Si hay un lado positivo de la aplastante deuda en que incurre la sobre educación de los Millennials alrededor del mundo, es una cierta actitud de "No me importa un carajo" cuando se trata de gastar dinero en comida.Desde gastar cantidades incalculables en brunch y comida para llevar, hasta comer pizza y Slurpees con total abandono, la aproximación subyacente de los Millennials hacia la comida parece ser, en una palabra, YOLO. Y realmente no les gusta cocinar o lavar los platos.No es sorprendente, entonces, que una generación con años de formación en dormitorios de la universidad y departamentos no se preocupe exactamente por comprar servilletas de papel.Una reciente encuesta realizada por la agencia de inteligencia en mercadotecnia Mintel descubrió que sólo el 56% de los consumidores compró servilletas de papel en los últimos seis meses, mientras que el 86% compró papel absorbente más resistente y caro. Esto sugeriría que las personas están limpiando sus manos y bocas con el mismo material que usan para los molestos derrames de vino.Si bien un gran rollo de papel absorbente no sea el accesorio más estético en tu mesa de comedor, parece ser la opción principal entre los clientes más jóvenes, quienes piensan que comprar servilletas más endebles es innecesario.Pero con toda su practicidad, el papel absorbente conlleva una carga pesada para el ambiente –incluso las que están hechas con materiales reciclados– generando un estimado 70% de más emisiones de carbono que las alternativas como los secadores eléctricos para manos. Como otras formas de papel, contribuyen a la deforestación, contaminación del agua y calentamiento global. Afortunadamente, pueden hacerse composta.Las servilletas de papel tampoco son mejores en lo que al ambiente respecta, y este momento puede ser favorable para un renacimiento de las servilletas de tela reutilizables. Y si comes en restaurantes tan seguido como los Millennials, ¿quién necesita servilletas en casa de todas maneras?
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