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Cómo funcionan las pensiones en el fútbol argentino

Del patio de casa al semillero del mundo: el cruel camino de los chicos argentinos que sueñan con ser futbolistas
Foto de la página oficial de River Plate

Artículo publicado por VICE Argentina.

La mayoría llega a la pensión con 14 años, pero son unos pocos los que lo hacen con 12. Lejos de sus afectos, de todo lo que vieron en sus primeros años de vida, tienen que soportar la presión de salvar a toda una familia.

Los jóvenes de la pensión son habitualmente del Interior de la Argentina. Muchas veces vienen de los lugares menos prósperos del país. El sistema es simple y cruel: en unos pocos minutos los chicos tienen que demostrar en una cancha de fútbol si están para seguir o no en una carrera con un montón de matices. Una mala racha, una lesión en una acción desafortunada, una decisión equivocada, los deja a mitad de camino cuando recién empiezan a transitarlo. Y para casa de vuelta, a empezar de cero.

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El primer filtro, esa prueba, puede darse en la propia provincia del chico o en Buenos Aires. El destino final es la pensión. Hasta la fecha de la publicación de esta nota, la Justicia investiga presuntos abusos a menores de edad que pasaron por las pensiones de Independiente y River, dos de los clubes más importantes del país, del continente y del mundo.

Marta Dávila es psicóloga y psicoanalista. Trabajó en Independiente desde 2005 hasta 2014. “En principio requirieron mis servicios como psicoanalista especializada en niños y adolescentes para trabajar con los chicos de la pensión porque los veían muy tristes, solitarios y que extrañaban a sus familias”, contó Dávila a VICE.

La presión a la que son sometidos los chicos no es gratuita. Marta Dávila reconoció que tuvo que trabajar mucho sobre esta cuestión que atenta contra el rendimiento deportivo e incluso puede producir lesiones físicas.

En la pensión los chicos ocupan el día entrenando, yendo al colegio, y los más grandes cuentan con un permiso de salida en determinados horarios en los que no tienen actividades ya pautadas. Los supervisa, en el mejor de los casos, un equipo de prevención compuesto por un encargado, un psicólogo especialista en niños y adolescentes, y un asistente social, aunque —reconoce Dávila— no en todas las pensiones el grupo de trabajo está completo o funciona adecuadamente.

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Separaciones traumáticas, violencia familiar, alcoholismo, delincuencia o la presión de la misma familia suelen ser los inconvenientes habituales de estos chicos. Según la ex psicóloga de Independiente, un mejor escenario en el prematuro inicio de sus carreras futbolísticas también plantea otras problemáticas: “Que empiecen a ‘arañar’ la fama siendo chiquitos con la presión de salvar a sus familias o que otros jóvenes provenientes de familias afectuosas no sólo extrañen a sus padres sino también a sus hermanos”.

En la Argentina, AVIVI (Ayuda a Víctima de Violación) es la ONG que recibió las primeras denuncias de presuntos abusos en la pensión de River, ocurridos entre 2004 y 2011. A diferencia de lo que pasaba en Independiente, donde se sospecha que los chicos eran llevados a casas particulares para ser abusados, en el “Millonario” se investiga si los delitos se cometieron en la misma pensión del club. Fue una médica cirujana que trabajó en la entidad la que denunció los hechos a la ONG y reveló un dato esclarecedor: los chicos que vivían en la pensión de River no sólo no conocían Buenos Aires, sino que tampoco sabían qué había a tres cuadras del club. “Eso los coloca en un estado de vulnerabilidad altísimo y los que están al acecho hacen una lectura de esto”, confió Andrés Bonicalzi, abogado de AVIVI.


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Según Bonicalzi, las personas que están al acecho de estos chicos, los depredadores sexuales, pueden ver estos elementos de riesgo: ”Saben qué familia puede visitar más seguido cada pensión, qué chico puede acercarse a sus afectos. Lo advierten hasta en la vestimenta con la que llegan los jóvenes al club”.

Para AVIVI, “determinadas cosas” eran vox pópuli en River. Esta semana recibieron una carta de un chico que pasó por la pensión del club donde denunciaba que es una práctica que ocurre desde hace más de 40 años en el fútbol argentino: “Nadie que esté en este ámbito puede hacerse el zonzo sobre este tipo de contactos sexuales con menores”.

Nicolás es entrenador de un equipo de chicos en un conocido club del Ascenso argentino. Sus dirigidos no tienen más de 14 y son cerca de 35. Para él, que tiene contacto diario con los jóvenes en el ámbito deportivo, los hechos se conocen recién ahora, 15 años después, por distintos factores: “Temen por su carrera, a la humillación, el ambiente y la misma plata a veces llevan a estas cosas”.

No menos traumático es el momento en el que se le comunica al chico que tiene que buscarse otro club, porque, básicamente, no rindió lo que esperaban de él. Una suerte de despido a un nene de 14 años. “Esa situación es terrible y muchas veces desgarradora, tanto para el chico como para su familia, En general esa tarea, por mi experiencia, la realizan los técnicos”, contó la ex psicóloga de Independiente.

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Foto de la página oficial de River Plate

Entre otras tareas más reconfortantes, tiene una muy compleja: encarar al nene y decirle que no puede continuar en el equipo. “Son muchos los que se van tristes, llorando, ninguno se va contento porque no es lindo que te dejen libre, pero uno le marca que el ‘no’ de un club es el ‘sí’ de otro”, dijo Nicolás en diálogo con VICE. El problema no termina ahí porque a veces los padres son los que piden explicaciones. “Muchas veces es el papá el problema porque le estás ‘tocando’ al nene, que es Maradona”. La presión de los padres también se traduce de otras formas. Algunos hasta compran pelotas al club para que los nenes sigan en la pensión.

Nicolás es hoy entrenador, pero también fue jugador de fútbol y apunta que las condiciones de las pensiones no son las mismas que en su época: “Antes para los chicos había una habitación cada dos. Además hoy tienen otras herramientas tecnológicas que ayudan a estar en contacto con los padres. Pero el desarraigo admite que está: “El estar lejos de su familia a veces los hace entrenar enojados”.


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Marta Dávila, psicóloga y psicoanalista, Nicolás, entrenador de chicos de 14, y Andrés Bonizaldi, abogado de la ONG que destapó los presuntos abusos en la pensión de River, reconocieron a VICE los mismos indicadores. Estar lejos de sus afectos, la presión que esto conlleva y la que a pesar de su corta edad los mismos nenes ejercen sobre sí: ese tren que pasa y que implica salvar a los padres, los hermanos, y en el escenario ideal, a su futura familia.

A la fecha de la publicación de este artículo, en el caso que vincula a Independiente hay cinco detenidos por abusos a menores. La Justicia escuchó el testimonio de más de 50 chicos y sospecha que hay al menos 32 víctimas, entre víctimas de abuso y grooming.

En River, a partir de las denuncias que llegaron a la ONG AVIVI, se investiga el abuso de al menos tres chicos. Por el momento no hay detenidos.