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ESPAÑA

Enemigo a las puertas: España, ¿primera línea de combate de la OTAN?

España acoge, desde el pasado 3 de octubre, las maniobras más importantes de la última década de alianza atlántica en este país. Algunas voces advierten del peligro de que España devenga una diana, pero, ¿Qué hay de cierto en esta afirmación?
Soldados españoles en la misión de la OTAN en Afganistan vía Wikimedia Commons
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España es, desde el pasado sábado 3 de octubre, teatro de operaciones simulado de la OTAN. En las próximas semanas y hasta el 21 de noviembre el Estado español acogerá los entrenamientos de la Very High Readiness Joint Task Force, la fuerza de respuesta rápida de la alianza atlántica. Se prevé que más de 36.000 efectivos participen en las maniobras.

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Trident Juncture 2015, ese es el nombre de la operación de mayor envergadura desde que en 1998 50.000 soldados, 390 aviones y 148 buques tomaran las calles de la Península en las maniobras Strong Resolve 98, un simulacro de reacción contrainsurgente.

En aquel entonces los ensayos bélicos iban dirigidos contra el país imaginario de Azuria, apoyado por el "estado policial teocrático" de Grayland, de acuerdo con un artículo de El País escrito en aquellas fechas.

A finales de los 90 la hegemonía de la OTAN era indiscutible. Estados Unidos era líder mundial en poderío militar y económico, y las guerras se daban en los márgenes de esta supremacía. Abkhazia, la guerra entre Eritrea y Etiopía, Kosovo o Guinea-Bissau eran algunos de los frentes abiertos.

La exportación de armas da un empuje a la economía española — ¿Pero a qué precio?. Leer más aquí.

Pero muchos hechos han ocurrido desde entonces. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 demostraron que EEUU no era intocable. España vivió una réplica de estos ataques en 2004 perpetrados por el mismo agente — el terrorismo de raíz yihadista — y hoy, al otro lado del Mediterráneo, en el sur y en el sureste de la Península, la lista de estados fallidos y de territorios fuera de control en África y oriente no paran de crecer. Y ahora también el frente ruso, conjurado a finales de los 90, irrumpe con fuerza en el conflicto de Ucrania.

Muestra de ello y de la creciente importancia geoestratégica de España la tenemos en la aprobación por parte del congreso español, el pasado julio, de una ampliación de la presencia de efectivos militares en la base estadounidense de la localidad española de Morón de la Frontera que permita alojar la fuerza de intervención del Mando para África de Estados Unidos (AFRICOM).

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En el documento que sigue, el Tercer Protocolo de Enmienda del Convenio de Cooperación para la Defensa entre los dos países, se refieren, explícitamente, las amenazas en el Norte de África y en Oriente Próximo

Tercer Protocolo de Enmienda del Convenio de Cooperación para la Defensa entre España y Estados Unidos.

Hoy ninguno de estos conflictos es como el de Azuria; producto de la imaginación de mandos militares. Son reales y amenazan con traer la guerra de los márgenes al corazón de Europa, a juzgar por documentos de la OTAN en los que se diseñan estrategias de intervención armada en entornos urbanos de la Unión Europea (UE) — como el de Urban Operations in the Year 2020, en el que el teatro de operaciones pasa de estar emplazado en ciudades como Raqqa o Gaza a localidades francesas como Le Havre, Rouen, Evreux o Dieppe. Y no son pocas las voces que se alzan preocupadas por los efectos de esta nueva centralidad española.

"Esta plataforma [la misión AFRICOM] convertirá a España en una diana y asienta la política militarista de Estados Unidos en el Norte de África y Oriente próximo, además de contravenir los acuerdos de uso conjunto. Las relaciones de paz no se construyen sobre una humillación permanente. Está constatado que esta es una política fallida", declara a VICE News Antonio Maíllo, coordinador general en Andalucía del partido que rechazó la decisión del Congreso español, Izquierda Unida (IU), la comunidad autónoma que acoge la base de Morón.

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El capitán de navío de la Armada española en la reserva, Manuel Pardo, confirma en el digital Público la cada vez más notable participación de España en asuntos de seguridad colectiva. Desde la base aérea de Torrejón de la capital del reino "se controlarán todas las operaciones aéreas que la OTAN emprendiera en el sur de Europa", asegura el mando militar, quien avala la tesis de Maíllo al afirmar que esta centralidad "eleva el riesgo de represalias".

"El Partido Popular y el Partido Socialista [el partido gobernante y el primer partido de la oposición] envuelven esta decisión como una propuesta de creación de empleo. Pero eso es algo falso, pues ya se han aplicado varios ERE [Expedientes de Regulación de Empleo] contra los trabajadores de las bases", sigue Maíllo, quien afirma que la propuesta de su grupo es la de cerrar la base estadounidense para convertirla en un centro de operaciones de intervención humanitaria.

Otra muestra de las reticencias de parte de la sociedad española a esta implicación en las maniobras la ofreció el hecho de que, a mediados de septiembre, el ayuntamiento de Sagunto barajó la posibilidad de no autorizar el uso militar del puerto — esta es la localidad de la costa Mediterránea donde se espera el desembarque de 600 contenedores y unos 2.000 vehículos militares para las operaciones.

Rusia aumenta su poder militar y empuja a Suecia a los brazos de la OTAN. Leer más aquí.

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"Hay que correr riesgos medidos, y en este sentido España contribuye solidaria con el esfuerzo internacional, pero tampoco tiene un enfrentamiento directo", opina a VICE News Félix Arteaga, investigador en políticas de seguridad y defensa, conflictos armados y asuntos estratégicos del Real Instituto Elcano, de manera contraria a las voces opuestas a la autorización de las maniobras.

"Como demuestra el 11M en Madrid [atentados reivindicados por un grupo autodenominado yihadista contra trenes españoles en 2004], los autores atentaron, no porque hubiéramos ido a la guerra de Irak, sino porque el Ministerio de Interior, la policía, estaba persiguiendo a terroristas en suelo español. O sea que da igual. Ellos actúan donde pueden; donde más fácil lo tienen", sigue Arteaga. "Esta retórica de 'no vamos a hacer nada con él no vaya a ser que nos creen problemas' es algo que no funciona porque ni los suecos, ni los canadienses, ni otros que se ven afectados por la radicalización; por los lobos solitarios, tienen que ver con esto".

Y sobre el conflicto del este: "España no tiene ningún contencioso militar con Rusia: tiene un programa de cooperación diplomático que incluye también las facetas de cooperación militar, pero no está cooperando más con Rusia porque Rusia no ha querido participar en las operaciones de la OTAN, como cuando participó de las operaciones de la alianza en los balcanes; ahí estuvo con el resto de los aliados. Todos los aliados mantienen unas relaciones de cooperación diplomáticas, militares y de seguridad que, efectivamente, tras lo de Ucrania se han visto muy reducidas en cuanto a actividades, pero todos elles dialogan con este país, pues todavía sigue existiendo el Consejo OTAN — Rusia".

"La inacción también lleva un riesgo para nosotros y nuestros aliados, además de la percepción de inseguridad. Esa es una responsabilidad seria", concluye el investigador.

Mira el documental de VICE News El ejército fantasma de Rusia en Ucrania (parte 1):

Sigue a Quique Badia en Twitter: @qbadiamasoni