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El Jazz de Utah mete miedo en la NBA

El Jazz de Utah ha emergido como uno de los equipos más interesantes de la NBA de esta temporada, y se lo debe a su núcleo de jóvenes jugadores formados en casa.
Photo by Kevin Jairaj-USA TODAY Sports

Fue un cierre de traspasos tumultuoso para Utah. De último minuto, el Jazz logró traspasar un fichaje que les dio al base sustituto Shelvin Mack a cambio de una selección en segunda ronda. En su nuevo papel, a Mack le será exigido proveer la misma buena defensa y juego constante que el novato Raul Neto. Extrañamente, el acuerdo no tuvo mucha cobertura.

Esto podría verse —tal vez lo es— como el fichaje menos significativo en un cierre de traspasos que los demás equipos de la NBA pasaron por alto. Pero solo porque la dupla Mack-Hayward, su ex compañero de Butler, no es tan emocionante al nivel de Nueva York o L.A., no significa que no pueda estar a la altura de la emoción de Salt Lake City. Esto tiene muy poco que ver con Mack, o la relativa escasez de la vida nocturna en SLC; al no hacer gran escándalo en el cierre de traspasos, el Jazz de Utah dio a entender que no le falta un solo jugador. A lo mejor piensan que cuentan con todo lo que necesitan, y puede que sea cierto.

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No tiene sentido comparar al joven núcleo del Utah con la mayoría de los equipos plagados de prospectos. La diferencia es que el período de buenos y malos jugadores quedó atrás para Utah, y los chicos son bastante buenos. Utah ha optado por seleccionar jugadores por arriba del promedio. Su potencial para mejorar está ahí, aunque este equipo no le pide nada a nadie. Hayward es la estrella del equipo, y Rudy Gobert su jugador con más potencial, pero nadie personifica el ascenso del equipo de forma más efectiva, y silenciosa, que Rodney Hood.

Hood promedia 15 puntos, tres rebotes y casi tres asistencias en su segunda temporada. Percibido como un jugador "3-and-D" (jugador cuyas habilidades principales son anotar de 3 y defender), si es que le ponen atención, Hood también ha demostrado su habilidad para manejar el balón que le permite crear oportunidades de tiro para sí mismo y sus compañeros. Ya que jugadores clave como Alec Burks, Trey Burke, y dante Exum se encuentran lesionados, Hood se ha echado el equipo al hombro anotando y distribuyendo responsabilidades en varios puntos de la temporada. "Al igual que Gordon [Hayward], cuando juegas sin tres titulares, tienes que dar lo mejor", me dijo el entrenador del Jazz, Quin Snyder. "Y en su caso [de Hood] no solo ha tenido la disposición, sino que ha sido capaz de hacerlo. No me sorprende, pero estoy agradecido."

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Con 23 años, Hood ya ha demostrado que puede hacer todo lo que se esperaba de él desde la universidad. Si realmente comienza a destacar, será un jugador muy cotizado, tal ve no una estrella, pero sí el tipo de jugador que equipos reconocidos puedan tener en su alineación.

Hayward ha cargado con el peso de la ofensiva de este equipo por tanto tiempo que nadie se ha percatado de que, a la edad de 25 años, está teniendo la mejor temporada de su carrera. "Hayward es muy bueno", me dice un cazatalentos de la Conferencia Este. "Te da puntos cuando en verdad los necesitas."

Cuando eres demasiado bueno. –Foto por Russ Isabella-USA TODAY Sports

De cara al encuentro contra Dallas, el coach de los Mavericks, Rick Carlisle, dejo claro que no subvalora a Hood y Hayward. "No conozco una mejor dupla joven que sea mejor", declaró. "Tienes a un zurdo y un diestro, y ambos saben tirar. Ambos saben hacer jugadas." Unas horas después así fue —Hood encestó de tres al momento de la chicharra para obligar a tiempos extra, y Hayward hizo lo mismo para ganar el juego—. Hood terminó con 29 puntos. Hayward con 20. Esto cada vez es más frecuente.

Rudy Gobert (23) y Derrick Favors (26) son igual de jóvenes que Hood y Hayward, pero son mucho más altos. Si prestas atención a Gobert (2.15m) al momento en que un guardia contrario intenta fintarlo sobre la línea de saque, tal vez lo veas sonreír por la tentativa de querer anotar en su presencia. Por otra parte, Favors sobresale simplemente porque es más fuerte que la mayoría de los jugadores de la NBA. También sabe cómo anotar.

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Incluso con dos jugadores formidablemente altos, el jugador más joven del Jazz, Trey Lyles, tienes razones para tener más minutos como novato. La producción y el tiempo de juego de Lyles ha sido un tanto irregular —como en su temporada en Kentucky—, pero ha demostrado que podría ser una versión más alta y atlética de David West. Lyles puede abrir la duela como tirador mejor que Favors, lo cual es genial junto a Gobert. Por lo mientras, Snyder puede utilizar la fortaleza de Favros o la velocidad de Lyles para emparejar las cosas.

Luego de la victoria de Utah sobre Dallas en tiempo extra, le pregunté a Hood sobre las metas del equipo. "En realidad no hemos hablado de los playoffs", respondió. "Si llegamos sería increíble, en especial porque somos un buen equipo. Pero vamos partido a partido, y mejorando."

Mejorar partido a partido es una respuesta cliché por parte de los jugadores de la NBA para evitar hablar del futuro; Hood parece saberse el truco también. Aunque algunos clichés son más verdaderos que otros, y es verdad que el Jazz parece mejorar semana a semana, tan solo porque su núcleo de jugadores aún no se ha estancado en términos de desarrollo.

Amor a la Hood. –Foto por Russ Isabella-USA TODAY Sports

Poner énfasis en el futuro tiene sentido, en términos de retórica de vestidor y para este equipo en estos momentos. El base de 20 años de Utah y la quinta selección global de 2014, Dante Exum, se perdió toda la temporada por una lesión de rodilla. Alec Burks tuvo una cirugía en su peroné mitad de la temporada y no regresará este año. La escuadra de Utah está lista para entrar de lleno a la próxima campaña sin haber cambiado mucho su plantel. (Incluso hasta sus fichajes marginados han resultado: el traspaso de Shelvin Mack pagó dividendos inmediatamente la noche del domingo cuando Mack anotó 16 puntos con seis asistencia y tres rebotes en la derrota ante Portland).

A pesar de las declaraciones de Hood sobre los playoffs, estamos seguros que los veremos ahí. Actualmente, el Jazz ocupa el octavo sembrado, y ya que la temporada de Memphis está en jaque luego de la lesión de Marc Gasol, y los Clippers tendrán un calendario brutal sin Blake Griffin, Utah podría subir en la tabla de aquí a abril.

Si los Warriors, Spurs o Thunder se enfrentan a Utah en primera ronda, el Jazz podría fácilmente llevarse una victoria. Es difícil predecir más allá de esto, pero una victoria debería ser suficiente para prender las alarmas sobre las debilidades del equipo que Utah derrote una o dos veces.

Así es como funciona el discurso de la NBA, pero Utah se robará un juego no porque los Spurs tengan una secreta debilidad, sino porque Gobert sabe cómo anotar desde la pintura, y Hood y Hayward pueden crear y lanzar de todas partes de la duela, y porque jugadores más lentos y débiles no pueden frenar a Favors o Lyles. Este no será como el equipo de los Pelicans del año pasado, que llegaron a los playoffs con una súper estrella emergente y un montón de jugadores de reparto. Utah es un equipo hecho y derecho con una amplia distribución de jugadores disponibles, una seria mentalidad defensiva, y un plan para el futuro.

De alguna forma, el hecho que Utah no piense en los playoffs le da una ventaja interesante. No cuentan con el peso de las expectativas, pero sí tienen la urgencia de hacerse presentes. Para un equipo con una pequeña ventana hacia el campeonato como los Clippers, es una apuesta peligrosa. Pero no existe equipo alguno que se complazca de ver al Jazz en la postemporada. Este equipo se adelantó al calendario. Es solo cuestión de tiempo para ver qué tan rápido pueden tomar el siguiente paso.