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¿Cómo hará el MAMBo para volver a ser lo que alguna vez fue?

Para muchos, el Museo de Arte Moderno de Bogotá está de capa caída. Hablé con actores relevantes para saber qué rumbo está tomando.

En los últimos meses de 2016, el Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBo) realizó una experiencia sensorial patrocinada por Glade, una fiesta de música electrónica llamada MAMBo Alive y exposiciones esporádicas pero no muy mencionadas traídas por la nueva directora del museo Claudia Hakim.

Antes de su posesión como nueva cabeza del museo, ya se venían abordando discusiones sobre lo que estaba pasando dentro de los muros construidos por Rogelio Salmona: se rumoraba sobre una falta de recursos para el equipo curatorial del museo  y la frase "el MAMBo tiene la capa caída" era recurrente en el entorno de los artistas jóvenes.

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"Lo más irónico de todo es que el Museo de Arte Moderno no se modernizó y su estructura siguió igual desde hace 30 años", me dijo Daniel Salamanca, artista joven colombiano que hizo su primera exposición colectiva en el MAMBo hace 10 años y le pareció un museo extremadamente tradicional. Según me cuenta, las críticas en el mundo del arte hacia el MAMBo empiezan desde la estructura del museo (no es particularmente un espacio cuya función sea exponer) hasta la figura de lo que fue Gloria Zea, quien, dice, se desactualizó y permaneció en una dirección a la que, para muchos, le faltaba un cambio.

En su auge popular, es decir los años 60, 70 y 80, el museo tuvo muchos proyectos y programas que se fueron desvaneciendo. Para Santiago Rueda, curador de arte colombiano, el museo tenía un área de educación brillante, en la que se formaron los curadores actuales, una bienal para artistas jóvenes, un programa de educación y un enfoque hacia la investigación artística. Pero ahora el panorama no es el mismo, dice.

Ramiro Camelo, otro curador independiente, afirma que desde hace mucho tiempo el museo dejó de ser lo que fue en la década de los 90, es decir "un espacio protagónico de la cultura de Bogotá, y aquí voy a ser muy nostálgico, es decir, yo recuerdo que en esa época el Museo era un espacio de intercambio de ideas sobre el arte y la cultura, de promover y de exhibir artistas que eran significativos para la escena local e internacional".

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Según Halim Badawi, crítico y curador de arte colombiano, lo que le hizo falta al MAMBo fue un proyecto intelectual. "Los museos no solo sirven para hacer inauguraciones, vida social, alquilar espacios, tomarse fotos con princesas y embajadores, y hacer networking y ventas. Los museos son más que nada proyectos intelectuales que permiten la ampliación de las fronteras de la sociedad y su transformación", afirma.  Para él, esta ha sido la principal crítica del sector artístico al Museo, además del mal estado de algunas obras donadas por artistas.

Lucas Ospina, profesor de la Universidad de los Andes y crítico de arte, por su lado, decía en un artículo de El Espectador de 2008, que la curaduría del MAMBo era un "desaparecido más", que lo único que hizo fue que el público presente en las buenas épocas del museo se fuera desapareciendo poco a poco también.

A raíz de varias críticas que explotaron por una exposición curada por Ana María Lozano en 2003 sobre las Barbies de Mattel, en la que según Ospina era más una infografía de la marca sin ningún tipo de contestación artística, se fueron sumando oposiciones a la dirección y a las obras que se presentaban en el MAMBo. La exposición también centró su debate en si era necesario "entregarse a lo publicitario" y "perder así una autonomía cultural".

El problema de curaduría fue uno de los principales factores para la crítica a Zea: "algunos curadores externos eran elegidos a dedo, como sucedió en numerosas ocasiones con Eduardo Serrano, uno de los curadores preferidos del museo, a quien se le permitieron y financiaron varias curadurías y realizaron publicaciones, en desmedro de una gran cantidad de curadores jóvenes que hay en nuestro país, que podrían aportar una mirada más fresca y menos comprometida, para quienes muy pocas veces hubo espacios o dinero", me dijo Badawi.

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Y esto solo fue el inicio de una bola de nieve que fue creciendo, porque cuando Gloria Zea —la legendaria directora que duró casi medio siglo en el museo— le dejó las llaves a Claudia Hakim, el museo, según su nueva sucesora, estaba casi en bancarrota.

¿Qué fue lo que le pasó al MAMBo? ¿Cómo hará para sobreponerse de la crítica?

En marzo se cumple un año de la partida de Zea y la llegada de una nueva administración, que se va a encargar de revivir la chispa que el MAMBO alguna vez tuvo.  "En cuanto a la anterior dirección, opino que Gloria hizo una labor maravillosa pero ya estaba cansada. El MAMBo ya no llamaba la atención, le faltó difusión y ese para mí fue el principal problema", me dijo Claudia cuando la visité a su oficina en el centro de Bogotá.

"Estoy entrando a una casa nueva. Una casa de muchos años y llego con una idea de hacer renovaciones en todo sentido", afirma Hakim. Su labor se va a enfocar en lo administrativo y en volver el museo un lugar en donde la gente se sienta a gusto. Armará un equipo nuevo y se encargará de hacer una planeación estratégica con nuevas exposiciones, nuevos proyectos y una mejor utilización del espacio de Salmona: "El MAMBo sigue vivo", afirma.

Para Ospina, la entrada de Hakim a la dirección es totalmente acertada: " Claudia ha hecho una gran labor con NC Arte y tiene muy buenas conexiones sociales en el mundo artístico, lo que la va a ayudar a conectar de nuevo el Museo", afirma. Para Badawi, la opinión es la misma. Dice que la experiencia de la nueva directora demuestra su preferencia por los espacios frescos e independientes, que gestionan sus recursos eficientemente, comprometidos con lo contemporáneo y más libres de compromisos. "Esperemos que esta experiencia se proyecte próximamente en el revival del MAMBo" me dijo.

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Así pues, su objetivo es, mientras tanto, conseguir los recursos que permitan que el MAMBo se pueda poner de pie de nuevo. De ahí Glade, de ahí la fiesta electrónica. Según Claudia, las exposiciones patrocinadas tienen todas que tener un componente artístico que ayuden a acercar a cada vez más públicos y cada vez más diferentes.

Ya tienen programados eventos para los próximos cinco años con la participación de Francia en el año Colombia Francia y la Bienal de Sao Paulo. Además, adaptarán el parque Bicentenario para hacer instalaciones y esperan volver a abrir el teatro que lleva cinco años cerrado este abril que viene.

También se está tratando de mejorar la estructura del edificio de Salmona para mejorar las condiciones de exposición en el Museo. Según Hakim, habrá nuevas membresías para que cualquier persona pueda disfrutar del museo y un departamento de educación donde se dictarán talleres y mejorará la experiencia de los usuarios.

Tanto para los curadores, críticos y artistas jóvenes con los que hablé, lo más importante, casi antes de mejorar los problemas de administración que ha evidenciado el museo, es el hecho de crear un grupo curatorial potente. "María Elvira Ardila fue una muy buena curadora pero en los últimos años no ha logrado un equipo curaturial adecuado para que el Museo sea reconocido internacionalmente", afirma Ospina.

En esto coinciden todos: "lo importante es tener una curaduría que no mezcle intereses políticos y no se condicione el arte con lo que se viene", afirma el artista Salamanca, "además de una necesidad de internacionalizarse, que según he oído, Claudia ya lo tiene planeado".

Ramiro dice que el MAMBo debe retornar a ser lo que fue antes: necesita también apersonarse de una misión para recuperar el centro de Bogotá. Es decir, necesita conectarse con el "corredor cultural" que ya se está formando con el Museo Nacional de la Memoria, el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, la Biblioteca Nacional y el Planetario. "Todo ese sector debería activarse mucho más e incluirse en algo así como un plan maestro de la cultura que involucre a las instituciones privadas y gubernamentales con el fin de trabajar conjuntamente".

En cuanto a la curaduría, Hakim me confiesa que todavía no está conformado el equipo, pero que es evidentemente uno de los propósitos de su dirección cuando logre conseguir los recursos para poder levantar de nuevo lo que el MAMBo alguna vez fue.

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