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Viajes

Saluden al primer skatepark de Palestina

SkatePal, un voluntariado británico, tuvo la idea de montar un skatepark en Zababdeh, un lugar donde no hay skaters.

Uno de los grupos de SkatePal en Palestina. 

En julio, las Fuerzas de Defensa Israelíes le hicieron un hueco en la pierna a Aram Sabbah’s. Desde entonces, ha estado patinando en muletas, lo cual, de hecho, fue una gran oportunidad para que aprendiera nuevos trucos. Apoyando su cuerpo hacia arriba, y pedaleando sobre la tabla mientras gira, puede mantenerse en el aire todo el tiempo que quiera. La desventaja, por supuesto, es esa herida gigante que tiene en la rodilla, un recuerdo del “Día de la Ira” en su versión Cisjordana.

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“No hay mucho que decir al respecto” afirmó. “Estaba lanzando piedra y me quedé sin piedras. Cuando me agaché por más, BOOM, mi pierna estaba entumecida”.

Aram Sabbah

Esto fue en julio, cuando Aram se unió a una marcha que hubo en toda Cisjordania para protestar por la agresión Israelí en contra de Gaza. Las Fuerzas de Defensa Israelíes se enfrentaron con los manifestantes en el puesto de control de Kalandia, hiriendo a más de 200 personas y matando a dos, incluyendo un menor de edad de 17 años. Aram tuvo suerte de no fracturarse ningún hueso, pero su herida lo obliga a tener muletas por otro mes, o al menos “hasta que no pueda soportarlo más”. Hasta ese entonces, sigue siendo parte de la pareja de skaters palestinos que le enseñan a los niños a patinar en el concreto del nuevo skatepark de Zababdeh.

Construido por extranjeros entusiastas debido a la necesidad de un espacio así, el lugar, de 92 metros cuadrados es el primer skatepark decente de Cisjordania. Su apertura fue la semana pasada, y fue fundado por SkatePal, un voluntariado sin ánimo de lucro fundado por el árabe Charlie Davis, graduado de la Universidad de Edimburgo. Este voluntariado está siendo realizado por una creciente comunidad de patinadores palestinos, entre ellos Aram.

Charlie Davis (el de la gorra) con Mick, un voluntario y dos niños palestinos. 

Charlie, de 27 años, ha entrado y salido de Palestina desde el 2006, llevando a bordo su tabla de skate y deslizándose por un puñado de puntos a través de Cisjordania. La idea de la construcción de un skatepark se originó en su mente durante años e hizo planes de fundarlo después de obtener su título, inspirado en parte por proyectos similares en Afganistán y la India. Fue en 2012, cuando enseñaba inglés en una escuela de idiomas estadounidense en Túnez, que se convenció de comprometerse con el proyecto.

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“Un amigo me preguntó qué iba a hacer después de graduarme. Le dije que tenía la idea de hacer un skatepark en Palestina, pero que me parecía una cantidad enorme de trabajo, y no sabía si iba a funcionar. Me dijo que debería hacerlo, que por qué seguía acá”.

Charlie renunció a su trabajo, se mudó a Escocia, y creó la página de SkatePal para generar fondos. Después de unos meses ya tenía varios voluntarios y para mediados de 2013 ya tenían su primer set de rampas. Tomó solo un tiempo más para que completaran el resto.

“Yo llevé mi tabla y los niños nunca habían visto una antes”, dijo Charlie. “Y los niños no tienen mucho que hacer. Si vas y visitas los barrios y los pueblos donde viven, ves que tienen, por mucho, una cancha de fútbol en la escuela, o un par de aros de baloncesto. Hay muchos que se la pasan en la calle jugando cartas o trabajando en las tiendas de sus padres”.

“Pero la mayoría de estos niños se la pasa callejeando, fumando Narguile sentados y hablando… es parte de la cultura. Quise introducir un deporte que enfocara a la gente en algo y a la misma vez los retara”.

La mini rampa de SkatePal en Ramallah

Su primera vez en un skatepark fue en unas rampas de madera en un sitio que se improvisó en Ramala y que le pertenecía a un centro comunitario. Pero cuando Charlie volvió a Palestina, tras un viaje que hizo a casa, lo encontró destruido. El parque de concreto en Zababdeh fue el resultado de varios meses de planeación y construcción; también construyeron 16 mini rampas en Ramala.

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En este momento hay 12 voluntarios del Reino Unido e Irlanda colaborando con SkatePal, en su mayoría estudiantes de departamentos de ingeniería. Hasta la fecha han recogido más de 16.000 dólares y están planeando una nueva localidad en Nabi Saleh, una pequeña aldea con 600 personas cerca a Cisjordania.

Uno de los voluntarios de SkatePal, Kevin Loftus, terminando un pedazo del skatepark en Zababdeh. 

Localizada a 145 metros de una base militar israelí, Nabi Saleh se ha vuelto un foco de la lucha en contra de la ocupación, a raíz de la progresiva invasión israelí a la colonia de Halamish, visible a través del valle. Todos los viernes desde diciembre de 2009, los residentes de Nabi Saleh han marchado en protesta por la confiscación de tierras de la aldea, enfrentándose contra gases lacrimógenos, balas de goma y hasta armas de fuego.

Ha habido cientos de heridos y más de 100 detenciones de aldeanos desde que empezaron las protestas. Una gran proporción de estas detenciones son de jóvenes, que son retenidos durante días, semanas, meses e incluso más tiempo.

“En una protesta los jóvenes tiraron piedras”, afirmó Charlie. “Y los soldados saben quiénes fueron, porque entraron a las casas y tomaron fotos de toda la gente. Así que cuando pasó lo de las piedras los soldados arrestaron de ocho a nueve personas y ahora las tendrán por días, meses o años, eso depende”.

“Los arrestos son bastante arbitrarios, porque obviamente muchos jóvenes lanzan piedras, pero ellos entran a menudo y arrestan a cualquier persona. Nabi Saleh tiene el mayor porcentaje de jóvenes arrestados en Cisjordania”.

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Patinar no es un sustituto de la acción directa, pero es una distracción en medio de una zona de protesta como Nabi Saleh. Charlie quiere construir un lugar para jóvenes, donde puedan pasar el rato y divertirse. De igual forma, no quiere comprometer a la política en el asunto. “Queremos ser apolíticos, laicos, todo eso. Debes ser cuidadoso con lo que haces: no puedes promover ideas de normalización, o decir que Israel existe. No puedes ser ni muy pro-Palestina ni muy pro-Israelí. Todos deben estar en el medio, para evitar las protestas”.

Adham Tamimi

Aram es uno de los dos palestinos que hacen voluntariado en SkatePal. El otro es Adham Tamimi, un joven de 18 años que afirma ser el primer skater de verdad. Empezó hace tres años después de que lo visitó alguien de Estados Unidos y lo hizo intentar, montado en una tabla.

“Cuando lo intenté, me caí tan duro que obligué mi mente a aprender”, me dijo.

La escena del skate no existe realmente todavía. Hay de 10 a 15 skaters, pero Adam dice que “realmente no salimos con ellos. Básicamente nos la pasamos con Aram viendo videos. Yo hubiera dejado de patinar si Aram no se me hubiera unido, porque patinar se termina volviendo un poco aburrido”.

Una vez establecidos los parques, Charlie planea dejarle el manejo de estos a sus dos amigos. Ambos han estado patinando por varios años y quieren ayudar al crecimiento de la escena. “La gente de acá los ve patinando y comienza a imitarlos”, dice Charlie. “Nos ven a nosotros y se emocionan, pero cuando ven a gente que es de acá piensan, esto es algo que podemos considerar como nuestro y hacerlo, en vez de ver a Estados Unidos o a Inglaterra”.

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Charlie con su primera clase de SkatePal en el parque en Zebabdeh.

Las clases de SkatePal, que empezaron esta semana, son para personas de todas las edades. Generalmente llega un grupo de 10 personas aproximadamente, con edades que oscilan entre los 8 y los 12 años.

“Nuestros amigos aman la idea de patinar”, afirma Adham. “Pero algunos otros dicen que es un poco infantil, y por eso no lo intentan. A eso nosotros siempre respondemos que no es infantil, que uno puede hacer dinero con esto. Nunca escuchamos a nadie, solo seguimos patinando”.

“Si no hubiéramos encontrado el skate, estaríamos envueltos en protestas, drogas y cosas así”, confiesa Adham. “Pero no necesito drogas ni nada que demuestre que soy rebelde, con el skate me basta. Es más que un deporte extremo. Es un estilo de vida con el que me debo comprometer”.

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