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Liguilla MX: León se va en cero, Tigres tiene la ventaja

Los dos equipos plantearon el partido de ida perfecto: cero riesgo y mucho orden. La diferencia la hizo el talento.

En su condición de paso previo a la final, de antesala al banquete, la semifinal tiene algo de presión extra. Llegada la final, dirán los entrenadores, "salgan a disfrutar, ya estamos aquí". En el paso previo, sin embargo, el mensaje solo puede ser: no desperdicien esto que estamos tan cerca. Y, como hemos visto en tantas ocasiones previas, eso se traduce, necesariamente, en el menor riesgo. Es decir, en el mayor aburrimiento.

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Disculpe el público, pero este, en algunos sentidos, fue el partido intermedio perfecto. No se juega al futbol, o más bien, se juega al futbol y al añadido reglamentario que todos acordaron antes de empezar el torneo: La serie es a visita recíproca, y con punto extra por gol anotado de visita. El incentivo entonces para Tigres y León era exponer la menor piel posible, repeler los embates con énfasis y capitalizar algún desorden en la enconchada defensa del rival. En medio de esa estrategia de presión y aguante, de recuperación y despliegue, de orden sumado al orden apareció el talento. Como sucede casi siempre, la estructura puede poco contra el destello. Tigres metió una de las pocas que tuvo, por vía de la conexión ya habitual: Sosa-Gignac. Van de vuelta con el confort del gol de visita en el bolsillo.

El León tuvo las suyas; tiros desviados, cabezazos imprecisos, rebotes que no logran ser controlados: la serie de lamentos habituales para las oportunidades que permite este esquema. Lucho, ni duda cabe —para muestra, Burdisso—.

Aún con sangre y con ojo morado Guillermo Burdisso volverá a la cancha en el León-Tigres — Rafael Rivera (@RafaDatos)December 1, 2016

El equipo del Bajío viaja desaventajado a Monterrey para la vuelta: el secreto quizá esté en esa instrucción inspiradora que Javier Torrente les grite en el vestidor. ¿Se inclinará por advertirles que están tan cerca, que si siguen sus instrucciones el boleto a la final es suyo? ¿O permitirá que la desfachatez, que las virtudes del riesgo emanado de la libertad remonten el resultado? Es una simplificación pero no por ello equivocada: ante una situación de vida o muerte como la que enfrentará el sábado en el Volcán, quizá lo mejor sea apelar al desparpajo y menos al sistema férreo. Por lo demás, si hay un equipo que sabe aprovechar las bondades reglamentarias del gol que vale doble, ese es el equipo de Ricardo Ferreti.