Por qué Santa Clarita Diet te ayudará a entender mejor a tu pareja

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Por qué Santa Clarita Diet te ayudará a entender mejor a tu pareja

Netflix estrena una serie en clave de comedia sobre las relaciones de pareja... y sobre las curiosas aficiones culinarias de uno de sus miembros.

Todo matrimonio tiene altibajos, pero en 23 años Sheila y Joel Hammond han sabido conservar una sonrisa perfecta, saludar cada día a los vecinos con la misma cantinela hipócrita y mantener el césped siempre corto y verde. De puertas adentro, esta pareja de agentes inmobiliarios del típico barrio residencial californiano está más muerta que viva, hasta el día en que ella se convierte precisamente en una muerta viviente. Cuando el corazón de Sheila deja de latir, las pulsaciones de la pareja se multiplican.

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En Santa Clarita Diet, la nueva serie que acaba de estrenar Netflix, los días del matrimonio interpretado por Drew Barrymore y Timothy Olyphant dan un salto de lo anodino a lo radical desde el momento en que la mujer de la casa vomita sus vísceras, muere, resucita y empieza a sentir la necesidad imperiosa de devorar carne humana fresca. La armonía prototípica y empaquetada de su vida en comunidad se precipita a una espiral dislocada de mordiscos, matanzas y cadáveres escondidos en el congelador.

Santa Clarita Diet es una de esas series ideal para ver de una sentada. Sus diez episodios seguidos suponen un verdadero atracón de humor desacomplejado y escabechina social. El creador de Santa Clarita Diet, Víctor Fresco, conocido por sus guiones para series tan antológicas como Alf y Me llamo Earl, se dedica aquí a destripar a fondo la clase media americana y los roles de la pareja convencional. Sus armas son el histrionismo paródico y la metamorfosis sangrienta de la clásica sitcom norteamericana en un espectáculo esperpéntico de slapstick gore, que no le hace ascos a dar asco.

Aunque si hay algo que hace que esta descacharrante función nos secuestre las pupilas y nos ponga las manos delante de la boca una y otra vez, son las excesivas interpretaciones de Timothy Olyphant y Drew Barrymore. Olyphant, recordado por su shériff en Justified, aparece atractivo como siempre, pero aquí despliega un repertorio inaudito de muecas y gestos cómicos pasados de decibelios, para dar vida a un padre de familia débil y amanerado, ciegamente fiel a su esposa y a las convicciones morales yanquis.

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Por su parte, Barrymore deja lejos la inocencia de la niña de E.T. en cuanto da el primer bocado a un dedo humano, en los preliminares al sexo más locos que verás nunca. Desde luego, nadie le podrá decir a la estrella que no lo dio todo por la serie: durante el rodaje de una escena, en la cual se lanzaba sobre los hombros de un tipo para morderle el cuello, la actriz cayó de espaldas y se golpeó con la cabeza contra el suelo. El director jamás olvidará aquel momento. Víctor Fresco confiesa que pensó: "Eso es todo, hemos matado a Drew Barrymore". Por suerte, las bajas no traspasaron la ficción, y Netflix ha podido estrenar la primera temporada de este detox drástico al American Way of Life.

Si tu pareja puede reprimir el impulso de engullirte en medio de una pelea, y tú controlas el pánico lo suficiente como para no reventarle los sesos con un bate, está claro que no hay nada que no podáis superar juntos.

Además, Santa Clarita Diet lo tiene todo para convertirse en la guía de supervivencia en pareja (zombie) de nuestros días. Nada para aliviar tensiones y volver la pareja excitante como hacer cosas que nunca hubieras pensado por la persona que quieres. Al igual que cualquier muerto viviente, Sheila no controla sus instintos. Tal vez nunca más pueda volver a plantearse ser vegana, pero su nueva dieta alta en proteínas la llena de confianza y energía, y ha disparado su libido hasta volver el sexo de la pareja verdaderos fuegos artificiales.

Joel siempre ha sido un calzonazos, pero ahora, después de cada revolcón feroz, se entrega encantado a las estresantes tareas de encontrar nuevas víctimas que llevar a la mesa, y ocultar los hábitos homicidas de la familia a su hija adolescente y al resto del vecindario. Cuando la vida se pone intensa y la cama vuelve a traquetear, no cuesta tanto encontrar soluciones conjuntas a cualquier problema que surja a lo largo del camino.

Al fin y al cabo, si tu pareja puede reprimir el impulso de engullirte en medio de una pelea, y tú controlas el pánico lo suficiente como para no reventarle los sesos con un bate, está claro que no hay nada que no podáis superar juntos.