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Música

14 Cañonazos Bailables: Lo que nos dejan 56 años de parranda ininterrumpida

En pleno diciembre, nos dimos una vuelta por la historia de los hits más rumberos de Colombia y hablamos con los que ahora se encargan de dispararlos.

Se nos vino otra vez diciembre con su alegría, novenas bailables, borracheras épicas, reuniones familiares incómodas y comilonas desmedidas de tamal y buñuelo. Otra vez estamos en esa época en la que le decimos adiós a otro año y cuyas celebraciones, han estado sagrada y tradicionalmente ambientadas por los 14 Cañonazos Bailables, esos compilados decembrinos de música tropical nombrados en honor a los cañones de Cartagena que nacieron por allá en 1960 cuando a Toño Fuentes -el fundador de la entonces poderosa y aclamada disquera Discos Fuentes- se le ocurrió hacer un variado con las canciones y artistas del sello que más habían pegado en el año.

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Una idea brillante que cambió la tradición del larga duración en Colombia, fue pionera en la idea del compilado en el país y se difundió en sonido estéreo.

Por los surcos de esos vinilos específicamente curados para las parrandas de diciembre, pasarían héroes de la tropicalia y el folclor de nuestro país y todo Suramérica como Fruko, el Joe, Andrés Landero, Alfredo Gutiérrez y los Corraleros de Majagual. Nombres inmortales que hasta el día de hoy, no dejan que la rumba se acabe. Descargas de guaguancó, cumbias, porros y técnicamente cualquier ritmo que estuviera de moda en el momento y que enmarcan como pocas cosas lo que significa llevar el título de colombiano en la espalda.

Pero como con todo, el cambio de milenio fue reduciendo la figura de Discos Fuentes. Dejó de ser tan chévere porque los artistas legendarios ya no estaban, el formato físico de toda la vida dejó de ser rentable y se acercó a la bancarrota hace un par de años. Aún así, Ángel Villanueva, hijo del maestro Isaac Villanueva -descubridor del Joe y compositor de "El Ausente"- y actual gerente artístico de la compañía, dice que los Cañonazos siguen siendo un fijo de los diciembres y comercialmente son tan rentables como hace 50 años: "Consideramos que para lo venidero, los 14 Cañonazos seguirán siendo un éxito porque la gente siempre quiere tener en sus manos un compilado con lo mejor del año, es una práctica comercial de toda la vida que el público nuevo también está exigiendo".

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Y es que escuchar los Cañonazos es meterse de lleno en la fiesta pero también un ejercicio de nostalgia, la fuente de vida de muchos coleccionistas y actualmente, un intento de la compañía de caerle a los nuevos gustos del público joven que se ha ido alejando de los ritmos más folclóricos del siglo pasado, para entrarle de lleno a lo que pega ahora: el reggaetón y la música popular. Una tendencia que quedó clarísima cuando publicaron el Volumen 56 del compilado en octubre de este año que está muy alejado por ejemplo, de los 14 años de los 14 Cañonazos de 1985 donde juntaron los grandes éxitos de sus primeros 25 años. Ahora se la jugaron por reunir un par de artistas reconocidos como El Binomio de Oro y Jhonny Rivera con otros de corta trayectoria para intentar posicionarlos. Una jugada que para Tony Peñaredonda, el actual gerente de la compañía, es una de sus políticas principales: "Nosotros tenemos nuestros artistas a la vez que estamos intentando impulsar otros. La idea era tener una representación de todo y seguir con la tradición de lo mejor del año pero entendemos que dentro de lo comercial, la música popular es el segundo género más vendedor después del género urbano".

Otro de los cambios importantes a lo largo de los años han sido los cambios de formato de reproducción por los que han pasado los Cañonazos. A principios de los sesenta se editaron en vinilo, en 1971 se empezaron a ofrecer en casete, desde 1986 pasaron al disco compacto y a partir del 2014, con los problemas económicos de la empresa y la consolidación de los servicios de streaming, se hicieron disponibles únicamente en formato digital. Por eso no entendíamos muy bien porqué Discos Fuentes decidió que los Cañonazos de este año volvieran a la pasta negra después de que en el 2014, el gerente del área digital le dijera a El Tiempo que no era viable continuar con el formato físico.

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"Quisimos hacer esa asociación con los tiempos del vinilo y que la gente sintiera esa significación inmediata con lo que han simbolizado los Cañonazos en su vida. Una oportunidad para traer ese recuerdo y que se sintiera nuevamente que los Cañonazos llegaron, que empezó diciembre y que los muchachos y los mayores identificaran en el vinilo algo significativo", nos dijo Peñaredonda cuando le preguntamos por el tema. Es decir, rompieron con la nueva apuesta de meterse de lleno a los servicios de streaming para subirse a la moda del vinilo e inmortalizar a artistas no tan emblemáticos para nuestros tiempos como Oco Yaje, Ósmar Pérez, John Dennis, Lukas Bloom, Willy García y Los Hermanos Medina en pasta negra. Una jugada que según el mismo gerente de Fuentes, no ha gustado mucho a los coleccionistas: "Las personas que han comprado el nuevo vinilo son muchachos porque el coleccionista de toda la vida escucha ese repertorio y como que no se motiva a conseguirlo".

En cuanto al viejo material en vinilo, ya no es propiedad de Discos Fuentes. La mayoría se donó a archivos universitarios o se fue perdiendo con los años, por eso el coleccionista se ha convertido en una figura tan importante para recuperar tanta joya olvidada. Gracias a ellos es que han recuperado muchos volúmenes en sus tirajes originales y seguramente, dentro de poco habrán algunas reediciones interesantes: "Existen proyectos para desenterrar todos esos tirajes antiguos porque teniendo en cuenta que Discos Fuentes es un ícono nacional, debemos suplir ese tipo de necesidades", nos contó Peñarredonda.

La portada de los últimos 14 Cañonazos Bailables.

Entre lo poco que afortunadamente no ha cambiado, están las portadas, esas ensoñadoras uniones entre tangas y modelos por las que todos sabemos que tenemos unos Cañonazos entre las manos. Pura sensualidad criolla y extranjera, por momentos más reveladora que en otros, pero siempre con una idea en común: causar un impacto inmediato en el público. El único Cañonazo donde realmente aparecieron unos cañones y no mujeres en bikinis o ropa interior fue el primero y este año, aunque parezca increíble, es la primera vez que aparece una mujer negra.

"Es la primera vez que aparece una niña de color en la portada y fue una decisión muy afortunada porque siempre habíamos tenido a la mujer rubia despampanante y fue la postura para este nuevo Cañonazo. No es que hubiera habido ahí una intención de excluir sino que llegó un momento en el que caímos en cuenta que no lo habíamos hecho" explica Villanueva. La elegida fue Daniela Mosquera, una modelo paisa que después de 50 años de compilados y tal vez casi sin saberlo, hizo historia en los Cañonazos.

Una historia tatuada en nuestra discografía nacional y un repertorio colosal que se guarda uno de los registros más importantes del ruido producido en este país. Fuentes ha cambiado y le ha tocado cambiar, ha pasado por varias manos desde que su fundador muriera a mitades de los ochenta pero en medio de todo, sigue siendo una necesidad para el bailador colombiano en ferias decembrinas que ve en los 14 Cañonazos Bailables, una tradición tan metida en su ADN como prender velitas el 7 de diciembre o entonar los villancicos con un par de cucharas entre las manos y un guaro en la mesa.