Steve-O sigue fumando vellos púbicos y analizando pipí

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Steve-O sigue fumando vellos púbicos y analizando pipí

¿Qué haces con una botella con orina humana de hace 13 años? Un antidoping, naturalmente.

Fotos por Jake Lewis.

Steve-O acaba de echarme humo de vellos públicos en la cara. Metió un mechón de vello púbico recién cortado entre su dedo meñique y anular, pidió a su manager exasperado que lo prendiera e inhaló con fuerza del hueco en su puño. El olor acre de sus vellos chamuscados me provocó un dolor de cabeza inmediato.

El truco fue sugerencia de uno de los fans de Steve-O, pero en la versión del fan, lo que se fuma es mota. Pero como Steve-O ya dejó las drogas, tiene que conformarse con vellos. Me cedió el mando de su Snapchat y me pidió que lo grabara para darle a sus fans lo que piden. Unas horas más tarde va a presentar este mismo truco en Liverpool como parte de un show de comedia stand-up/truco de vellos con el que está de gira por Europa.

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Su show es una mezcla entre anécdotas y entretenimiento ligero. Las historias de huesos rotos y arrestos son como un acto de equilibrismo. También incluye un poco de desnudez moderada y un número que consiste en convertir a personas del público en tabla. Es un estilo de entretenimiento muy clásico que choca con la obsesión de Steve con mantener una fuerte presencia en las redes sociales.

"Hago de todo para tener más seguidores en mis redes sociales", explicó. "Creo que me preocupo más de lo que debería. Siento que los resultados son muy bajos para todo el esfuerzo que hago. Es difícil seguir este ritmo. ¿Qué se supone que debo hacer para mantener mi imagen?".

La imagen de Steve-O es, en teoría, muy fácil de entender. El verdadero nombre de Steve-O es Stephen Clover, una de las tres estrellas del megalito rompebolas conocido como Jackass, junto con el titiritero Johnny Knoxville y el niño problema Bam Margera. Steve-O siempre fue el más extremo, el más dispuesto a poner su vida en riesgo, a denigrarse, a cubrirse en caca, meados, vómito, etcétera. Pero la llama de su personalidad extrema se apaga cuando llega a casa.

Ahora, tras una larga y peligrosa relación con las drogas y el alcohol —temas que conforman las historias más divertidas de su show—, Steve-O está completamente sobrio, una realidad que podría resultar decepcionante para sus fans.

"Si las personas que todavía me consideran el más locochón de Jackass vieran lo que hago cuando estoy en mi casa, se decepcionarían", explicó. "Seguro pensarían '¡Guau, qué pinche aburrido!' [risas]. Pero está bien; llevo una doble vida y no tengo cómo negarlo. En mi vida personal soy mucho más responsable y consciente con mi salud. Hasta me han dicho que en persona soy mucho más agradable de lo que esperaban y eso me encabrona. No entiendo por qué gente asume que soy un culero o un pendejo. Me produce ansiedad. Tal vez debería hacer algo para tener una imagen más agradable".

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Me parece curioso porque, al ver las aventuras de Steve-O en pantalla, nunca me cruzó por la mente que era un culero. Al contrario, es cordial, es el arquetipo del amigo pacheco y su forma de reír es única. Su risa hace que su rostro delgado se contorsione hasta convertirse en una fusión de las máscaras dramáticas de la comedia y la tragedia: ojos tristes y una sonrisa de oreja a oreja. No obstante, la dualidad en él resulta bastante obvia porque, cuando no está carcajeándose o fumando sus propios vellos púbicos, es una persona pensativa que escoge cuidadosamente sus palabras. A decir verdad, es justo lo que esperarías de un hombre de 42 años. No obstante, a veces se nos olvida que él y los otros integrantes Jackass ya no son ningunos niños skaters porque se siguen comportando como tal. Es lógico que algunos de ellos extrañen los buenos tiempos pero Steve-O no comparte su punto de vista.

"Como yo lo veo, nunca antes había pasado algo así y nunca va a volver a pasar. Creo que estaríamos mal si al no protegerlo", dijo. "Pero al mismo tiempo, también está el hecho de que tentamos dramáticamente a la suerte. Ver a Knoxville parado frente a unos toros fue de las cosas más difíciles. Se me nota en las películas; simplemente no estaba de acuerdo. En lo personal, no tengo por qué rendirle cuentas a nadie por lo que hago con los tiburones, pero en todo caso es lo mismo. Después de haber llegado tan lejos, ver a Knoxville pararse frente a un toro y terminar en silla de ruedas sería horrible. ¡Pero ver una película de Jackass sin que Johnny se pare frente a un toro sería un puto fraude!".

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Además de no querer ver que sus amigos salgan heridos, que es quizá la clase de sensatez que llega con la madurez, Steve-O siente que una reunión podría derrumbar lo que tanto ha tardado en construir. "Casi me atrevo a decir que no quiero que haya otra película de Jackass porque he trabajado arduamente para agarrar mi propio impulso, para mantenerlo y para formar una trayectoria más allá de Jackass… Me gustaría seguir así", explicó. "Pero jamás podría rechazar algo que tenga que ver con Jackass".

Antes de empezar con la entrevista, Steve-O me enseña una botella de maltratada que contenía un líquido de una tonalidad entre café y amarilla. Obviamente era orina. Orina de Steve-O. Orina que le regaló un fan durante una de sus presentaciones en Londres. Orina que, al parecer, es de hace 13 años. ¿Qué haces una botella con orina humana de hace 13 años? Un antidoping, naturalmente.

Steve, feliz de la vida, abre el kit antidoping y vierte cuidadosamente la orina dentro de un vasito mientras uno de sus amigos lo graba. "Si realmente es mi pipí, entonces seguro va a salir algo", dijo. Por desgracia, los resultados son negativos. Streve-O se bajonea por un momento. Como un auténtico hombre del espectáculo, siente como si hubiera decepcionado a todos por no tener un fluido corporal de diez años de antigüedad contaminado con rastros de cocaína y mota.

"Siempre me ha gustado llamar la atención", dijo. "Desde niño siempre fui así de '¡Mírame! ¡Mírame!'. Es como si hubiera nacido hambriento de atención. Para mí, la idea de alcanzar la fama y ser una celebridad se oye todavía más atractiva y mágica, porque esas personas se llevan toda la atención que yo siempre he querido. Creo que el atractivo de la fama es más fuerte para mí que para otras personas y por eso me prende más cuando la encuentro".

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Como pasa con muchos que anhelan ser el centro de atención —y, por lo tanto, recibir amor—, Steve-O teme por su éxito y constantemente piensa en cómo avanzar o en si aún hay alguien interesado en lo que tiene para dar. También hablo sobre su plan de hacer una película y el temor de que tal vez a nadie le interese.


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"Tal vez ni siquiera soy tan famoso como para tener una película y sólo me voy a embarcar en este plan y no va a pasar nada y no me va a catapultar al nivel éxito que quiero", dijo. "Tal vez no existe un nivel superior, tal vez estoy donde estoy y se me va a ir acabando poco a poco hasta que ya no tenga el potencial que he disfrutado por tanto tiempo. He pensado en retirarme pero sé que me volvería loco y sería miserable. No tengo una meta fija. Sólo quiero seguir activo y buscar cosas nuevas. No quiero llegar a ningún lado".

Pero incluso si no llega al éxito mainstream que tanto desea, presiento que los verdaderos fans de Steve-O siempre van a estar ahí porque él significa más para ellos que ellos para él. Steve siempre ofrecía una expresión encantadora al espectador y estaba dispuesto a complacerlo a cualquier costo. Y no ha cambiado. Sus presentaciones están llenas de adultos que extrañan los días en los que se emborrachaban en el parque después de la escuela y pateaban árboles a lo idiota. De gente que quiere grabarse mientras prende sus pedos pero trabaja de 9 a 6. Steve-O sigue teniendo esa vida, fumando vellos púbicos y analizando pipí añeja. Su constancia hizo que pasara de ser un amigo cagado de la escuela a convertirse en un amigo de confianza. Y es un consuelo tener esa certeza, sobre todo en la época donde vivimos.

@joe_bish