1997 y 1998, estaba repitiendo uno de los principios fundamentales de Mumford.

Michael Jordan gritándole a un oponente en vez de a un compañero. Bueno, probablemente. Foto de Brian Spurlock, USA Today.

Hace poco más de 20 años que Mumford observó por primera vez la intensidad de un Jordan de 32 años en los entrenamientos de los Bulls. Previamente, Mumford había enseñado meditación a diferentes grupos, desde pacientes terminales en hospitales hasta reclusos que cumplían cadenas perpetuas. Fue la segunda esposa de Jackson, June, quien hizo que el entrenador se fijara en Mumford.

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Al conocer el gran apetito de Jordan y lo poco que dormía, Mumford se puso a trabajar con los Bulls e inmediatamente sospechó que la legendaria estrella era bipolar. "Era frenético, en todos lados tenía mucha energía", recuerda Mumford. "Pensé, que Michael no podría seguir a ese ritmo".

Mumford concluyó que Jordan estaba en la fase maníaca de algún desorden mental: la gente que sufre desórdenes bipolares suele pasar por períodos de actividad extrema seguidos de períodos de bajón. Durante semanas, el psicólogo observó a Mike de cerca para detectar señales de depresión justo después de sus momentos de máxima intensidad.

Finalmente, Mumford se dio cuenta de que todo iba bien: la animación hipercompetitiva era simplemente el estado mental normal de Jordan. Mumford tenía bastante experiencia con el talento de élite, ya que coincidido con Julius Erving en la Universidad de Massachusetts; Jordan, sin embargo, era claramente otro nivel. Michael sencillamente conseguía con regularidad los momentos de máximo rendimiento ('la zona') que otros atletas sufrían por alcanzar.

"Michael tenía que encontrar algo que lo motivara para llegar a ese estado", explica Mumford. "Como más momentos tengas en 'la zona', más va a querer tenerlos. La mayoría de la gente no lo puede soportar. Su habilidad para encontrar ese estado, su capacidad para concentrarse y su aptitud para mantenerse ahí era casi sobrehumana. Venía de otro lugar".

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El desafío de Mumford con los Bulls era ayudar al resto del equipo a construir la fortaleza mental necesaria para competir al lado del temido Jordan.

"Definitivamente logró marcar la diferencia con Michael", asegura Wennington. "Tienes que estar ahí en todo momento: no te puedes preocupar por lo que acaba de pasar, por la canasta que fallaste, por la falta que cometiste hace dos minutos, porque eso ya es pasado. Tienes que estar ahí en el momento".

"Es especialmente importante en los play-offs, porque es la ocasión del año donde más tienes que vivir el momento. No importa qué va a pasar en el tercer partido de la serie cuando aún tienes que jugar el primero", prosigue Wennington. "George intenta hacerte pensar solo en lo que sucede ahora mismo. Si puedes lograrlo, te quita mucha presión de encima, porque no estás preocupado por otras cosas".

Kristaps Porzingis busca relajarse. ¿Podría George Mumford ayudarle? Foto de Stephen R. Sylvanie, USA Today.

La liga de verano no es igual que las Finales de la NBA, pero para los jugadores de los Knicks —incluyendo a Porzingis y Grant— genera un tipo único de presión: los atletas están peleando por tener un lugar en la lista, para llamar la atención de 'scouters' en el extranjero, para dar un nuevo aire a carreras que se tambalean o para empezar a establecerse definitivamente en la NBA.

Mumford dice que trabajar con los jugadores de hoy es diferente que trabajar con los Bulls de Jordan o los Lakers de Bryant de principios de los 2000. Por una parte, los atletas 'millennials' son "más receptivos y poseen menor sentido de la individualidad" que sus predecesores; por otra, los avances tecnológicos significan que tienen que lidiar con una mayor carga de información —un peso que amenaza constantemente el estado de sus mentes.

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A pesar de las diferencias generacionales, la meta de Mumford en Nueva York es la misma que la que tuvo en Chicago o Los Angeles: fortalecer la mente de los atletas de Jackson para que puedan quitarse el estrés y ser exitosos.

¿La parte más difícil? A menudo, convencer a los jugadores. Cuando Jackson se mudó a California en 1999 para dirigir a Bryant y O'Neal, a los Lakers se los consideraba inmensamente talentosos pero débiles en el aspecto mental.

Al principio, Bryant le dejó bien claro a Jackson que ni quería ni necesitaba juegos mentales o tretas motivacionales, como año antes había hecho Jordan con el entrenamiento de Mumford.

"Solo entrénanos y ya está", le dijo Bryant a Jackson.

A Kobe, que en ese momento solo tenía 21 años, le gustaba mantener las cosas simples, estaba híper-motivado y no tenía necesidad de la psicología 'pop' de Jackson. Pero pronto se interesó en las sesiones de Mumford porque ofrecían entrenamiento mental específico para reducir el estrés de los play-offs. Para Shaquille O'Neal fueron especialmente importantes, dado que al jugador de Florida le preocupaba mucho demostrar que era digno de jugar en un equipo campeón.

En una suerte de reivindicación de su masculinidad, muchos jugadores de la NBA prefieren no aceptar que la presión siquiera existe. Jackson y Mumford, sin embargo, lograron que los Lakers no solo lo aceptaran, sino que también lidiaran con eso antes de que pudiera afectar negativamente su juego.

"Una vez [la presión del rendimiento] se cuela en tu equipo y tus compañeros, puede ser destructiva", asegura Bryant. "Algunas personas saben cómo manejarla y otras no. La presión te puede alcanzar y tienes que saber cómo resistir".

"Todo está en cómo te enfrentes a ella. Cuando la sientes es cuando tienes que hacerle frente", remacha Kobe.

Con el tiempo, Bryant se dio cuenta de que él y algunos de sus compañeros incluso disfrutaban al hablar con Mumford de los elementos mentales de la competición durante la sesiones individuales —un elemento de éxito que Jackson ha importado a los Knicks.

"Fue bueno porque le dio a la gente la oportunidad de hablar de cosas que estaban en su mente, como la conmoción y la presión", Bryant explicó. "Creo que es bueno que se hable de esas cosas. Nos ayudó mucho a incrementar nuestro rendimiento. Me extraña que otros equipos no hagan este tipo de cosas: trabajar con George nos ayuda a quitar problemas del camino incluso antes de que aparezcan", concluye.