Las estrípers te explican cómo comportarte en un téibol

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Las estrípers te explican cómo comportarte en un téibol

Para empezar, disfruta el téibol por lo que es, en lugar de desear que sea un burdel.

Todas las fotos son por Amy Lombard.

Hace algunos meses, la fotógrafa Amy Lombard y yo pasamos casi 24 horas en un téibol. Aunque estuvimos casi un día entero allí dentro, tuvimos la sensación de que las historias que escuchamos eran tan sólo la punta del iceberg. Es por eso que decidimos volver a que las estrípers y el gerente nos hablaran de su trabajo, sus clientes y de cómo comportarse en un téibol.

A lo largo de una floja noche de domingo (floja porque la neta quién va a un téibol en domingo…) estuvimos con las bailarinas en los camerinos, quienes nos contaron sus mejores historias, consejos y tips para trabajar en la industria. Éstas son sus palabras:

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NO INTENTES TENER SEXO CON LAS BAILARINAS

Muchos chicos enloquecen; no entienden que soy una bailarina. No tengo sexo a cambio de dinero y muchos chicos se decepcionan por eso. Simplemente no se callan. "Ay, hazlo conmigo, te daré dinero. Te daré lo que quieras". Es lo más molesto.

Muchos son de diferentes países o regiones. Creo que es cuestión de diferencias culturales. Es muy común que en esas otras culturas las mujeres de esta industria tengan sexo a cambio de dinero.

No sé si sea en serio o no, pero algunos me han ofrecido hasta 100 mil pesos. Yo les digo: "Oye, no tengo sexo a cambio de dinero. Si tan sólo te sentaras y te relajaras podrías disfrutar tu privado". Es muy irritante. Los hombres deben entender que hay límites. Disfruta el téibol por lo que es, en lugar de desear que sea un burdel. —Jennifer

Una de mis chicas estaba en el cuarto de privados. Tenemos cámaras, ¿sabes? Podemos ver lo que pasa. Ella estaba agachada y rompió la regla de oro: no dejes que el chico se pare. Entonces el chico se paró y hacía como que se la cogía por atrás y se sacó el pito como si fuera a metérselo. Yo lo vi todo por las cámaras. Ella estaba asustada. Lo sacamos de inmediato. No puedes violar a las estrípers. Simplemente no puedes hacerlo. —Mike Díaz, Gerente

Unas dos o tres veces por semana un güey se saca el pene, casi siempre en los cuartos de privados. Yo sólo le digo: "Métete esa cosa", pero muchos no lo hacen. Entonces digo: "Si no la guardas, me voy", y eso suele funcionar. Creo que en los seis años que llevo bailando sólo con un güey me he tenido que ir. Casi todos son chicos buenos y hacen lo que les dices. —Jennifer

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SÉ LINDO, NO RARO

El 17 de enero cumplí 18. En mi primera noche había un tipo de 70 años. Me dijo: "Sólo no me provoques un paro". Y yo: "Claro, intentaré". Había otro tipo como de 63. Me dijo: "Me encantaría invitarte a salir. ¿Tienes aretes en los pezones? Quiero chuparte los pezones y metértelo hasta el fondo". Y yo: "¡¿Qué?!" Siempre me tocan los raros. Y luego muchos me dicen que me parezco a su hermanita o así.

Una vez vino un güey. Fuimos al cuarto de privados y me dijo: "Estás hermosa". Y mientras le bailaba me dijo: "¡Claro! Me recuerdas a mi hija, te daré propinas toda la noche". Estaba sorprendida. No sabía qué decir. Me detuve. "Disculpa", le dije. Él dijo: "Ay, no quería decir eso. Se me salió". Y yo: "Ah… Ok, voy a seguir con lo que hacía". Pero después hubo una extraña tensión. Él sabía que la había cagado así que sólo se quedó allí, calladito.

¡Pero hoy me trajo cupcakes! Me dijo: "Estaba en el trabajo y pensaba en lo hermosa que eres, entonces decidí hacerte unos cupcakes". —Asia

PONTE DESODORANTE

Tuve un güey que neta olía a madres. Era universitario. No traía desodorante. Sudaba como cerdo. Olía a cebolla. Estuve en ese cuarto con él toda una hora y todo ese tiempo tuve que aguantarme ese olor. Me rascaba la nariz como insinuándole que necesitaba desodorante. Fue horrible. —Asia

DEBES PAGAR POR TUS FETICHES

Había un tipo al que le gustaba oler culos. Fuimos al cuarto de privados y dijo: "Tengo un fetiche raro. Te daré mucho dinero para que lo cumplas". Yo: "¿Qué es?" Él: "Me gusta oler culos". Al principio me sacó de onda, pero… lo que pasa en el cuarto de privados se queda en el cuarto de privados. Él tan sólo quería que me inclinara para poder darle el golpe. Un golpe y ya. —Ruby

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Había un güey al que le gustaba vestirse como mujer. Se puso la ropa de una de las bailarinas, la tanga, todo. Ella lo dejó. Hace poco, el día que se aprobó el matrimonio entre homosexuales, el tipo se la pasó caminando por el club con tanga y vestido, se subió al tubo y empezó a bailar. Pero todos lo dejaron solo. Tenía muchísimo dinero, varios miles. —Paloma

NO TE VENGAS EN TUS PANTS

Me caga cuando se vienen en sus pants. Es asqueroso. Puedes estar bailando encima de ellos y de repente llegan. Y entonces atraviesa la tela y lo sientes en las piernas y dices: "¿Qué es eso?" Y entonces ellos te verán apenados y dirán: "Ay, me vine". Cuando pasa eso, yo me voy. ¡No es chistoso! ¡Dame una señal para que no tenga que sentarme en tu semen!

Ahora que ya me pasó, siempre les digo: "Miren. Cuando estoy bailando no tienes por qué hacer eso. Si vas a venirte, por favor dame una advertencia para que me detenga". —Ruby

RESPETA A LAS BAILARINAS

Algunos chicos vienen con una idea errónea y quieren tratar a las bailarinas como mierda. El otro día vino un chico bien vestido. Salió del taxi y yo estaba en la entrada. ¿Ves esa gente confianzuda? Dijo: "¿Qué pinche pedo?", y yo: "¿De qué hablas, niño?" Él: "¿Tienes pinches putas allá dentro?" Y yo: "Ok, antes que nada, si llegas con esa actitud voy a terminar sacándote. En segunda, si vienes y les hablas a las chicas así voy a tener que sacarte. Y no te vamos a reembolsar nada". El niño estaba asombrado, pero es que a veces tienes que defender a las chicas incluso antes de que entren.

Algunos de estos güeyes ven a las chicas como si no fueran nada. Nada. Algunas chicas son mamás. Otras, estudiantes. Mi ex novia se volvió una cirujana reconocida a nivel mundial, pero empezó como estríper. Hay artículos sobre ella. —Mike

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NO LES PROPONGAS MATRIMONIO

Claro que me tocan güeyes que se quieren casar conmigo. Dicen que no debería estar trabajando aquí. Que es un trabajo feo y debería casarme con ellos. Dicen que no es bueno que esté aquí, que debería estar casada.

Yo sólo les digo que no me quiero casar y ellos dicen que es horrible que me quiera quedar soltera. Debería estar en casa y tener hijos. Y yo les digo: "Naah, me gusta mi independencia". —Jennifer

RELÁJATE Y RECUERDA MANTENER UNA RELACIÓN PROFESIONAL

Si le das tu número a un cliente a veces te llaman como si fueras su novia. Son bien intensos. Los bloqueo y me llaman de otros números. Uno sí me gustó. A él le gustó que yo era linda, pero me cagó porque hablaba mucho, aunque sí gastaba mucho dinero. La primera vez que le bailé recibí casi 20 mil pesos. La segunda vez que lo vi, le di mi número. Pero como no podía contactarme, empezó a venir a buscarme a mi trabajo. Intentó usar el "ya no voy a ir al téibol, deberíamos vernos por fuera". Él quería fotos nuestras en su celular como si anduviéramos. —Paloma

'Si saliera con todos los que me invitan, no tendría nada de tiempo libre'. –Jennifer

¿Cómo y para qué conservar clientes? ¡Hazlos sentir amados! Bríndales la fantasía que buscan. Entreténlos. Sírvelos. Pídeles sus números. Contáctalos por redes sociales. *¡Llámalos para que regresen!

Me invitan a salir de 5 a 10 veces por noche y yo les digo que tienen que regresar aquí. Primero deben verme algunas veces aquí porque si no ¿cómo separo a los buenos de los malos? En media hora no puedo saber quién eres. Si en realidad hay chance de que quiera volver a verlos les digo que regresen y que ya veremos. Trato de ser muy honesta con eso y con los que nunca saldría les digo: "Lo siento, no veo a clientes fuera del trabajo". Además, si saliera con todos los que me lo piden, no tendría nada de tiempo libre.

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Pero también he hecho algunas amistades dentro del téibol y a veces los veo afuera. Antes tenía un cliente que cada Navidad y cumpleaños me llevaba a un musical y a una elegante cena. Eso estaba chido. —Jennifer

PERO ESTÁ BIEN CONECTARTE CON ALGUIEN

En los cuartos privados siempre hay mucha plática. Casi nunca bailas la hora completa. Tengo un montón de clientes a los que sólo les gusta hablar. Tengo clientes para los que ni siquiera me desvisto. Uno de mis mejores clientes es un francés. Él me pide dos horas y la mayoría del tiempo sólo hablamos. A los chicos les gusta confesarnos cosas que no les dirían a otras personas, como sus secretos sexuales. Les gusta ser escuchados.

Una o dos veces me ha tocado alguien que se emociona mucho y empieza a llorar. Antes tenía un cliente que venía a verme. Un vez sacó todo lo que tenía dentro, me contó de su vida, su infancia… lloró un poquito y me dijo: "Me la pasé muy bien, me relajé mucho. Gracias".

Parte de este trabajo es prácticamente ser terapeuta. Es chistoso, pero como bailarina no ganas más por ser bonita. Ganas más si puedes conectarte con la gente. He visto a niñas hermosas no ganar nada y a otras que no son exactamente guapas ganar muy bien tan sólo por saber hablar. Básicamente saben cómo conectarse con la gente. Es por eso que la gente viene aquí. Estos hombres necesitan conectarse con alguien más. —Jennifer

Sigue a Zach Schwartz y a Amy Lombard en Twitter.