A la afición poco le interesó verlos jugar y los asientos vacíos en la tribuna no mienten. Un partido entre Curazao y Jamaica despierta pocas pasiones, pero esto era una revancha. Apenas hace un par de semanas, Curazao, una selección sin gran historia, se quedó con la Copa del Caribe por primera vez y Jamaica fue víctima en la final con un 2 a 1 en el marcador. La historia fue distinta en Copa Oro, y el debut de Curazao en el torneo de la confederación, fue con derrota de 2 a 0.
Al primer tiempo le faltaron motivos de arrepentimiento para los ausentes, no hubo demasiado por contar, aunque Curazao comienza a escribir un nombre, a trabajar un estilo y se desprenden de la idea de un equipo con carencias técnicas. El futbol ya es parte de ellos, lo es gracias al equilibrio que buscó Patrick Kluivert cuando tomó al equipo en 2015, su misión fue atraer al talento de doble nacionalidad, el conocimiento del estilo holandés le interesaba tanto como aprovechar a los jugadores locales. Remko Bicentini, quien se quedó en el lugar de Kluivert, ha seguido esa línea.Desde los pronósticos, la experiencia jugó del lado de Jamaica; aún así, el marcador tardó en abrirse, el primer gol entró al minuto 50, la defensa fue complaciente, Eloy Room falló en la salida por querer anticiparse al disparo y fue vencido por Romario Williams. El gol no hizo más que motivarlos para ir al frente, las jugadas a balón parado abrieron la posibilidad del empate y en eso quedaron.
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Jamaica siempre fue peligroso en la contra y la mejor jugada terminó en la ventaja definitiva. Darren Mattocks recibió centro por izquierda, se perfiló y con un zurdazo marcó el segundo.
El duelo caribeño tuvo un vencedor, al técnico Theodore Whitmore le resultaron los cambios, ambos goles partieron de la banca. Curazao avanza por camino desconocido con la primera lección en la bolsa. Los minutos finales quizás convencieron a algunos ausentes de prestarles atención en sus próximos partidos.