Tim Heitman-USA TODAY Sports
Una lección de vida: Cuando ya no existe una razón para que un fenómeno continúe, generalmente se detiene o simplemente se manifiesta de otra manera. Los Giants de San Francisco han ganado la Serie Mundial en años pares a partir del 2010, lo que convierte a Bruce Bochy en el líder de una dinastía, aunque es cierto que vivió momentos obstinados y difíciles por mucho tiempo entre temporadas. En esto, los Giants son muy parecidos a una hembra de manatí, que sólo se aparea cada dos años. La pregunta es si existe una razón oculta de este extraño suceso de la que se puedan extraer pistas para saber si los Giants tendrán suerte este año.La respuesta, según Grant Brisbee —propietario del mejor blog sobre los Giants— es un "tal vez"."Me hacen esta pregunta con mucha frecuencia, y siempre tengo problemas para contestarla… En 2010, los Giants contaron con un error de Brooks Conrad. En 2012, pasaron por encima de los Reds de Cincinnati, y después Barry Zito no dejó hacer nada a los Cardinals. En 2014, Yusmeiro Petit tuvo que detener a los Nationals después de millones de entradas. Es muy seguro que durante las temporadas impares haya un sentido renovado de urgencia en los vestidores. Pero este año es la primera vez que han realizado algo en las finanzas para dar a conocer su urgencia. Se trata de la primera ocasión que los Giants se ponen a gastar luego de su año non, y el resultado han sido una rotación muy bien armada. Tal vez sea la primera vez que realmente importe".En otras palabras, cada dos años los Giants han contado con sólidos planteles que se benefician de los descansos en la postemporada, y después se duermen en sus laureles. Las lesiones y las condiciones del campo han influido en la supresión de la producción ofensiva del equipo, pero aún es innegable que a pesar de que en la temporada han logrado acumular una cantidad de cuadrangulares sin precedentes, Brandon Belt encabezó el plantel de los Giants con 17 home runs. Con la posibilidad de la temporada pasada, cuando Posey y todo el campo se combinaron para obtener grandes resultados, la ofensiva se ha tambaleado, y en 2011, 2013, y la segunda mitad de este año, ha sido un impedimento. Solucionar esta cuestión, al parecer, no ha sido prioridad. Ninguno de los dos cuenta con un plantel de picheo completamente bueno. No sólo encontrar a un buen plantel de picheo ha sido el problema en los últimos cinco años, sino también en las últimas tres temporadas antes de esta, la rotación titular se había reducido a "algunos jugadores que solían ser buenos".El resto, como Brisbee sugiere, es un asunto de serendipia. Hace dos años, los Giants terminaron seis partidos por detrás de los Dodgers de Los Ángeles, y tenían después que derrotar a los Pirates de Pittsburgh para avanzar. Derrotaron los lanzamientos de los Cardinals en la Serie de Campeonato Nacional, y después ganaron la Serie Mundial en la que los Royals de Kansas City los superaron 27-30. El MVP de la Serie Mundial, Bumgarner, fue quien marcó la diferencia, al permitir sólo una carrera en 21 entradas, ganando dos partidos y salvando uno más.La fórmula "Madison Bumgarner + cosas suelen pasar" puede funcionar en una serie corta, pero en términos de validación provista por la larga temporada regular, los Giants apenas y fueron un gran equipo. Se podría decir que en ninguno de los tres campeonatos lo fueron. Simplemente les fue lo suficientemente bien, como en este año, para entrar y sobrevivir hasta el final.Así que la llave para el patrón de "un año sí y el otro no" de los Giants no se debe a su rareza genética que comparten con los manatíes, sino a que el gerente general Brian Sabean y la dirigencia, hasta la temporada baja 2015-2016, habían jugado de manera conservadora, y han aceptado felizmente todo tipo de descansos disponibles. La magia no está presente en el año, sino en la providencia que les da un empujón cada 24 meses. El crédito se lo llevan los Giants porque han hecho lo suficiente como para estar cerca de concretar algo grande.
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