Cómo la campaña de Colombia en el Mundial de 1994 provocó el asesinato de Andrés Escobar
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Andrés Escobar

Cómo la campaña de Colombia en el Mundial de 1994 provocó el asesinato de Andrés Escobar

Perfilada por algunos para ganar la Copa del Mundo de 1994, Colombia vio su sueño truncado con un autogol de Andrés Escobar en fase de grupos. Cinco días después, Escobar murió asesinado en el estacionamiento de un club nocturno en Medellín.

Previo a la Copa del Mundo de 1994, Colombia jugó de manera fenomenal. Luego de permanecer invicta en sus primeros cinco partidos clasificatorios y haber concedido solamente dos goles, La Tricolor aseguró su lugar en la eliminatoria con un 5-0 sobre Argentina en Buenos Aires en septiembre de 1993. El peligroso estado de las cosas en territorio colombiano fue un reflejo de los festejos, ya que hubo decenas de muertos y cientos de heridos en las celebraciones. Colombia se encontraba en medio de una horrenda guerra contra los narcos. El colapso del Cártel de Medellín y el ascenso de sus rivales en Cali hicieron de los primeros años de la década de los 90 una de las épocas más sangrientas.

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Con este telón de fondo violento, el equipo nacional colombiano viajó a Estados Unidos 94 con un enorme peso en los hombros. Los fans colombianos tenían sus expectativas fijadas en las rondas más avanzadas del torneo, entre ellos miembros de los cárteles rivales. El mismo Pablo Escobar había sido un ávido seguidor de la selección colombiana antes de su muerte, mientras financiaba el futbol colombiano por medio de sus supuestas conexiones con el Atlético Nacional y un programa de beneficencia de fuerzas básicas. Los jugadores colombianos jugaban bajo más presión que sus rivales, luego de haber fijado muy alto las expectativas de algunos de los criminales más peligrosos e impredecibles de Colombia.

El estrés mortal de los jugadores fue evidente en el arranque de la Copa del Mundo. Abrieron el torneo con una derrota de 3-1 ante la Rumania de Gheorghe Hagi en el Rose Bowl de Pasadena; resultado más que alejado de su barrida sobre La Albiceleste un año antes. Los rumores no se hicieron esperar de que los líderes de los cárteles habían intentado influenciar la selección del equipo. El entrenador Francisco Maturana y el mediocampista Gabriel Jaime Gómez recibieron amenazas de muerte por el conmutador de sus cuartos de hotel antes de su siguiente partido contra los Estados Unidos. Aquel juego era absolutamente crucial. Si perdían ante los anfitriones, Colombia estaría eliminada de la competición y sus jugadores tendrían que rendirle cuentas a algunos de los hombres más temidos en Sudamérica.

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Escobar (azul) disputa un balón ante Rumania // PA Images

El partido contra Estados Unidos se complicó aún más antes de disputarse, cuando se supo que los sindicatos de apuestas en Colombia y la Unión Americana habían puesto en la mesa millones de dólares para diferentes tipos de marcadores. Al final, los jugadores no aguantaron tanta presión y perdieron el encuentro 2-1, luego de una actuación tímida en la que el defensor estadounidense Fernando Clavijo acusó a Faustino Asprilla de haberse dejado ganar. El final de la primera parte presentaría el infame incidente: el central de Atlético Nacional, Andrés Escobar, al intentar cortar un pase filtrado hacia el corazón del área, golpeó el balón dentro de su propio arco.

A pesar de derrotar a Suiza 2-0 en su último partido, Colombia se quedó en el fondo de su grupo y fuera de la Copa del Mundo. El equipo que muchos creyeron llegaría hasta la final del torneo se iba a casa por una desgracia, especialmente después de las declaraciones de Asprilla por la derrota ante Estados Unidos: "No es el fin del mundo". Aunque a los colombianos no les sentó bien, la futura estrella del Newcastle se refirió indirectamente a las amenazas recibidas por el equipo, como si intentara decir que era mejor quedar eliminados que continuar lidiando con el acoso y los chantajes. Desafortunadamente, la desastrosa actuación de Colombia en el torneo no se olvidaría fácilmente, y sería uno de los factores que terminaría arrebatándole la vida a uno de sus jugadores.

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Después de la eliminación de Colombia, Andrés Escobar fue invitado a quedarse en los Estados Unidos mientras las cosas se calmaban en su país. El jugador se negó porque confiaba que sería bien recibido en Medellín, a pesar de haber anotado el infame autogol. Cinco días después de la eliminación de La Tricolor, mientras el torneo aún se jugaba, Escobar acompañó a sus amigos al club nocturno El Indio. Una vez ahí, Escobar se enfrascó en una discusión con un grupo de hombres que supuestamente se burlaron de él por su vergonzosa jugada en la Copa del Mundo, y mientras salía del lugar y se dirigía a su auto recibió seis disparos en la cabeza y espalda. Se desangró hasta la muerte.

En las secuelas del incidente, la prensa atribuyó directamente el homicidio de Escobar a su autogol. Al ser uno de los actos más brutales en la historia del futbol, los medios globales comenzaron a replicar la noticia, la cual se convirtió en un tema recurrente en el Mundial del 94. Phil Davison del Independent escribió que uno de los asesinos dijo, supuestamente, "gracias por el autogol", después de dispararle, mientras que el LA Times informó el macabro rumor de que sus asesinos gritaron "¡Gol!" después de cada disparo.

Los fans no olvidaron a Escobar en el Mundial // PA Images

Aunque un hombre llamado Humberto Castro Muñoz fue arrestado poco tiempo después y juzgado por haber disparado el arma de fuego, los hermanos Gallón, para quienes Muñoz trabajada, fueron considerados los verdaderos autores del crimen. Narcotraficantes y magnates de las apuestas, se dice que los Gallón habían pedido la muerte de Escobar por la cantidad de dinero que perdieron en el partido contra Estados Unidos. Otras teorías, como la de Henry Mance de FourFourTwo, apuntan que la discusión se originó por una mujer. Otros más dicen que se trató de un incidente arbitrario más en una ciudad plagada de homicidios casuales. Como haya sido, en aquel entonces muchos colombianos consideraron el asesinato de Escobar como el emblema de una sociedad azotada por el narcotráfico, y aprovecharon la procesión de su funeral para convertirlo en protestas pacíficas en contra de la violencia.

Aunque Andrés no tiene relación con Pablo Escobar, se dice que de haber estado vivo, el narcotraficante más grande de la historia no habría permitido tal barbarie. Como narcos de Medellín, los hermanos Gallón habrían sabido de antemano las consecuencias de tener en la mira a un futbolista estrella del Atlético Nacional. Ante la ausencia de Pablo Escobar, las calles de Medellín permanecían libres de su ira. Si Colombia hubiese avanzado a los octavos de final en la Copa del Mundo, Andrés Escobar nunca habría decidido ir a El Indio aquella noche.

@W_F_Magee