Los talibán eligen a un académico como sucesor de su líder asesinado

Los talibanes afganos han proclamado a un académico legal del Islam como sucesor del mulá Akhtar Mansour. El flamante dirigente había trabajado como subdirector del líder asesinado por los drones del ejército de Estados Unidos.

Haibatullah Akhundzada ha sido proclamado como nuevo líder este miércoles. El año pasado, un informe de Naciones Unidas identificó a Akhundzada como al responsable del sistema judicial basado en la Sharía [la estricta aplicación de la ley islámica] que se impuso en el país durante los 5 años de gobierno de los talibán. Sucedió entre 1996 y 2001, cuando los guerrilleros islamistas fueron derrocados por el ejército estadounidense.

Sirajuddin Haqqani, responsable de la red a la que se ha acusado de muchos de los atentados suicidas perpetrados en Kabul en los últimos años, y el mulá Mohammad Yaqoob, hijo del fundador de los talibán, el mulá Mohammed Omar, serán los subdirectores del nuevo líder.

Cuando apenas había pasado una hora del anuncio del nuevo dirigente, un terrorista suicida talibán atacó a un autobús transbordador en que viajaban empleados de los juzgados del oeste de Kabul. Se computaron ya 11 muertos y varios heridos, entre los que se contarían varios niños.

El anunció del nuevo mulá se ha producido después de la cumbre organizada por la cúpula del movimiento talibán. Han sido días convulsos para los combatientes yihadistas, durante los cuales muchos de sus miembros se habían negado a confirmar la muerte del mulá Mansour, ejecutada por un dron estadounidense el sábado pasado en Pakistán.

"Todos los miembros de la cúpula hemos jurado lealtad a Sheikh Haibatullah en un lugar seguro de Afganistán", lee el comunicado publicado por la organización terrorista. "Toda la gente deberá de obedecer en adelante al nuevo comandante de los fieles".

Se cree que el nuevo mulá ronda los 60 años de edad y que es miembro de la tribu de los Noorzai. Es de Kandahar, una ciudad del sur de Afganistán a la que se considera como el corazón de los talibán. De Akhundzada también se sabe que habría sido un fiel escudero del mulá Omar.

Uno de los perfiles oficiales en Twitter de los talibán ha publicado una imagen sin fecha en la que se ve al nuevo mulá, al que ya se conoce informalmente como al mulá Haibatullah. En la imagen, el flamante líder viste un turbante blanco y luce una barba poblada y surcada por las canas.

Según la información publicada en Twitter el título del nuevo mandatorio sería: Emir-ul-Mominee Shiekh ul Quran, "o comandante de los fieles y académico del Corán".

El movimiento talibán había prohibido en su día las imágenes humanas al considerar que las mismas vulneraron su estricta interpretación del Islam durante su gobierno en Afganistán.

Así, por ejemplo, bajo su mandato, las mujeres solo podían comparecer en público protegidas por un aparatoso velo y siempre acompañadas de un pariente masculino. Además, se les prohibía cualquier educación convencional. Durante el mandato de los talibán arrancado en 1996 se llevaban a cabo ejecuciones públicas y los deportes estaban prohibidos.

El miércoles, los miembros más veteranos de la organización terrorista refrendaronº la necesidad de elegir a un candidato que pueda conciliar a las distintas facciones del partido y que sea, a su vez, capaz de reparar las escisiones que emergieron el año pasado, al poco de que fuera proclamado el mulá Mansour.

"Ha sucedido mucho más deprisa de lo que la gente se esperaba. Parece que la elección delata la disposición de los talibán a ahorrarse conflicto alguno", ha comentado Thomas Ruttig, de la Red de Analistas Afganos.

El mulá Mansour había sido uno de los subdirectores del hombre al que relevó, el mulá Omar. Mansour fue elegido en 2015 poco después de que los talibán anunciaran que el mulá Omar había fallecido hacía ya dos años, una decisión que les enfrentó al enfado que provocó entre muchos de sus militantes que se les hubiera ocultado durante tanto tiempo la muerte de su líder.

Ruttig ya había apuntado que Akhundzada sería el probable sucesor de Mansour y que estaba mejor posicionado que otros candidatos debido a sus vínculos con el movimiento y a su necesidad de estabilidad.

"Es el mayor de su generación y es uno de los fundadores. Y goza del prestigio de ser un académico de la religión, mientras que Sirajuddin Haqqani y Yaqoob, el hijo del mulá Omar, son todavía muy jóvenes", comenta.

Pese a todo, nada parece indicar que el cambio vaya a cambiar la postura de los talibán, quienes bajo el mandato de Mansour ya descartaron participar en negociación de paz alguna o sentarse a la mesa con representante alguno del gobierno de Kabul.

Un portavoz y presidente ejecutivo Abudllah Abdullah ha hecho un llamamiento al flamante líder para que se una a las conversaciones de paz, o se atenga a las implacables consecuencias por no hacerlo.

"Invitamos al mulá Haibatullah a que se una a las conversaciones de paz. La estabilidad política es la única opción para los talibán, sino quieren que el nuevo líder siga la misma suerte que el mulá Mansour", ha comunicado el portavoz Javid Faisal a través de su perfil de Twitter.

Estados Unidos, Pakistán y China también habrían intentado sentar a los talibán en la mesa de negociaciones para frenar un conflicto que ya ha matado a miles de civiles y muchos funcionarios de seguridad, y que ha abocado a Afganistán a una situación de extrema inestabilidad.

Aunque lo cierto es que los talibán han hecho grandes conquistas desde que las fuerzas de la OTAN decidieran desarticular su principal operativo desplegado en el país en 2014. De hecho, los terroristas controlan a día de hoy más extensiones de territorio de las que llegaron a controlar en 2001, el año en que fueron violentamente derrocados por el ejército de Estados Unidos.

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