Denuncian que Francia envía los migrantes de Calais a centros de detención

Solo dos días después de que el Consejo de Estado de Francia emitiera una orden que emplazaba al gobierno francés a que "mejore las precarias condiciones de vida" de los migrantes concentrados desde hace meses en Calais, la Comisión que supervisa las prisiones francesas ha acusado a las autoridades de violar los "derechos fundamentales" de los migrantes.

Adeline Hazan, responsable del organismo independiente que supervisa las condiciones de las prisiones y de los centros de detenciones del país, ha escrito un bochornoso informe de 8 páginas. En él, acusa al gobierno de sobrepasarse en sus funciones y de violar las leyes de la detención de migrantes, solo para "desatascar" la ciudad portuaria del norte de Francia.

Actualmente son 4.500 los migrantes los que viven en Calais. Lo hacen en un campamento improvisado que no deja de crecer y que se conoce como "la jungla". Los exiliados esperan su oportunidad de cruzar el canal de la Mancha y alcanzar las costas del Reino Unido.

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Según informa Hazan, las autoridades francesas transfirieron a 779 migrantes de la "jungla" a centros de reclusión repartidos por todo el estado francés entre el 21 de octubre y el 10 de noviembre. Los migrantes han sido reubicados en ciudades como Metz, Marsella, Rouen, París, Tolouse y Nimes, a pesar de que en Coquelles, a solo 5 kilómetros de Calais, hay un centro que dispone de espacio para acogerles.

Se supone que los centros de detención solo acogen a aquellos migrantes en vías de ser deportados. Sin embargo, Hazan ha advertido que el escabroso plan del gobierno francés consistiría en "repartir a los migrantes por todo el territorio francés", para desatascar la concentración de Calais. De los 779 migrantes ilegalmente encarcelados, 578 ya han sido liberados. A 15 de ellos se les concedió permiso para viajar a otros países de la Unión Europea, mientras que 186 permanecen detenidos. Muchos proceden de países devastados por la guerra, como Siria, Irak y Afganistán. Según Hazan, "dados los peligros físicos a los que se expondrían si regresaran a sus ciudades, no son elegibles para ser deportados".

Hazan se ha mostrado crítica no solo con la inquietante práctica gubernamental de reconvertir los centros de detención en prisiones temporales para migrantes — una solución que el informe recomienda que deje de practicarse —, sino también con las condiciones en que se realizan los traslados. Algunos de los migrantes que han sido enviados a los centros de reclusión fueron separados de sus familias a la fuerza. Estos habrían expresado su preocupación por la seguridad y el bienestar de sus familiares más jóvenes.

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La supervisora también subrayó el hecho de que los migrantes no son informados adecuadamente de sus derechos. Un grupo de migrantes que fueron trasladados en avión a un centro de reclusión en la ciudad de Nimes, al sur del país, explican que nadie les leyó sus derechos en persona. En realidad, los escucharon a través de un altavoz en voz de un intérprete en el interior de una habitación llena de ruido, según relata el informe. En algunos casos, de hecho, los migrantes ni siquiera fueron informados de que tienen derecho a pedir asilo político.

A los migrantes también se les ha denegado información fundamental, como la que les informa de la existencia de organizaciones benéficas y de grupos de ayuda a los refugiados, como el Fórum de los Refugiados, un grupo que presta asesoría legal y apoyo a los migrantes.

La comisionado también ha detectado que a algunos migrantes se les ha entregado formularios de detención idénticos. "Se trata de documentos que habrían sido rellenados de antemano y revelan el incumplimiento de su cometido, que no es otro que analizar las circunstancias únicas y personales de cada individuo", escribió.

En una larga carta dirigida a la comisión que preside Hazan, el ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, se excusaba aludiendo al hecho de que el gobierno galo está lidiando con una "masiva crisis de refugiados". Cazeneuve afirma en su texto que el gobierno francés seguirá empleando los centros de detención del país de manera "racional", como parte de su iniciativa por ayudar a fortalecer la seguridad en el puerto de Calais y en la entrada del túnel del canal de la Mancha, que une a Francia con Inglaterra.

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Ayer miércoles, las autoridades de Calais anunciaron que el mayor punto de entrada al puerto de la ciudad será cerrado a los peatones hasta que se de por concluido el estado de emergencia en el que está sumido el país desde el pasado 13-N.

"La situación generada por la presencia de migrantes en el punto de acceso al puerto de Calais, ha multiplicado los riesgos de accidentes de tráfico y está poniendo en peligro tanto las vidas de los peatones como las de los conductores", ha anunciado en un comunicado la prefectura de Pas-de- Calais.

El anuncio se produce tras una noche de enfrentamientos entre los migrantes y la policía en el punto de acceso — un lugar donde se concentran muchos migrantes que procuran infiltrarse en camiones que circulan rumbo al Reino Unido. Las autoridades locales han informado que los migrantes arrojaron piedras contra la policía y han intentado bloquear la carretera para ralentizar a los camiones que se disponen a entrar en el puerto.

"No se trata de la primera vez que se registran incidentes así en la zona", relata a VICE News un portavoz de la prefectura de Pas-de- Calais. La prioridad, según cuenta el portavoz, no es otra que "asegurar" la autovía que lleva hasta el puerto para prevenir posibles accidentes de circulación. Lo cierto es que desde el verano pasado los índices de siniestralidad de la zona se han disparado, y muchos migrantes han muerto tras ser atropellados por vehículos que se dirigían al puerto.

La semana pasada, un camionero húngaro se filmó a sí mismo mientras aceleraba hacia la cuneta de la autopista, donde varios grupos de migrantes se agolpan y caminan buscando subirse a camiones británicos. La aceleración del desquiciado piloto húngaro provocó que muchos de los migrantes tuviesen que correr para eludirle.

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