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Cultură

Una breve mirada al pasado gay del skate

Con algunas excepciones notables, la industria skate tiene un largo historial de homofobia que a veces resulta repulsivo.

Me llamo Max. Tengo 30 años de edad. Llevo cerca de 20 años patinando y 13 años besando chicos.

Mi respuesta inicial al escuchar la noticia de que Brian Anderson salió del clóset fue, "Estamos en pleno 2016, tenemos soldados y jugadores de la NBA que son abiertamente gays. ¿Por qué nos tardamos tanto?". Pero después recordé que el skate profesional existe para venderle mierda a los adolescentes y que ser el primer patinador profesional gay implica una tremenda presión y escrutinio.

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Así que, bien por ti, Brian. Lo que hiciste fue muy valiente y radical, en todos los sentidos.

Sé que algunos de ustedes se van a saltar directo a la sección de comentarios para preguntar "¿A quién le importa? ¿Y eso qué?". En primer lugar, hay que olvidarnos de ese rollo de "a nadie le importa a quién te cojas siempre y cuando sigas patinando".

La identidad sexual sería irrelevante para el skate si el skate no estuviera tan asociado con la rudeza del macho y la heterosexualidad masculina. Si abres una revista de skate, vas a ver muchos chicos blancos heterosexuales y chicas casi desnudas que probablemente no patinan anunciando productos de skate. Cuando salen mujeres patinando, normalmente son para despertar el interés en el público de hombres heterosexuales que las marcas consideran sus verdaderos clientes. Si eres una mujer o un hombre gay, el mensaje está bastante claro: el skate es una subcultura para hombres heterosexuales, no para ti.


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Es por eso que tus amigos te dicen "no seas nena, vas", cuando dudas antes de hacer un truco o te tachan de puto si te arrepientes. Cuando Nyjah Huston dijo, "Algunas chicas pueden patinar pero, honestamente, creo que el skate no es para mujeres", se refería a que no creía que las mujeres no eran los suficientemente rudas como para aguantar los golpes. Llamarle "puto" a alguien es como decirle débil, cobarde o femenino.

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Esta es una mentalidad sexista, homofóbica y tonta. Y espero que desaparezca pronto. Pero eso no significa que el skate sea súper homofóbico, ¿cierto?. "La mayoría de los patinadores que conozco son tolerantes con las personas gay", dices. Pero no. Con algunas excepciones notables, la industria skate tiene un largo historial de homofobia que a veces resulta repulsivo.

Hagamos una pausa para reconocer la diferencia entre el skate, los patinadores y la industria del skateboarding. Al skate nunca le ha importado con quién salgo: nunca he patinado en una alberca vacía homofóbica ni me he raspado con una piedra que odia a los putos. Los patinadores que conozco en general son muy tolerantes con la homosexualidad. A excepción del lenguaje homofóbico que a veces utilizan por costumbre y no malicia, los patinadores nunca me han molestado por ser gay. Pero la industria del skateborading, las marcas, los fabricantes y los medios de comunicación son todo lo contrario.

Veamos el skate de la década de los 90, por ejemplo. En 1998, los patrocinadores de Tim Von Werne de Birdhouse le cancelaron una entrevista que iba a dar para la revista Skateborarder cuando supieron que planeaba hablar abiertamente sobre ser gay. Big Brother puso a Jarret Berry, en la portada de la revista pero la foto era él patinando en chaparreras con el culo de fuera. En varias ocasiones, el editor jefe de Big Brother Dave Carnie preguntó a los patinadores si alguna vez habían "puteado con los de Bones Brigade". Y si bien no lloro la muerte del patinaje en línea agresivo, es imposible negar que el skate acosó al patinaje en línea hasta la muerte con una campaña implacable de bullying homofóbico, que podemos ver en la broma inmortalizada en el sticker de patín con los colores del arcoíris que hizo Big Brother: ¿Qué es lo más difícil del patinaje en línea? Decirle a tus padres que eres gay".

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Brian Anderson. Foto por Mac Shafer.

Hoy en día seguimos celebrando a los patinadores profesionales homofóbicos. Jay Adams fue encarcelado por instigar la golpiza fatal de un hombre gay llamado Dan Bradbury en 1982. Este incidente no se mencionó en la mayoría de los obituarios de Adams y, en vez de eso, toda Venice Beach está llena con murales para recordarlo. Josh Swindell, ex patinador de Think, estuvo 19 años en la cárcel por matar a golpes a un hombre gay afuera de un bar en 1993. Aunque no está claro cuál fue su participación en la pelea, Danny Way también estuvo con Swindell y lanzó un golpe horas antes esa misma noche. Y aun así, los medios dedicados al skate no critican a estos patinadores ni hablan acerca de estos incidentes.

La representación es importante. Los medios de skate publican todo tipo de patinadores —universitarios, de prepa, pachecos, alcohólicos, metaleros, punks, raperos, niños bonitos, gente de color, viejos, pubertos y hasta discapacitados— excepto gays. Entonces, el adolescente promedio (hombre) nunca ve una persona LGBTQ con la que pueda relacionarse y los chicos LGBTQ nunca ven a un patinador con el que puedan identificarse.


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Ahora Brian Anderson es el primer patinador profesional en salir del clóset. Y eso es muy radical. Mis respetos. Salir del clóset siempre ha sido la herramienta más poderosa para garantizar la equidad social y legal de las personas de la comunidad LGBTQ. La aparición de un patinador profesional gay es un paso importante para hacer que el skate sea más tolerante con las personas LGBTQ (y, con suerte, para hacer que la sociedad sea más tolerante con el skate).

¿Entonces qué sigue? Los patinadores se van a sacar de onda cuando descubran que son un fetiche para los gays? ¿Vamos a ver una nueva empresa de ruedas basada en el arte de Tom de Finlandia? ¿Saldrá una empresa con gráficos bara y yaoi para desafiar a Hook-Ups en el mercado de patinetas de hentai softcore? ¿Podrá esta playera reemplazar los tenis Janoskis como el artículo más de moda en el parque skate local? ¿Los gays finalmente obtendremos el calendario de patinadores sexys que nunca hemos querido? ¿Alex Olson seguirá el ejemplo de Nick Jonas y hará que su número de fans gays crezca todavía más? ¿Los de Bones Brigade finalmente, ejem, putearán?

Probablemente no, pero gracias en parte a Brian Anderson, hay esperanza de que los patinadores no tarden otros 20 años en sentirse cómodos para salir del clóset.

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