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Salud

Por qué la gente se pone tan tonta cuando consume cocaína

La cocaína es, junto con el alcohol, una de las pocas drogas que convierten a una persona agradable en un puto gilipollas.

Leo se prepara para soplar coca en un culo en 'El lobo de Wall Street'

La cocaína es una droga curiosa, ¿no? No se me ocurre ninguna otra sustancia —aparte, quizá, del alcohol— que tenga el poder de transformar una persona relativamente agradable en una puta pesadilla.

"Sí, sí, sí, ja, ja, ja… Bebe un poco de esto", te grita al oído tu amigo mientras intenta meterte hasta la garganta el cuello de una botella de vodka. "Ja, ja", ríe, totalmente fuera de sí después de haberse metido la cuarta raya. "Joder, vaya pasada, tío. ¡Ja, ja! ¿Nos metemos otra puntita? ¡Venga, va! ¡Oye! ¿Te he contado la idea que se me ha ocurrido para un juego de mesa?".

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El arquetipo del capullo encocado: la tía que no para de dar la lata con su nuevo curro o el típico empanado que no se da cuenta de que la mitad de la gente en la sala no lo aguanta y sigue a su bola

Obviamente, no todo el mundo se convierte en una mandíbula desencajada con patas después de esnifar un gramo de polvo blanco. Muchos somos capaces de meternos unas rayitas sin acabar obsesionados con nosotros mismos, totalmente fuera de control o comportándonos como unos arrogantes insoportables. Pero muchos otros no son capaces, y de ahí surge el arquetipo del capullo encocado: la tía que no para de dar la lata con su nuevo curro o el típico empanado que no se da cuenta de que la mitad de la gente en la sala no lo aguanta y sigue a su bola.

Esto hace que nos preguntemos: ¿por qué ocurre este fenómeno? Y ¿por qué afecta solo a algunas personas?

"La cocaína provoca un aumento de la conciencia de uno mismo, lo que puede traducirse en un carácter más introvertido o bien una actitud más sociable pero más dominante", explica Katy Mcleod, directora de Chill Welfare, una iniciativa social con la que se intenta velar por el bienestar y la seguridad de los consumidores de drogas en festivales de música.

"Uno de los grandes problemas de la coca es cómo te hace sentir y cómo afecta a la relación con los demás, dos aspectos que no siempre coinciden. "Tú puedes crees que estás superingenioso y sociable mientras que los demás están pensando que eres un gilipollas".

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La cocaína provoca un aumento de la conciencia de uno mismo, lo que puede traducirse en un carácter más introvertido o bien una actitud más sociable pero más dominante

Para llegar a la raíz del problema, hablé con David Belin, del Departamento de Farmacología de la Universidad de Cambridge. "Las drogas influyen en tres mecanismos psicológicos del cerebro", me explicó. Con la cocaína sientes una sensación de euforia con la dopamina química que inunda tu cerebro cada vez que te metes una raya. "La dopamina por sí misma no produce placer, ya que es una sustancia que el cerebro utiliza para el aprendizaje", explicó David.

Imagina el subidón que experimenta un guitarrista al tocar "Smell Like Teen Spirit" por primera vez. Le gusta tanto que quiere más y pasa directamente a "Heart-Shaped Box". Está eufórico, centrado. El mundo parece más emocionante en ese momento. Pues la cocaína reproduce esa sensación de forma más intensa. "Actúa sobre el cerebro, provocando un aumento de la dopamina y una sensación increíble", añadió David. "Eso incentiva en gran medida el consumo".

Te sientes muy motivado y a la vez eres incapaz de inhibir tus impulsos y de tomar decisiones acertadas

De ahí pasamos a la segunda tormenta que desata la cocaína en tu cabeza. "La cocaína afecta a la corteza prefrontal, que es la parte del cerebro que regula el comportamiento y el buen juicio, en general. De hecho, influye en las funciones ejecutivas, el control inhibitorio y la toma de decisiones. Te sientes muy motivado y a la vez eres incapaz de inhibir tus impulsos y de tomar decisiones acertadas".

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¿Recuerdas aquella vez que le pediste varias veces a una chica que te vendiera una raya por diez euros y al final dijo que sí, a condición de que la dejaras en paz para siempre? Pues eso.

Una sola dosis de cocaína puede entorpecer nuestra capacidad de reconocer las señales de rechazo en los demás

Un estudio de la universidad de Maastricht reveló que una sola dosis de cocaína puede entorpecer nuestra capacidad de reconocer las señales de rechazo en los demás, lo que explicaría por qué cuando vamos encocados tenemos la sensación de que todo el mundo está superinteresado en lo que tenemos que decir cuando realmente nadie lo está.

"En tercer lugar: las drogas generan hábito. A estas alturas, tus impulsos están centrados en la droga y hacen que consumas sin darte cuenta", continuó David, en referencia a lo atractiva que puede llegar a ser esta droga.

"La cocaína, además, no provoca abstinencia física, pero sí psicológica, y muy intensa. Te sientes nervioso, inquieto, lo que hace que quieras seguir esnifando más".

Esos deseos aumentarán o disminuirán si se añade alcohol a la mezcla

Eso explicaría las ansias con las que la gente apura los restos de coca que han quedado en la bolsita a última hora de la noche.

David añade que esos deseos aumentarán o disminuirán si se añade alcohol a la mezcla. Esta combinación crea una droga nueva y muy potente —cocaetileno— tremendamente dañina para el hígado y que aumenta el riesgo de sufrir infartos hasta doce horas después de su consumo.

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"En general reduce el efecto inhibidor, haciendo que cedas a impulsos a los que no cederías en un estado normal", añade David. Ah, y eso de meterse una raya para "espabilarte" un poco cuando has bebido demasiado es un mito. Lo único que hace la cocaína es aportar más dopamina a la batalla de neurotransmisores que se está librando en el cerebro. Posiblemente te notes más centrado momentáneamente, pero solo estás más estimulado.

Si la persona que tienes al lado te parece atractiva, lo será más si has tomado coca. Quizá no tengas elección

Lo último que necesito saber es por qué la cocaína suele aumentar el deseo sexual, pese a que, en el caso de los tíos, muchas veces también genera problemas "estructurales".

"A diferencia de la heroína, que provoca placer por sí misma, la cocaína solo hace que veas el mundo más brillante. Por tanto, si la persona que tienes al lado te parece atractiva, lo será más si has tomado coca. Quizá no tengas elección".

En varias ocasiones, David mencionó el tema de la elección o la falta de ella. Quien nunca haya tomado drogas puede que lea esto y piense, Si causa tanto problema, pues no te metas coca. Y lleva razón. Pero ¿en qué momento el "consumo ocasional" deja de serlo para convertirse en una adicción?

"Digamos que la probaste una vez en una fiesta y te gustó", dice David. "Luego la vuelves a probar dos meses después. Después pasas a meterte rayas todos los sábados, pero piensas que no pasa nada, porque es solo los fines de semana. ¿Realmente quieres tomarla o te ves abocado a tomarla sin quererlo cuando estás en el ambiente apropiado?Si se trata de este último caso, es que estás perdiendo el control. La tomas como si fuera un acto reflejo. Es por el momento, el estado de ánimo. Las condiciones que provocan tu apetencia —la compañía de ciertas personas o el consumo de alcohol— indican que estás buscando excusas para consumir. Mi recomendación es que quedes con esos mismos amigos un sábado por la noche y que acordéis no tomar cocaína. Si no llegáis al final de la noche, algo falla".

@Gobshout

Traducción por Mario Abad.